CAPÍTULO 83

1K 50 2
                                    

  Estuve un largo rato controlando de lejos que Agus no se hiciera el vivo con mi hermana, pero a medida que el vaso se vaciaba, más relajada estaba. Hasta les llegué a gritar cosas como "quedan divinos juntos", "potros", "esa cuñadito", sí, mencioné la maldita palabra. Cuñadito. La odiaba, pero estaba tan contenta que ni siquiera me molestaba decirlo. La cara de Titi hablaba por si sola, me quería asesinar ahí mismo, estaba toda colorada y escondía su cabeza atrás del hombro de Agus cada vez que yo decía algo. Él solo se reía aunque conociéndolo bien, sabía que lo ponían muy nervioso estas situaciones. No había pasado nada entre ellos, simplemente hablaban, había buena onda y mucha química y eso se notaba a kilómetros, pero eran los dos muy tímidos, y estando nosotros ahí, molestándolos y mirándolos a cada rato, obviamente no iba a pasar nada.

- Que mala que sos, la cohibís - susurró Julian en mi oído, rodeando mi cintura por detrás para luego dejar un beso en mi cuello
- Aw es tímida como la hermana - dije y largó una carcajada
- Si, si, claro - dijo irónico, aún riendo - dale, dejalos que hablen tranquilos, no seas cuida por favor - agregó y giré para quedar de frente a él
- Qué? Vos no sos cuida con tu hermana? - pregunté curiosa, creo que nunca me había hablado de Yol
- Na... Va, lo justo y necesario, no soy tan cargoso, ella sabe lo que hace - dijo muy serio y sonreí
- La tengo que conocer - dije pasando mis brazos alrededor de su cintura y acercándome más a él
- Ya la conoces tonta - dijo sonriendo
- No jodas, hace como ocho años que no la veo, esta enorme, la vi el día que te fuiste de Punta del Este, pero solo un segundo y seguro habrá pensado que estoy re loca -dije y reí
- Nada que ver, yo le hablo mucho de vos, ya la tengo un poco harta, pero te quiere conocer también - dijo volviendo a sonreír, me daba ternura como se le iluminaban los ojos cada vez que la nombraba o hablaba de ella
- Ay me muero, le hablas de mí, sos más tierno - dije para luego darle un beso que duró bastante poco, ya que fue interrumpido por nuestras sonrisas - La extrañas? - pregunté mientras pegaba mi frente a la suya y él solo asintió
- Mucho - murmuró haciendo una mueca de dolor y lo abracé aún más fuerte, mientras él hacía lo mismo pero con sus brazos alrededor de mis hombros - es muy complicado esto de estar lejos de casa, vivir solo, sentirte solo, que llegue el domingo por ejemplo, que allá en Paraná siempre lo pasábamos en familia, todos juntos, y encontrarme comiendo solo en la cama, hablando conmigo mismo, es difícil - agregó y se notaba la angustia que sentía en cada una de las palabras que pronunciaba
- Y cuándo los ves?
- Algún que otro fin de semana vienen a quedarse conmigo, o yo voy para allá si no tengo mucho que estudiar, y la mayor parte del verano la paso con ellos - dijo y asentí
- Igual ahora me tenés a mí, y la próxima vez que te escuche decir que te sentís solo te juro que te pego - dije y ambos sonreímos - No, enserio, yo voy a estar siempre con vos, y voy a ir a tocarte timbre cada vez que te sientas solo. Voy a pasar con vos todos los domingos para que sientas que estas en familia, y te voy a llenar de besos cada vez que te vea triste, así - dije empezando a darle besos por toda la cara, provocando un par de risas en él - Te quedó claro? - agregué y él asintió
- Gracias - dijo para luego dejar un beso en mi frente y sonreí
- Gracias por qué? - pregunté frunciendo el ceño y él se encogió de hombros
- Por lo que me decís, porque se que va a ser así, porque con vos siempre me siento acompañado, feliz. El día que no se me forme una sonrisa cuando te veo, o mientras estoy con vos, ahí si preocupate - dijo sincero
- Me vas a hacer llorar idiota - me quejé, cortando con el momento romántico y Julian se limitó a besarme, como solo él sabía hacer, logrando dejar mi mente en blanco por un par de minutos, que parecían eternos.

- Te amo - susurré sobre sus labios y él abrió los ojos de golpe, sorprendido
- No, para, para, decilo de nuevo - dijo con una sonrisa de oreja a oreja
- Qué? - pregunté frunciendo el ceño
- Eso, decilo que me parece que no escuché bien - insistió y reí, era un niño
- Te amo Julian - dije nuevamente, mirándolo a los ojos, con un poco más de vergüenza - te amo, te amo, te amo, te amo - susurré entre besos.

Jamás había dicho algo tan sincero en toda mi vida. Lo amaba, realmente lo amaba, estaba completamente segura de eso, y con charlas como estas lo comprobaba una y otra vez. Ya se que soy bastante fría con respecto a mis sentimientos, mejor dicho cuando quiero demostrarlos, pero con Julian era distinto. Con él era todo tan fácil, era solo mirarlo a los ojos y las palabras salían de mi boca sin ni siquiera pensarlas. Me había animado a decirle lo que sentía y no me arrepentía en lo más mínimo, al contrario. Lo amaba y cada vez que lo veía, cada vez que me sonreía, cada vez que me abrazaba o me besaba, lo amaba aún más. Ni siquiera se si eso es posible, no se puede entender como puede caber tanto amor en una sola persona.

Reencuentros - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora