Capítulo 19

5.6K 282 46
                                    

- ¿Qué haces aquí? -pregunto, luego de unos minutos en silencio

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


- ¿Qué haces aquí? -pregunto, luego de unos minutos en silencio. Caleb pasa al departamento aún sin que lo hubiese invitado hacerlo.

- ¿No es obvio?

- Llevatelos. Ya no so...-me detengo. Espera, no seas tan idiota Maya. Por supuesto que son necesarios-, olvidalo. Los pañales se quedan y tú te vas -tomo las bolsas en mis manos y las dejo sobre el sofá.

- Pero antes, quiero hablar contigo.

- No hay nada de que hablar -me cruzo de brazos. Justin Bieber suena de fondo.

"... I used to believe
We were burnin' on the edge of somethin' beautiful ..."

Oh si Justin, meteme cizaña; bueno siendo tú, meteme lo que quieras.

- Si lo hay. Lo siento, te extraño.

- Cuentame otro cuento, Caleb -ruedo los ojos.

- ¡Por favor! -suplica.

- No quiero escucharte más. ¿Qué otras mentiras me dirás? ¿que promesas falsas intentaras darme?

- Yo te dije que intentaría luchar por ti, y sé que no he cumplido pero lo haré.

- No Caleb, ya no quiero que luches por mi. Me cansé, me cansé de esperar por algo que no, no sucederá. Ya tuviste de mi lo que querías ¿qué más quieres?

- Te amo Maya, realmente lo hago.

- ¿Se supone que deba creerte? Bueno, no eres el único que disfruta de la soltería -miro mis uñas con aire de superioridad.

- No puede ser posible. ¡No! ¿por qué me haces esto?

- ¿Hacerte qué? sólo me acosté con otro hombre, hice lo mismo que tú haces con Daniela. No le veo nada malo. No he engañado a nadie, y tampoco he lastimado a nadie.

- ¡Por dios! Creí que habías cambiado. Creí que respetabas a nuestros hijos. No puedo creer que metas otros hombres mientras ellos duermen.

- No, te equivocas. Yo respeto a nuestros hijos, por supuesto. Eso ha sucedido mientras te los llevaste contigo y con tu esposa -Caleb niega.

- No pudiste hacerme eso -sus ojos se cristalizan, su rostro está rojo.

Dios.

- Ya lo hice -me encojo de hombros. Camino hacia cocina y me dispongo a continuar guardando la despensa-, cuando salgas cierras la puerta -subo el tono de voz sólo para que sea capaz de escucharme.

Escucho sus pasos y luego, la puerta cerrarse, y cuándo pasa esto no evito dejarme caer al suelo y soltar todas aquellas lágrimas que había contenido.

Aún lo amaba.

Abrazo mis piernas a mi y escondo mi rostro entre mis rodillas. Y sin más, me desato en lágrimas y sollozos.

Mi mejor error.Where stories live. Discover now