Sentí mi teléfono vibrar, pero el número no estaba en mis contactos, por lo que no conteste la llamada, apague el teléfono y me asome a la ventana, el frío golpeo mi rostro con fuerza y la nieve caía lentamente, estire mi mano dejando que esta atrapara un poco del polvo blanco.

—Es hermosa —sonreí levemente.

Fuera de la mansión había un auto, era el de Alexander y lo sabía muy bien por qué él estaba allí mirando fijamente hasta donde me encontraba, me adentre un poco asustada, ya que él parecía un loco acosador espiando a su víctima, cerré la ventana y acomode la persiana tras de mí, me acomodé en la cama y me metí dentro del gran edredón beige, el sueño me fue atrapando poco a poco hasta quedar en manos de Morfeo.

El sol iluminó la habitación completamente, me desperté un poco perezosa mientras caminaba hasta el baño, me estire un poco para poder meterme al baño a ducharme con agua tibia, una vez salí me aliste rápidamente y baje al comedor, ya que hoy iríamos al orfanato, mire el reloj en mi muñeca y eran las 10:00 A.M., por lo que aún tenía un poco de tiempo antes de ir, me acerque a todos y Mía se encontraba desayunando con Dereck y Anny, Gregg no estaba por ningún lado.

—Buenos días a todos —saludé con una gran sonrisa.

—¿Cómo dormiste Kay? —cuestiono Anny mirándome.

—Bien, gracias, dormí como un oso invernando —asentí levemente.

—Gregg está haciendo algo, apenas desayunemos, nos vamos chicas —comentó Anny con una gran sonrisa.

—Está bien mamá —asintió Mía.

Unos minutos después Gregg apareció frente a nosotras y se sentó a nuestro lado para poder desayunar, terminamos de comer y nos dependimos de Dereck el cual tenía que ir a solucionar un problema en la empresa, tomamos rumbo hasta el orfanato y por suerte no estaba muy lejos de la mansión, cuando nos bajamos del auto emprendimos camino hasta el lugar y de allí salió una señora junto a una muchacha más joven que ella.

—Anny y Gregg, que bueno verlos aquí —sonrió la señora algo mayor.

—Como cada año estamos aquí Clarissa, sabes que venimos a entregarle regalos a los niños en esta hermosa época —espeto Anny sonriendo.

—En serio agradezco mucho lo que hacen por nuestros niños —comento la mujer tomando la mano de Anny.

—No es nada, además no tenemos nietos a que darles regalos —sonrió Gregg bromeando.

Tense mi rostro al escuchar el comentario de Gregg, sabía que si iban a ser abuelos, pero aún no era el momento indicado para decirles que yo les iba a dar un nieto, quería primero estar más tranquila durante el embarazo para poder que mi bebe naciera sano.

—¿Y esta hermosa chica quién es? —cuestiono Clarissa.

—Ella es Kaylee la esposa de Alexander —comento Anny, presentándome.

— ¡Oh! Es un gusto conocerte linda —comento la señora; —Alex siempre venía con sus padres aquí a darles regalos de navidad a nuestros niños, incluso el año pasado estuvo acá en la recolecta —comento sonriendo.

—No sabía eso —confesé sonriendo un poco incómoda.

—¿Y dónde está Alex? —cuestiono ella sonriendo.

—Está de viaje de negocios —espeto Gregg algo tenso.

La señora asintió y entramos, había niños de todas las edades hasta adolescentes en aquella casa, mientras Mía y yo caminamos hasta donde estaban los más pequeños y lo de cuna, Anny y Gregg empezaron a repartir los regalos que había en una bolsa que Charles había entrado.

SIEMPRE TUYA ©Where stories live. Discover now