Pude ver claramente que Aro no estaba de acuerdo a la verborragia de su hermano... sin embargo no hizo nada para detener sus palabras.

"Imbéciles... ¿qué interés tendríamos nosotros en derrocarlos? Tan egocéntricos como todo vampiro" se quejó Jacob al oírlos.

Tenía que hacer algo...

Carraspeé audiblemente para atraer su atención, Aro volteó a verme acompañando por la mirada iracunda de Cayo,

_Cayo, es mediodía_ murmuré señalando a mi amigo y aliado _Éstos no son hijos de la luna, claramente. No tienen ninguna relación con sus enemigos en el otro lado del mundo_

_Tu crías mutantes aquí_ replicó Cayo con alevosía. Tenía que defender a mis amigos... poner la cara por ellos, ya que ellos habían hecho lo mismo por nosotros.

_Ni siquiera son hombres lobo_ repliqué enfadado, tratando de contenerme de no dejar escapar mi ira que bullí en mi interior gracias a su odiosa idea cerrada y obstinada.

"Hummm ¿Y que somos entonces Edward?" sentí la voz mental de Jacob detrás de mí, pero la ignoré. Él mismo sabía que no eran lo que ellos trataban de imponer.

_ Estimado Cayo, te habría advertido a que no presionaras este punto si con tu mano me hubieses dicho tus pensamientos_ murmuró Aro _Aunque estas criaturas piensan que son lobos, no lo son. El nombre más exacto para ellos sería desplazadores de forma._ dijo con prestancia el antiguo _La opción de tomar la forma de un lobo, sólo fue una opción. Habría podido ser un oso o un halcón o un pantera cuando el primer cambio fue realizado. Estas criaturas no tienen nada que ver con los niños de la luna. Han heredado simplemente esta habilidad de sus padres. Es genético - no continúan su especie infectando a otras la manera que lo hacen los hombres lobos verdaderos_

"Increíble que los encubra!..."

_Saben nuestro secreto_ dijo inmediatamente después de sus pensamientos.

Estuve a punto de contestar a esa acusación, simplemente todos estábamos comprometidos, los lobos también se estaban exponiendo aquí... pero la voz de Aro se adelantó.

_Son criaturas de nuestro mundo supernatural, hermano. Quizá, ellos dependen más del secreto que nosotros, ellos están expuestos. Cuidadosamente, Cayo. Las acusaciones engañosas no nos llevan a ninguna parte_ dijo como si me hubiese leído la mente.

Cayo solo respiró hondo aún con pensamientos contradictorios y asintió reticente, en su mente trascurría una lucha interna... sí obedecer a Aro y dejar que obtenga lo que quisiera tratando de convencernos a todos de que estaba dispuesto a tratar con diplomacia o simplemente continuar con su propias reclamaciones, pero sabía que Aro no estaba dispuesto a dar brazo a torcer, sabía que Aro no quería una lucha... si era posible, deseaba llevar sus tesoros sin derramamiento de sangre, en forma figurada. Aro también sabía que el enfrentamiento de un vampiro con un hombre lobo, simplemente era una buena manera de suicidarse... Cayo no entendía eso.

"Somos lo que somos... no hay que negarlo, no compartiré nunca los ideales de paz cuando hay guerra en su mente, guerra y muerte"

Su descontento me daba una leve idea del porqué no quería compartir sus pensamientos con Aro.

_Deseo hablar con la delatora_ dijo en voz alta Cayo, para luego voltear y fijar su mirada en una inasible Irina, que casi podía llegar a temblar detrás de ellos sostenida por gente de la guardia. Ella sin embargo no miraba directamente a el antiguo, sus pensamientos y su preocupación absoluta estaba puesto en sus hermanas que estaban del otro lado dispuestas a luchar por algo que ella provocó.

Podía ver el arrepentimiento en sus ojos.

"No, no... qué harán ahora... ella está arrepentida, lo sé, pude verlo en sus ojos" pensó Tanya detrás de mí.

Amanecer (por Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora