Freedom Is Not Real [Yaoi/Gay] [Gumshall]

¡Sopresa encantadora!

(Gumball)

Después de que Crimson se fuera, Marshall me veía extraño, como si hubiera dicho algo malo. Miró al reloj rosa colgado arriba de un cuadro de Times Square a blanco y negro, eran las seis y media, tomó más dinero y salió por la puerta sin decir nada más.

—Tres horas más tarde—

Y aquí me tienen, sentado en la cama con Luna Pelota en mis piernas, la pongo a un lado y me paro frente al ventanal que da al balcón, afuera el cielo se está callendo y está oscuro, no hay luna ni estrellas. Marshall no ha regresado, estoy más que preocupado, Sweetpea trajo comida china para cenar. Bubblegum no salió de la cocina para nada. Marshall... ¿qué estará pensando ahora?
Suena mi celular. Al ver la pantalla, mi corazón da un vuelco: es un mensaje de Marshall:
"Necesito de tu ayuda, estoy en el restaurante 'Le Paradis' ¿puedes venir?"
Enseguida escribo mi respuesta, tomo mi abrigo rojo y me cambio mis zapatos Gucci por unas botas para lluvia color negro. Tomo mis llaves y una sombrilla color vino. Salgo y camino por las oscuras y mojadas calles de París, se escucha un trueno y salto del susto. Me paro en la acera y tomo un taxi.
Al cabo de unos minutos, llego a mi destino y veo a Marshall sentado en una mesa cerca de una ventana. Camino y él me ve con una mirada de ternura.
—Hola mi amor —dice.
—Hola —susurro, se acerca y me da un beso. Dejo mi abrigo en el respaldo de la silla, saco mi iPhone y mi billetera Chanel color rosa. Desde que me mudé con Sweetpea me acostumbré a tener cosas caras y de diseñador, lo cuál me gustaba, pero a la vez lo creía suficiente. Aunque bueno, ella tiene dinero hasta para regalar.
Marshall me ve con seriedad, un camarero no más grande de edad que yo se acerca y sonríe amablemente.
—Bienvenidos a Le Paradis, ¿qué desean ordenar?
—Filete en salsa de mango, por favor —digo mientras noto que él se sorprende por mi tono de cabello.
—Yo quiero una ensalada de cangrejo con aderezo de durazno, por favor.
—¿Algo de tomar? —dice el chico anotando nuestra orden.
—Vino rosado, por favor —dice Marshall.
—¿Alguna marca en especial?
—La que sea está bien.
—En seguida traigo su orden.
El chico se da media vuelta y se dirige a la cocina. Yo aprieto los labios y miro fijamente a Marshall.
—¿Qué hacemos aquí Marshall?
—Ummh... ¿cenar? —dice con un tono monótono.
—Pudimos cenar en casa.
—No cuando es una ocasión especial.
—¿Y qué tiene de especial esta noche?
El chico llega con nuestras órdenes y deposita nuestros platos en la mesa. Un filete está bañado en salsa color amarillo y alrededor hay adornos pintados con la misma salsa, una pequeña hoja de eucalipto adorna la carne, acompañada de ensalada de verduras con pedazos de mango y fresas. Destapa la botella de vino rosado y llena dos copas hasta un poco más arriba de la mitad.
Tomo un bocado. La carne está deliciosa, y la salsa no está muy dulce, lo cual hace que sea aún más perfecta la comida, la ensalada tiene un toque de limón, sabe exquisito. Tomo un poco de vino.
—Sabes, cuando te conocí no creí vivir tantas cosas a tu lado —empieza a hablar—y por eso, quiero agradecer todo este tiempo a tu lado.
Un nudo empieza a formarse en mi garganta.
—Marshall...yo...
—No. No digas nada, hemos pasado por muchas cosas, y me he dado cuenta de algo.
—¿Ah sí? ¿De qué? —no puedo hablar más, en cualquier momento me pondré a llorar.
—De que nuestro amor es verdadero, aunque también me di cuenta de que te gustan patanes.
Curvo una ceja hacia arriba, de pronto la imagen de Crimson me pasa por la mente, pongo los ojos en blanco y tuerso la boca.
—Por lo tanto, esta noche no llegaremos a dormir —sonríe con picardía. Levanto la vista y le devuelvo la sonrisa.
—Pero que pervertido es usted, señor.
—Como si usted no lo fuera —me dedica su sonrisa cautivadora.
—Entonces, ¿debo avisar que esta noche no llegaré a dormir por ir a un hotel contigo para coger muy muy duro?
—Algo así, pero con palabras más sutiles, pero antes debemos hacer algo especial.
—¿En serio?
—Sí, allá afuera.
—Pero, está lloviendo.
—Ya paró.
—Muy bien, entonces vamos.
Doy un sorbo a la copa y me acabo rápido el líquido. Siento un ligero mareo. Marshall acaba su comida y se para, por suerte yo había terminado antes, él me toma la mano y salimos, está lloviznando un poco, por lo que abro el paraguas de nuevo, él me lo quita y me agarra del brazo, caminamos juntos por las calles alumbradas de París hasta llegar a un parque, cuyos senderos están alumbrados por ligeras lámparas de aceite coloniales. Caminamos hasta llegar cerca de una fuente.
—Creí que sería una noche alocada.
—Lo será, pero primero un poco de romance —me detiene en frente de la fuente, sus chorros de agua se iluminan con luces de colores, cada chorro con un color diferente: primero rojo, después rosa, luego del azul, al verde, amarillo y así hasta formar toda la gama de colores. Toma mi cara entre sus manos y me besa, me besa como nunca lo había hecho, siento el amor recorriendo nuestros cuerpos. Me toma de la cadera y me acerca mucho más a él. Sonrío en el beso, me separo y lo abrazo muy fuerte.
—Te amo Marshall.
Siento una lágrima rodando por mis mejillas. Suspiro fuertemente y él me separa, noto que está llorando también.
Él me ve y baja la mirada, saca una cajita de su chamarra de cuero negra y me ve sonriendo.
No, no es lo que creo que es... Se hinca en una sola rodilla como de película, abre la cajita y noto un destello, un anillo de oro blanco con tres pequeños diamantes acomodados como en el ícono de Harley Quinn está reposado ahí, en el pequeño cojín de terciopelo negro. Suelto una ligera risita y él solo sonríe.
—Gumball, mi amor, ¿quieres ser mi esposo?
—Sí, sí, sí. ¡SI! —grito muy fuerte. Me aviento a Marshall tirandolo en el pasto. Le planto un gran beso en los labios y él sonríe. Yo me pongo a llorar fuertemente, no por tristeza, sino de felicidad, mi más grande sueño se cumplirá.
—Te amo Marshall.
—Yo te amo mucho más, mi lindo algodón de azúcar.

Notas:
Bueno, ya pueden golpearme.
Tardé muchísimo porque cambié de celular y bah fue un lío.
Pero he aquí el capítulo, espero sea de su agrado ❤
Los amo ❣