¿Una novia oficial?

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Soñe con una enorme puerta que me era imposible abrir. Sabia que del otro lado estaba mi familia, aunque no podía verlos, y queria cruzar pero la puerta era tan pesada que no podía moverla. Luego apareció una mujer que desconozco que afirmaba ser mi tía y que me queria comprar un kilo de limón. Fue un sueño extraño.

Abrí los ojos con pereza y dejé escapar un bostezo. Me quedé en esa posición durante varios minutos hasta que por fin logré quitar ese velo de sueño que me separa de la consciencia. Rodé en la cama y descubrí la cama vacia, cosa extraña.

Busqué mi teléfono, pero recordé que estaba en mi cartera, que se encontraba del otro lado de la habitación, asi que me limite a buscar el reloj para ver la hora.

Era casi medio dia. No podía creerlo, hace días que no dormía hasta el medio día. Una sonrisa se dibujó en mi rostro y la sensación de descanso me hizo quedarme unos minuto más en la cama antes de levantarme definitivamente.

Entre al baño a hacer mis necesidades, lavarme la cara y los dientes. Parecía un mapache, anoche no me desmaquille como debía y el rímel se había corrido, dejando unas manchas grisáceas debajo de mis ojos. Desenrede mi cabello y estire mi cuerpo para alejar esa sensación de estar entumida.

--buenos días—salude mientras me dirigía a la cocina

--¿días? ¿Acaso viste la hora?—ignoré el comentario de Maison y seguí mi camino—¿Cómo te sientes?

--estupenda, necesitaba dormir de verdad—respondí con una sonrisa—¿Qué desayunaste?—pregunte mientras revisaba el refrigerador y sacaba un trozo de melón y algo de yogurt

--un sándwich. Todavía creo que quedo para que te hagas uno—informó desde la sala

--gracias—respondí mientras comenzaba a buscar todo para preparar mi desayuno

Me moví por la cocina con mucho más ánimo que otros días. El ruido de la televisión hacia más amena la mañana y alejaba esa sensación de tristeza de mí. Tosté el pan para mi sándwich y corté el tomate y la lechuga, preparé una taza de melón con yogurt y granola, y una taza de café.

--¿Qué te sucede?—me gire al oír la pregunta, y encontré a Maison con los brazos apoyados en la barra y sus ojos en mi

--Nada, ¿Por qué?—pregunté mientras sacaba mi pan del tostador—¡ay, está caliente!—dejé el pan rápidamente en el plato y lo llevé a la meseta

--No te ves enferma—dijo mientras me miraba tomar asiento frente a el—¿Qué te paso anoche? Te veías mal

--tal vez la comida no me cayó bien, además de que necesitaba dormir de verdad—llevé un trozo de melón a mi boca y sonreí al chico

--tu madre hablo—dijo con un tono serio—dijo que te fueras a tu casa a la una—Maison miró su reloj—tienes media hora—dijo alejándose

--¿me puedes llevar?

Maison no se detuvo. Fue a la sala por su teléfono y siguió su camino a la habitación. Fruncí el ceño, no podía creer que fuera tan grosero. Un suspiró escapo de mi boca y dio pie a un bocado de mi sándwich.

--si no estás lista a la una, te dejaré—soltó Maison desde la habitación

Desayune con calma y cuando por fin termine, me metí al baño a darme una ducha rápida. Maison se encontraba recostado en la cama, por lo que no pude vestirme en la habitación, así que tuve que llevar mi ropa al baño y ahí arreglarme. Solo me puse unos jeans y una camisa color vino, me calcé unos tenis negros que me había comprado hace poco y guarde mis cosas en una bolsa.

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora