Mi nombre es Maya, Maya Zurita.
Mi novio no es el flamante Stephen James o Francisco Lachowski no, mi novio es Caleb Adams y en definitiva no es nada parecido al típico novio perfecto de las historias.
Pero no te mentiré, somos felices y disfrutamo...
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Si no descansaba otro minuto más juro que terminaría por volverme loca.
Cuatro de la madrugada y me encontraba amamantando a dos de los trillizos mientras Caleb cargaba a la pequeña Lizzie.
— Recuerdame no volver hacer el amor sin condón.
— Tener trillizos puede ser genial pero cuidar de ellos es difícil. Y pensar que quiero más.
— ¿A que hora dijiste que llegarían tus padres?
— A las siete.
— Oh dios, falta poco para eso.
— Tranquila, se quedarán a descansar en el hotel, así que no hay porque estar apurados.
— Aún así, habrá que limpiar el departamento, preparar el desayuno, bañar a los trillizos, bañarnos nosotros...—suelto un suspiro.
— Te ayudaré, tranquila —Caleb besa mis labios, sonrío —Ya está la princesa —acuesta a la bebé bocabajo en la cuna.
— Ayudame con Dylan —Caleb recoge de mis brazos al mayor de los trillizos, me acomodo a Michael en el hombro y comienzo a dar palmaditas en su espalda, hasta finalmente lograr que el bebé eructe —Ya está Michael —acuesto al bebé al lado de Lizzie.
— Este bebé parece no querer dormir —me acerco a Caleb, Dylan tenía los ojos al tope.
— No, Dylan, no nos hagas esto —el pequeño se remueve, lo tomo en brazos.
— Parece ser que tendrá que dormir con nosotros —camino junto a Caleb a nuestra habitación, acuesto al pequeño en medio de Caleb y yo.
— Duerme pequeño —paso mi dedo índice por su nariz, el bebé cierra los ojos por un pequeño instante luego los vuelve abrir—, no, supongo que lo tuyo no es dormir —tomo al bebé y lo acuesto sobre mi, comienzo a palmear su espalda. Los ronquidos de Caleb hacen dar un salto a Dylan, no evito reír, muevo ligeramente a Caleb —, Cariño.
— Uhm —responde sin inmutarse.
— Descansa —susurro, casi al instante cierro los ojos.
¡Gloria, dios!
Al abrir los ojos ya no tengo a Dylan sobre mi, los busco en la cama pero tampoco está Caleb, por lo que concluyo que ha sido Caleb quién lo ha abrazado.
— ¡Buenos días a mamá! —Caleb entra por la puerta con Lizzie en brazos—, ya esta bañada ¿puedes cuidarla? Aún falta Michael.
— ¿Y Dylan?
— Él ha sido el primero, esta durmiendo —asiento.
— Gracias, te amo —me levanto de la cama y beso sus labios, después tomo a Lizzie en brazos.
— Bueno, Michael me espera —besa mis labios antes de marcharse de la habitación.
