4. Estrategias

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James de imagen multimedia.


***

"Todo mundo pone alguna vez toda su confianza en la persona equivocada.

-The Blessed."

***


James

Entre titubeos y exclamaciones, June logró indicarme la dirección a su casa. No estaba muy lejos de la mía, cosa que agradecí ya que sinceramente no deseaba seguir manejando la motocicleta.

Una vez llegamos, ella se bajó tropezando con sus pies. Le di la mano para que pueda tener apoyo y me sonrió en agradecimiento.

Su casa tenía un estilo moderno, con luces que salían de diversos puntos del jardín. No tenían seguridad, como las mayorías de las casas en la zona, pero se podía ver las cámaras adornando cada rincón del lugar. Lancé una mirada rápida hacia las ventanas del lugar, encontrándome con cada una de ellas apagadas.

-¿Nadie te espera? –Pregunté frunciendo el ceño.

-Mamá está de viaje y mi padre... -Carraspeó. –Digamos que está ocupado.

-Ajá. –Apreté los labios y sin preguntarle, metí mi mano a su cartera.

-¿Qué haces?

-Dejo mi número en tu móvil. –Comenté. –Si algo pasa me llamas. –Sonreí. –Si nada pasa, también me llamas.

Aquello provocó que suelte una ligera risa y se ruborice.

-Adiós, June.

Hice rugir a la motocicleta y avancé sin mirar hacia atrás, sintiéndome extrañamente extasiado.

Conduje algunos minutos a toda velocidad, con el casco colgando en el asiento trasero y el viento chocando directamente con mi rostro. Ya no parecía tan mala idea ir en motocicleta.

Dejé que Key, el guardia de seguridad, estacionase el vehículo. Entré dando pasos seguros y limpié mis botas en la alfombra de bienvenida. Las luces estaban totalmente apagadas, y lo único que sonaba eran las cámaras de seguridad, soltando leves pitidos de vez en cuando.

-¿Qué tal el paseo? –La voz de Mía me hizo saltar del susto, casi tropezándome con mis propios pies.

-¡Maldición! –Exclamé pasando una mano por mi rostro. -¿Qué diablos haces despierta a esta hora?

-Esperando. –Encogió los hombros.

Volqué los ojos al mismo tiempo que di un paso en su dirección. Tenía las piernas extendidas en el sofá y ambos brazos detrás de la cabeza, entrelazando los dedos por la nuca. Esa posición le daba el aspecto de dejadez tan propio de ella.

-¿Qué esperabas, pequeño demonio?

-A ti. Quiero detalles de lo que pasó con June.

-Nada. Exactamente lo que pasó. ¿Qué hiciste con sus amigas? –Pregunté de inmediato.

-¿Por qué crees que yo tengo algo que ver con ello? –Contraatacó fingiendo sorpresa y colocando una mano es su pecho. La miré mal y sonrió. –Bien, bien. Les di un par de pases Vip para que fueran al segundo piso.

Negué lentamente con la cabeza ante sus ocurrencias. Mía se traía algo en manos y, por desgracia, cuando quería algo siempre lo conseguía. No por nada antes era la cabecilla de todos nosotros, nuestro pase a cualquier lugar. Su manera de convencer a las personas era impresionante. A su lado, todos nosotros parecíamos un montón de fracasados en ese tema.

James LassenWhere stories live. Discover now