Capítulo 14

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Me levanto increíblemente bien, por primera vez luego de los trillizos me siento descansada

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Me levanto increíblemente bien, por primera vez luego de los trillizos me siento descansada.

Intento buscar a los trillizos pero no están aquí. Me levanto de la cama y camino hacia el living.

La escena que veo me conmueve.

Los Lewinsky jugaban, acariciaban y mimaban a mis trillizos. Me sorprendía que casi por primera vez los trillizos se mantuvieran despiertos.

Además, era la primera vez que alguien mimaba así a mis hijos, luego de tenerlos.

— Mira que bellos son ustedes ¿a que si? —Dice y luego, Jaime besa a cada uno de mis niños.

— Así de pequeño naciste tú, Dylan.

— Pareciera que con cualquier movimiento podría hacerles daño, son tan pequeños y tan frágiles —Dylan besa la pequeña cabeza del pequeño Dylan, sus ojos, finalmente se dan cuenta de mi presencia, sonrío—, ¿qué haces aquí? Deberías estar descansando.

— ¿Y perderme de esto? Para nada.

— Son muy lindos.

— Por supuesto, son mis hijos —digo y guiño el ojo, el ríe—, realmente les agradezco sus atenciones a mis niños, nadie antes los había mimado tanto como ustedes.

— No agradezcas que no es favor, lo hacemos porque nos nace, hace tanto tiempo que no conviviamos con bebés. Siempre me han encantado los bebés —Matilde roza su nariz en la mejilla de Lizzie, ésta en reacción sonríe—, mira que es tan tierna, tan coqueta.

— Me sorprende verlos despiertos, sobre todo felices.

— Es que la tormenta ya pasó. Dylan fue quién los calmó y estuvo cuidando para que pudieses descansar —responde Jaime. Miro a Dylan quién me sonríe.

— Tenías que descansar.

— Aún así, no son tu obligación.

— De todos modos, me encantan los niños —le regalo una sonrisa.

— De acuerdo. Iré a preparar el desayuno ¿qué les gustaría?

— Que te quedes aquí con Dylan. Jaime y yo prepararemos el desayuno.

— ¡No! Para eso me han contratado a mi.

— Fue de ayudante de limpieza, no de sirviente —responde Matilde antes de traer a mi a Lizzie.

— Aquí esta el pequeñin —Jaime me entrega a Michael antes de ir hacia la cocina con su esposa, no evito sonreír.

— Me encantan tus padres, es increíble ver cómo el amor que se tienen es tanto que, el brillo en sus ojos sigue.

— Lo sé, no puedo ni tengo de qué quejarme. He vivido siempre rodeado de amor.

— Debe ser genial.

Mi mejor error.Where stories live. Discover now