No estoy embarazada

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Llegamos al restaurante después de un largo viaje lleno de silencio e incomodidad. Bajamos del vehiculo y caminamos al interior del edificio guardando nuestra distancia. Realmente no parecíamos una pareja a punto de casarse, sino simples extraños.

La chica de la entrada nos guío a nuestra mesa y cuando estábamos a unos metros de llegar, Maison tomó mi mano. Ya era costumbre que lo hiciera cada vez que íbamos a una cena. El chico era excelente para aparentar una vida de pareja feliz, yo no era tan buena actriz, pero debía por lo menos poner buena cara.

--buenas noches—saludó Maison con una sonrisa—disculpen la demora, Rebecca tardó un poco arreglándose—como siempre, echándome la culpa a mí—Howard, Olive esta hermosa—dijo refiriéndose a mi "mamá"

--buenas noches Rebecca—saludó el señor Derricks—la tardanza valió la pena, luces preciosa—dijo tan caballerosamente

--muchas gracias señor—sonreí y mire a Olive y Howard—hola mamá, papá—salude fingiendo felicidad

--¡pero miren nada más!—todos giramos la mirada para encontrar a Stanley con una sonrisa de oreja a oreja—que chica más linda me he encontrado esta noche—la sonrisa que le mostré a Stanley fue tan sincera que me sentí tonta

--Stanley, ¿has vuelto de Corea?—preguntó el sr. Derricks mientras se ponía de pie e iba a saludar a su sobrino—Howard, Olive, les presentó a mi sobrino Stanley Derricks, es el director general de las oficinas que tenemos en Seúl

--Buenas noches tengan todos—saludo Stanley con amabilidad

--mucho gusto conocerte muchacho—saludó Howard mientras le estrechaba la mano—soy Howard Hawkins y ella mi esposa Olive—la mujer también le estrecho la mano mientras sonreía—veo que ya conoces a mi hija—dijo mientras me lanzaba una mirada rápida

--una chica muy hermosa—Stanley me guiño un ojo y sentí mis mejillas enrojecer—tuve el gusto de conocerla en la oficina ayer por la noche

--¿entonces no estas llegando apenas?—preguntó el Sr. Derricks mientras regresaba a su asiento. Todos hicimos lo mismo y nos sentamos a la mesa—por la falta de sorpresa de Maison, asumó que ya se encontraron

--pasamos la tarde juntos—explicó Maison con una sonrisa—estuvo en el departamento con nosotros e incluso tuvo el gusto de probar la comida de Rebecca—las palabras de Maison sonaron como si todo fuera tan perfecto como nuestros padres esperaban, Stanley me dedicó una nueva sonrisa que no pude evitar responder—me alegra decir que se llevaron tan bien como me esperaba

--pero como no, si tu prometida es un ángel—sonreí apenada y bajé la mirada sintiendo mi rostro enrojecer

La conversación siguió y siguió. Con Stanley ahí, la atención paso a ser suya, el chico hablo de su viaje y del año que llevaba viviendo en Corea. Como era común, hablaron de negocios y socios nuevos o que quería conseguir. Me mantuve en silencio salvo cuando me preguntaban algo. Trataba de tener una mejor actitud, pero no podía lograrlo con tanta facilidad, a diferencia de Maison, a mi nunca me educaron para ser hipócrita.

Mis padres fueron muy claros cuando me dijeron que no debía ocultar si algo no me agradaba, que nunca debía mentir ni engañar a la gente, que siempre debía ser yo, no debía avergorzarme ni esconder mi personalidad. Si ellos pudieran verme se sentirían tan decepcionados de lo que su hija es ahora, una mentirosa cobarde con temor a ser ella misma.

--¿y que dices?

--¿Qué?—levanté la mirada de mi plato y encontré que todos en la mesa me miraban—¿me...perdí de algo?—pregunté nerviosa

--pregunte que te parece la idea—repitió Olive, pero no la habia escuchado en absoluto pero no podía decirle eso

--es...una excelente idea—solté tratando de no sonar tan torpe

Entre Amor Y MentirasOnde histórias criam vida. Descubra agora