9

326 33 6
                                    

Conduje hasta el centro de entreno pese a que Luis Enrique nos había dado el día entero de descanso. Era temprano, cosa de que me diera tiempo hacer mis diligencias e ir a recoger a Sofi y a los niños al aeropuerto.

Apenas ayer fue el partido contra el Dortmund, el cual acabó con una victoria para nosotros de 1-0, con un gol de Rakitic. Resultado esperanzador pero nada seguro.

En cuanto al brasileño, pues, no nos hablábamos desde nuestra discusión hace dos noches, claro, sin contar las estrategias trazadas sobre el terreno de juego, manteníamos la profesionalidad después de todo.

Llegué al recinto y de inmediato me dirigí hacia el área de terapia, allí estaba la persona con la que quería hablar, la última (hasta donde sé) en ver a Leo...

- ¡Luisito! ¿Cómo estás? –me saludó un muy alegre Guillermo Arcia.

Guillermo, mejor conocido como "Memo" o "Guille", era uno de los principales terapeutas del club, tenía mucho tiempo ejerciendo y era apreciado por todos. En ese instante se encontraba desocupado en su consultorio, sentado en su escritorio junto a su asistente, un joven llamado Fabio, cuyo apellido me es difícil recordar.

- Dime, ¿qué te trae por aquí? ¿Sientes alguna molestia? –preguntó Guille muy amablemente como de costumbre, yo le sonreí.

- No Guille, no te preocupes... Más bien vengo a preguntarte algo.

- Bueno, soy todo oídos –contestó con su típica sonrisa bonachona que resaltaba a través de su espeso bigote canoso.

- Es sobre Leo... La verdad todo esto de su lesión me tomó por sorpresa, quería que me explicarás más sobre la situación.

- No hay nada de qué alarmarse Luisito –expresó el terapeuta con voz dulce y ojos tiernos- Es sólo una sobrecarga menor, la debe estar acarreando desde el partido contra el Osasuna, nada que reposo y un poco de terapia no puedan arreglar. Sé que te inquieta porque es tu amigo, pero te puedo asegurar que estará de vuelta muy pronto –sonrió.

- ¿Encontraste algo más en sus exámenes? –volví a interrogar, quería recabar la mayor cantidad de datos posibles.

- Nada fuera de lo ordinario, fue muy rápido, así como el de Neymar... ¡Ah sí! También lo revisé ayer.

- ¿De veras? ¿Y qué tenía? –expresé fingiendo que no conocía ese hecho.

- Una ligera molestia, nada muy grave, le aplicamos calor sobre la zona y se alivió rápidamente.

- Pero, ¿los atendiste a los dos al mismo tiempo?

- No exactamente al mismo tiempo, claro –rió- Pero sí, ambos estaban aquí ayer, llegaron simultáneamente de hecho –Qué coincidencia...

DesaparecidoWhere stories live. Discover now