Epílogo

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-Galileo, galileo. Galileo, galileo. Galileo, galileo. ¡Figaro!

-Cantas fatal. -June bufó y volcó los ojos.

-Canto increíble. -Le aseguré prosiguiendo con Bohemian Rapsody, pero ella bajó el volumen de la radio.

-No más karaoke por hoy. -Sonrió.

-No eres divertida. -Entrecerré los ojos en su dirección mientras esperaba que la luz roja cambiara. Una vez que lo hizo, presioné el acelerador y seguí mi camino.

-¿Puedes decirme a dónde vamos? -Cuestionó por décima vez.

-No. Aún no. De todas maneras, pronto te darás cuenta.

Seguimos conduciendo con la música en mínimo volumen, sin evitar que yo tarareara despacio la letra de las siguientes canciones.

Lo cierto era que ella no se esperaba que la llevara a la cárcel. Y menos aún a ver a su padre. Ya habían pasado como unos seis años desde la última vez que lo vió, sin embargo yo recordaba ese día como si fuese ayer, y había algo que tenía que admitir; su padre la extrañaba muchísimo.

Podré no ser un experto en sentimientos, pero perder a mis padres fue una de las peores cosas que me pasaron y daría lo que sea por volverlos a ver. No quiero que June se arrepienta de algo, aunque él sea el más hijo de puta en toda la existencia, y a pesar de que yo lo odie por haber colaborado en todo lo que le pasó a Mia. Perdonar era algo necesario para seguir adelante, y si ella no lo perdonaba hoy al menos yo sabría que hice todo lo que pude.

Claro, dependiendo también de si él cambió.

La enorme cárcel ya se podía ver de lejos, y sentía la mirada confundida de June sobre mí.

Me estacioné a un lado y le abrí la puerta a mi hermosa esposa, que cargaba a mi próximo hijo en su vientre. Ella me sonrió ante el gesto y le di un pequeño beso en la mano, mientras pasé el brazo por su cintura por si se desequilibraba al caminar. Nunca estaba seguro con ella, era bastante torpe.

Entregamos nuestras pertenencias y aparatos electrónicos en la primera estación de guardias de seguridad.

-Buenos días, ¿visita? -Me preguntó una oficial en la ventanilla.

-Um, algo así. Venimos por alguien.

-Un momento por favor. -Pidió, tecleando en su computadora. -Hoy sólo tenemos la salida de Kennedy y Porcher.

-El señor Porcher. Es a él a quien venimos a recoger.

Sentí la mano de June apretar mi brazo con fuerza y noté cómo su mano viajó a su estómago en un reflejo. Me miró molesta, pero no dijo nada.

-Espérenlo en la sala de este lado por favor. -Señaló una puerta corrediza a su izquierda. -Enseguida lo traeremos, tiene que firmar unos papeles y es todo.

-Gracias. -Asentí y caminé con June hacia adentro. Por suerte, el lugar estaba vacío a excepción de cuatro mesas y un par de sofás. Había música de fondo para ambientar, pero aún así era un lugar tosco.

-¿Por qué me trajiste aquí? -Espetó June.

-Ya habíamos hablado de esto. -Suspiré entrelazando nuestros dedos. -Prometiste que hablarías con él.

-Claro, pero podrías haberme preparado. No venir a verlo sin previo aviso. Además, ¿cómo es eso que no estamos de visita?

-June, tu padre sale hoy de la cárcel.

Ante eso, ella abrió los ojos sorprendida. Estaba a punto de decir algo, pero la puerta trasera se abrió, y luego una reja eléctrica que supuse era de seguridad.

El padre de June había cambiado increíblemente desde la última vez que lo vi. Tenía una barba bastante larga, al igual que su pelo, que prácticamente le llegaba a los hombros. Además, había enflaquecido muchísimo, dándole un aspecto más joven.

Él también se sorprendió al ver a June.

-¿Hi... hija? -Balbuceó acercándose con lentitud. Tenía una mochila verde en la espalda, una polera blanca y un pantalón oscuro.

June se puso de pie nerviosa y se refregó las manos en su camisa. Su estómago no era enorme, ya que sólo tenía cinco meses, pero aún así era bastante obvio que estaba embarazada.

-Dios mío June. ¿Vas a tener un bebé? -Abrió la boca y la volvió a cerrar.

-Um, sí papá. Ya estoy casada. -Explicó mostrando su dedo rodeado por la banda dorada. -Y este pequeño tiene cinco meses y medio. -Agregó.

El padre de June se acercó con pasos temblorosos y cuando subió la vista, tenía los ojos húmedos.

De repente, se lanzó de rodillas al suelo y tomó la mano de June entre las suyas, apoyándola en su frente.

-Mi niña, por favor perdóname. -Sollozó. -Te juro por Dios que no soy la misma persona de antes. He cambiado mucho, estos años aquí me han hecho pensar las cosas y estoy tan, pero tan arrepentido. -De repente, sus ojos se dirigieron hacia mí. -James, a ti también te debo una enorme disculpa. A toda tu familia. No sabes lo mucho que me he torturado pensando en el daño que les causé. Yo... yo hubiera preparado una mejor manera de expresarles cuánto lo siento, pero no tenía idea que ustedes venían por mí y... -Su voz se cortó en medio del llanto.

June había empezado a llorar también, incluso más que su padre. Las mujeres embarazadas tienden a ser mucho más emocionales, de modo que me limité a poner mi mano en uno de sus hombros.

-Papá, ponte de pie. -Murmuró ella.

Su padre lo hizo, y ella lo engulló en un abrazo algo incómodo por su gran estómago. Los observé con cuidado, manteniendo una mano en la espalda baja de ella.

-Sólo necesitaba oír eso. -Aclaró ella alejándose un poco. -Sentí que ya te había perdido. Me alegra que nuestro bebé vaya a tener un abuelo en su vida. -Sonrió observándome y yo encogí los hombros.

El padre de June sonrió alegre y asintió sosteniendo nuevamente su bolsón. Nos retiramos del lugar, firmando otros documentos al salir. June volvió a sentarse adelante y su padre detrás. Lo miré por el espejo retrovisor y asentí ligeramente cuando me devolvió la mirada. Fueron las "gracias" silenciosas que me ofrecía, y viendo a June tranquila era mi recompenza.

Manejamos de vuelta a nuestra nueva casa en el mismo silencio cómodo con el que llegamos, pero esta vez con el sol más arriba en el cielo.




Siento haber tardado tanto, tengo un montón de cosas en la mente. En realidad ya tenía el epílogo hace una semana, pero ni siquiera tuve tiempo para subirlo. (Pensé que ya lo había hecho)

Espero que hayan disfrutado de James tanto como yo, :) Sé que no fue un libro muy largo, pero gracias por todo el apoyo que demostraron. Pronto seguiré escribiendo mi otra historia, que dejé a medias, "Por el odio se empieza". Aunque tal vez la reescriba. 

Muchas gracias por todo ♥

-Pandora

James LassenWhere stories live. Discover now