Sushi

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Me quedé recargada en el muro de la boutique pensando en aquel sujeto extraño que había descubierto mirándome. Algo me decía que lo había visto en algún otro lugar, pero no puedo recordar en dónde. Incluso después de que Maison llego, me fue imposible dejar de pensar en aquel hombre. Había algo raro en la forma en la que me miraba,

--¿no piensas hablar?—me llevé una mano a mi mentón y seguí pensando—¿en qué tanto piensas? Pareciera que estas tratando de descubrir un crimen

--uno nunca sabe lo que la gente hace cuando no estamos—solté sin dejar de pensar

--la gente no debe saber lo que haces o dejes de hacer—en eso tenía razón—¿ya me dirás como te fue? ¿Encontraste un vestido?—mi atención paso al chico que se encontraba al volante—¿Qué?

--¿Qué te sucede?—pregunte sin titubear—¿Por qué repentinamente te muestras interesado en lo que hago?—Maison arqueó las cejas y me dio una rápida mirada—no creas que no me he fijado que desde la mañana andas raro, demasiado amable y atento

--¿no puedo ser amable con mi prometida?—preguntó con enfado

--soy tu falsa prometida, no creo que la amabilidad venga incluida en el paquete—Maison frunció el ceño y siguió conduciendo—ves lo que te digo, no eres alguien amable

--intento ser amable pero tú te pones con esa actitud pesada ¿Por qué no te limitas a responderme?

Maison estacionó el vehículo y bajó del mismo, azotando la puerta en el camino. Bajé y lo seguí al ascensor, no sin antes respirar profundo para no morir en el proceso.

--encontré un vestido—dije después de un rato en silencio. Maison ni me miró—a Camila no le gustó, Olive lloró—informé intentando resumirle la historia—Camila será mi dama de honor...de hecho será la única dama que tendré

Maison no respondió, así que decidí dejar de hablar. El ascensor termino de subir y nos dirigimos en silencio al departamento. Fui directo a la cocina por un vaso con agua, Maison por su parte se fue a su oficina. Rodé los ojos y suspire. Ese chico era demasiado sensible, se enojaba con todo.

Fui a la habitación y me arrojé sobre la cama. Revisé mi teléfono y me puse a escuchar música, poco a poco comencé a animarme. Me levanté de la cama y fui al baño por el cesto de ropa sucia, había bastante, tendría que lavar o no tendría ropa para ir al trabajo mañana. Cantando y bailando fue comencé a hacer las tareas de la casa. Cuando estaba en casa siempre prefería hacer limpieza mientras oía música, aquí ya no me nacía ese sentimiento, al menos hasta el día de hoy.

El departamento no era muy grande, por lo que no tarde mucho para limpiarlo. Lavé ropa, lave el baño, acomodé la recámara, lavé el piso e hice la comida. Me sentía mucho mejor, y bastante sucia, así que decidí darme una ducha. Como era costumbre, metí el teléfono al baño y seguí bailando y cantando mientras me quitaba la suciedad y el sudor del cuerpo. Me sentía mucho mejor, menos ansiosa.

Salí del baño cantando Baepsae de BTS, razón por la cual baila en lugar de caminar como la gente normal suele hacer. Llegué a la cocina con ganas de comer, asi que rápidamente me puse a freír el que antes habia empanizado.

--¿quieres bajarle a tu ruido?—alcancé a escuchar mientras cantaba a todo pulmón. Me giré justo a tiempo para ver a Maison tomar mi celular y detener mi música

--¿Qué te sucede?—me quejé arrebatándole el teléfono de la mano—no tienes derecho a quitar mi música

--es mi casa, puedo hacer lo que quiera—rodé los ojos y volví a poner música justo después de darle la espalda—¿de donde salio todo eso?—preguntó mientras se acercaba a revisar el pescado en el sartén—¿Cuándo compre eso?

Entre Amor Y MentirasWhere stories live. Discover now