CAPÍTULO 85

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  Apenas nos subimos al taxi me tire en los brazos de Agustín, realmente necesitaba de sus abrazos. Y así fue el viaje, en silencio, él solo me acariciaba el pelo mientras yo me aferraba a su pecho, dando suaves golpes en él para intentar sacarme un poco la bronca. Porque no era tristeza, era bronca.

Pagó él y entramos a casa intentando hacer el menor ruido posible. Con todo esto que había pasado nos habíamos olvidado de avisarle a Titi que venía Agus a verla, así que simplemente me dirigí a su cuarto y la desperté sacudiéndole el brazo.

- Que haces tarada? - dijo aún medio dormida
- Esta Agustín esperándote abajo - dije con mi peor cara y la suya se transformó, hasta pensé que se le saldrían los ojos de la cara
- Qué? Es en serio? - preguntó un tanto alterada y asentí - pero estoy en pijama y toda dormida Oriana - dijo quejándose
- Ah porque él nunca te vio en pijama y dormida, no jodas pendeja, baja que en un ratito ya se va - dije para luego cerrar la puerta.

Bajé al living, donde estaba Agus y me senté a su lado mientras no bajaba mi hermana.

- Estaba durmiendo, no te asustes cuando la veas - le dije y se rió
- Estas mejor vos? - preguntó cambiando el tema y me encogí de hombros
- Que se yo, tengo bronca más que nada, y pienso que no se me va a ir hasta que lo cague bien a puteadas, pero bueno...
- Eso no estaría nada mal, pero no te zarpes que no mató a nadie el pibe - dijo defendiéndolo y le pegué en el hombro
- Sos mi amigo o el suyo? Ubicate porque te echo eh - dije riendo
- Ahí va, reíte, cambia esa cara de culo - dijo despeinándome.

Me di vuelta cuando escuché unos ruidos y no pude evitar reírme. Era Titi bajando las escaleras, extremadamente torpe, con una cara de dormida terrible y en pijama. Por lo menos se había atado el pelo, porque cuando la fui a despertar, éste era lo más parecido a un nido de pájaros.

- Que ganas de joder ustedes eh, hacerme levantar a esta hora - dijo refregándose los ojos y acercándose a nosotros
- Tu voz Tiziana - dijo Agus entre risas y ella agarró el almohadón más cercano para revoleárselo por la cabeza, sin culpas.

Digna hermana mía. El mal humor y el odio cuando se burlan de nosotras debe ser hereditario.

- Te odio idiota, estoy acá por tu culpa y encima te reís - dijo quejándose y él se levantó de un salto para abrazarla por la cintura
- Aw son muy tiernos - grité cortando el momento tierno y ambos me miraron serios - ya entendí, interrumpo, sobro acá, no? Voy a buscar algo para comer, sigan ustedes eh - dije para luego dirigirme hacia la cocina, dejándoles aunque sea cinco minutos de privacidad, pobres, no los había dejado solos en toda la noche.
- Traenos algo gorda - gritó Titi y asentí a lo lejos.

Había sobrado un poco de pizza de la noche anterior así que la puse a calentar y serví tres vasos de coca. Mientras esperaba a que se detuviera el microondas me empezó a vibrar el celular. Con un poco de torpeza, fruto de la ansiedad, lo saqué del bolsillo y me estremecí cuando leí su nombre en la pantalla. Por suerte no era una llamada sino un mensaje.

"Ori necesito hablar con vos, voy a tu casa"

Me congelé. A mi casa? Ahora? Qué?!

"No Julian, no te gastes en venir porque no te pienso abrir. No estoy de humor para pelear con vos, y si hablamos ahora se que vamos a terminar muy mal" - le mandé todo de una porque no quería que me siguiera hablando, quería cortar la conversación ahí, por lo menos por hoy.

No me contestó y eso me alivió, por suerte no se había puesto insistente, eso era bueno. Volví con todas las cosas al living, y morí de ternura con la primer imagen que vi. Estaba Titi acurrucada apoyando la cabeza en el hombro de Agus, quien la rodeaba con su brazo. Eran lo más tierno del mundo.

- Pasame el plato - me gritó mi hermana y bufé
- Parate y agarralo vos flaca - dije mientras mordía un pedazo de pizza
- No, no te pares - gritó Agus, agarrándola entre sus brazos
- Salí tarado - dijo ella riendo y luego de un forcejeo se pudo parar para agarrar finalmente un pedazo de pizza.

- Y? - dije cuando terminamos de comer y volvieron a la posición en la que estaban cuando llegué de la cocina
- Y qué? - preguntó él
- Ya chaparon? - largué muy directa y la cara de Tiziana me hizo largar una carcajada
- Siempre te desubicás, te das cuenta? - dijo nerviosa
- No me contestaste - insistí y puso los ojos en blanco
- No, que vamos a chapar si no me da ni bola - dijo él y Titi le pegó, bien, va aprendiendo de mí
- Como que no te da bola? - pregunté riendo
- Si no se, me boludea, creo que me quiere como amigo - dijo haciendo puchero y nos tentamos los tres
- Callate Agustín, no jodas - dijo Titi volviendo a apoyar su cabeza en el hombro de él y tapándose la cara con una mano
- Bueno chicos los dejo solos porque no estoy de humor para presenciar este tipo de escenitas cursis - dije y me despedí de ellos para volver a mi cuarto.

Pasaban los minutos y yo no paraba de dar vueltas en la cama, no me podía dormir. No podía dejar de maquinarme con todo lo que había pasado esa noche. Desde mi primer "te amo" hasta el maldito "chau Julian". Pero un ruido insoportable me sacó de mis pensamientos. El timbre. Las maldije a las chicas por volver a esta hora y tener que bajar a abrirles pero bueno, no me quedaba otra.

Sacando fuerzas de algún lugar que ni yo conozco, me levanté de la cama y bajé las escaleras sin ningún apuro.

- Seguís acá? - le pregunté a Agus cuando lo vi recostado sobre el sillón, con Titi completamente dormida sobre su pecho
- Si, ya me voy eh, es que se durmió y me daba cosa despertarla - susurró mirándola con ternura y sonreí
- Quedate si querés Agus, no hay problema, mientras no te zarpes - dije y rió
- Bueno, me quedo acá en el sillón, a menos que ella me eche
- Na olvidate, no se despierta hasta mañana al mediodía más o menos - dije y sonrió
- Gracias Ori
- A vos por cuidarla, la verdad que te juzgué mal - dije mientras me dirigía a abrir la puerta.

Gracias a Dios se me ocurrió la brillante idea de mirar por el agujerito de la puerta antes de abrirla. Definitivamente no eran las chicas, era él, Julian. Mi corazón se detuvo y nuevamente mi maldito cuerpo no reaccionaba.

Decidí mandarle un mensaje ya que no me daba la cara para decírselo de frente.

"No te quiero ver ni escuchar Julian, deja de tocar timbre! No insistas porque no te voy a abrir, estoy intentando dormir"  

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora