7. Emboscada

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GIF EN MULTIMEDIA: Algo así como James cuando se desespera. 



            Sabía a ciencia cierta que mi móvil no había dejado de vibrar desde que el sol salió. Pero el cansancio por todo lo sucedido la noche anterior y la pereza matutina no me dejaba reaccionar.

-Apaga esa jodida cosa antes de que la estrelle contra la ventana. –Gimió Charles lanzándome una almohada.

Gruñí por lo bajo y tanteé la cama en búsqueda del aparato. Mis dedos llegaron a su botón de apagado, y le eché un vistazo antes de apretarlo.

El nombre June brillaba en la pantalla y por un segundo, casi ignoro la llamada. Suspiré y contesté.

-¿Qué pasa ahora? No me pienso disculpar, ¿sabes? –Mascullé.

-¡Qué tono más desagradable muchacho! –Chasqueó alguien a la otra línea. La voz me resultaba increíblemente conocida.

-¿Quién habla?

-¿Ya no te acuerdas de mí? Ayer tuvimos un pequeño encuentro... -Rió por lo bajo.

Mis ojos se abrieron de golpe y me senté como si mi cuerpo fuera un resorte.

-¿Gabrielle?

-La misma. –Podía sentirla sonreír desde la otra línea. –Resulta ser que encontré algo muy preciado para ti. Verás, no me he podido acercar a Mía tanto como lo desearía, pero esta rubia fue tan fácil...

-¿Qué quieres?

Estaba necesitando de todo mi autocontrol para no gritarle.

-Esto es lo que va a pasar. –Carraspeó. –Gracias a ustedes, mi reserva de dinero es increíblemente escasa. Mis cuentas de banco congeladas, mis ahorros desaparecieron... Así no puedo hacer nada. Quiero que me dejen dos millones a cambio de la vida de... ¿Cómo es que te llamas, preciosa?

Un ruido y un golpe fueron escuchado.

-June. –Escuché su voz atemorizada al otro lado de la línea.

-Le tocas un solo pelo... -Amenacé.

Sentí a mis hermanos acercarse, más consternados cada vez.

-Ush, ush. No le pasará nada mientra tenga mi dinero. Mira que desde lo de Nataly aún tengo unas ganas tremendas y cuentas pendientes con Rachel. Pero, la dejaré tranquila por ahora.

La línea quedó en silencio. No tenía palabras para responder a eso, sólo sentí cómo mi sangre se heló de inmediato.

-En fin, te mandaré la dirección por mensaje. No los quiero cerca, a nadie involucrados.

Colgué apretando la pantalla con fuerza y lo siguiente fue mi celular destrozado contra la pared.

-¡Maldición! –Grité más que furioso. ¿Cómo se atrevía? ¿Lo que había hecho ya no era suficiente, ahora tenía que tomar algo más en mi vida? -¡Maldita prostituta!

Un ardor cruzó mi rostro, y me di cuenta al instante que era Mía. Me había golpeado en la mejilla con su palma.

-¡Compórtate! –Exclamó y apretó sus dedos en mis hombros.

-¡Todo esto es tu culpa! –Siseé. –Si tan sólo no la hubieras metido en esto...

-¿Es que no se pueden callar? –Gritó Cris detrás de ella. Era primera vez en mucho tiempo que escuchaba a mi pequeña hermana levantar la voz. Tenía un auricular inalámbrico conectado a su oreja y fruncía el ceño con fuerza.

James LassenWhere stories live. Discover now