Capítulo 30

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—Dani ¿podemos hablar? —Preguntó Kath al terminar el desayuno.

—Uhm, claro —estaba nerviosa y se me notaba.

Me levanté de mi lugar, sintiendo las miradas de Lauren y Lisa fijas en mi, y seguí a mi hermana al lobby del hotel.

—¿Es cierto lo que escuché ayer?

—Sí —bajé la mirada a mis manos que estaban algo mojadas por la transpiración.

—¿Ustedes están en algo? Es decir...

—Sí, estamos en algo.

Muchas veces mi tristeza se convertía en enojo, y esta situación me dolía, me enojaba. Yo amaba a Lauren, la amaba incluso más que a mí misma, quería estar con ella y gritar a los cuatro vientos que la quería, y que ella me quería también.

Pero no podía.

—Nos besamos, muchas veces, y también hicimos el amor —las lágrimas corrían por mi cara —la amo ¿sabes? La amo y no se lo he dicho aún. No me digas que está mal, porque ya lo he escuchado varías veces.

La expresión de Katherine era ilegible, tenía el rostro pálido sin ninguna expresión.

—Dani... no puedo decirte qué tienes que sentir y qué no, lo sé, pero ¿eres consciente de la situación?

—¡Sí! ¡Claro que soy consciente de la situación! ¡¿Cómo no voy a ser consciente de esto?! ¿Por qué crees que me pasaba los días sin comer dentro del cuarto, encerrada, alejada de todos, cada vez que Lauren se iba con un chico? Pues porque me gustaba, y pensaba que estaba mal... Pero el amor es así, raro, inexplicable ¿vale? No puedo hacer nada con ello. Es como es, le guste a quien le guste.

—Dani, yo... ¿han pensado qué pasaría si los fans se enteraran? O peor aún, mamá y papá.

—Nadie tiene por qué enterarse, nuestra relación es a puertas cerradas por más que me gustase que fuera de otra forma. Por favor Kath... —sorbí los mocos y me sequé los ojos, pero fue en vano porque seguía llorando.

—No sé qué decir al respecto, pero... esto no puede ser, Dani, no quería decirlo, pero es tu hermana, ¿sabes que está prohibido por la ley? No pueden casarse.

—Katherine, no pido que lo entiendas, ni que me apoyes, yo puedo sola, siempre pude, y ahora puedo ser feliz después de años sin comprender qué cojones pasaba conmigo.

—¿Lo sabe Christina?

—No. No tiene por qué saberlo.

—Dani... tienes que contarle.

—¡No! —comencé a llorar más fuerte.

—Danielle, esto es difícil tanto para ti como para mí, pero tienes que comprender lo grave de la situación.

—¿Es grave que ame? ¡Dime! ¡¿Acaso es grave que ame?! —grité y Lisa apareció por la puerta.

—Vamos, ven Dani, vamos al baño.

Katherine miró a Lisa sorprendida.

—Luego hablaremos, sin gritos y como personas adultas —dijo Lisa antes de salir conmigo.

Subimos a mi habitación y entró conmigo al baño.

—Anda, lávate la cara.

Le hice caso, me lavé la cara y soñé mi nariz.

—Lisa... —No podía hablar, el llanto amenazaba con salir de vuelta.

—Hey, ven —salimos del baño, se sentó en la cama y yo a su lado— ven aquí Dani —me abrazó mientras me acariciaba la espalda —lárgalo ¿vale? Tranquila. ¿Ya?

Dear Lauren: I love you... Where stories live. Discover now