Ángel

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Antes que nada, declaro que los personajes no m pertenecen, son del par de idiotas, porque si OUAT fuera mía el SwanQueen sería cannon desde la temporada 2 y en la actualidad hasta ya tendrían 3 hijos muy lindos y un perro, pero como no es mía tendré que conformarme con hacer fanfic. Por cierto, los lugares fueron medio inventados para dar vida al fic.

Y nada, espero que me dejen muchos votos para ver si sigo la historia, haganme saber como voy en sus comentarios

Capitulo 1

El lago Tempe, un lindo lugar donde pasar la tarde en familia disfrutando de la naturaleza, los juegos acuáticos y el picnic, suena como un día espectacular. Es exactamente lo que hacen las personas que ahí se encuentran. Todos menos una joven de hermosa cabellera rubia.

Una chica de a lo menos dieciocho años, sentada en el suelo del pequeño muelle de madera, comiendo unos sándwiches, bebiendo cerveza y derramando una que otra lágrima de vez en cuando.

Se sentía patética... Totalmente patética.

Jamás debió confiar en él. Nunca confío en nadie y aún así terminó confiando ciegamente en él, se sentía estúpida y una vez más... sola. No valía la pena la estupidez que había hecho unas horas antes por él. Había recuperado los relojes que él había robado, él le prometió ser libres, tener un hogar, vivir en Tallahasse, pero claro, él la había abandonado y entregado a la policía.

Aún recordaba como pudo huir en ese momento.

Flashback.
Se encontraba en el lugar que habían acordado juntarse, pero la hora pasaba y él no llegaba, intento llamarlo por teléfono, pero solo escucho la voz robótica al otro lado de la línea, que le decía <<El número que intenta localizar está fuera de servicio, si cree que este mensaje es un error...>> cortó la llamada.

-Claro que es un error-. Dijo ella.

-A menos que sea una trampa-. Escucho que decía un hombre a sus espaldas, al voltear se encontró con un policía apuntándole con un arma.-Quiero que levante las manos por favor.

-¿Pero porque?-. Dijo ella haciendo lo que le pedía.

-Por tener objetos robados, la dejó esperando.

-No es verdad-. No lo podía creer, si hasta hace unas horas iban a huir juntos.

-Detesto decirlo pero su amigo escapó, ya debe estar en Canadá, nos dejo una pista, dijo que viéramos el video de vigilancia en la estación del tren. Deme ese reloj... ¡Ahora!-.Pegó un salto por el grito del policía e hizo lo que le dijo. -¿Conoce sus derechos?-.pregunto acercándose guardando el arma, con las esposas en la mano y bajando la guardia.

En cuanto se dio cuenta de eso, lo golpeo con el codo en las costillas, luego un pisotón en el pie, por lo que el policía se agacho instintivamente y ella le dio otro codazo en la espalda y nuca, el policía quedó inconsciente, y salió huyendo. No se dejaría encarcelar así de fácil, primero debía encontrar a Neal y hacerlo pagar por lo que hizo.

Siguió corriendo hasta llegar a una licorería, primero debía pasar el trago amargo de la decepción de haber sido abandonada por él y para pasar el susto por haber golpeado a un policía, definitivamente aprender esos trucos le habían servido con sus compañeros en las casas de acogida, pero no pensó que serviría también con alguien entrenado.

Luego de comprar, algo de comida y mucho alcohol, se dirigió a lago, ese lugar la relajaba.
Fin Flashback

De eso habían pasado ya muchas horas. Ahora solo bebía para olvidar.

Estaba mirando a las demás personas hasta que se fijo en un pequeño niño que se acercaba a la orilla del muelle para subirse a un pequeño botecito, luego miró hacia otro lado y volvió a mirar donde estaba el pequeño segundos antes, y ya no estaba. Lo buscó con la mirada y vio que estaba en el agua a un par de metros pidiendo ayuda.

-No, no. Estoy segura de que alguien mas vio.- decía mirando a las demás personas que seguían en lo suyo -Para el momento en que llegue allí, alguien más lo habrá salvado, no tienes que hacerlo. No, no tienes que hacerlo, estas borracha-. Pero la gente seguía sin darse cuenta -incluso si no lo estuvieras alguien mas lo hará... cielos por que soy yo ¡otra vez!-corrió hacia la orilla y se lanzó al agua llamando la atención de las demás.

Mientras ella llegaba hacia el niño, el padre de este se subió al bote donde antes el pequeño quería subir y remó hacia ellos. La rubia ayudo al pequeño a subir, pero en el momento en el que ella lo haría, le dio un calambre y comenzó a hundirse, no podía nadar, tampoco podía flotar, solo se hundía.

-No así no puedo morir, ¿verdad?-.Se preguntaba así misma mientras más se hundía.

-por estas cosas no se debe meter uno al agua después de comer, ¡maldición!. Voy a morir sola, como he pasado toda mi vida, ni siquiera encontré alguien a quien amar, o peor aun alguien que de verdad me amara, y no que fingiera hacerlo.

-Si así termino... deseo... encontrar amor en mi otra vida-. En eso ya no pudo más y cerró los ojos. Pero ya no se sentía perdida, sentía que podía respirar. Trató de abrir los ojos pero una luz cegadora se lo impidió, sentía el viento, escuchaba el movimiento de arboles con este y alguno que otro pájaro. Se extraño con eso, así que haciendo acopio de todas sus fuerzas, giró el cuerpo hacia un costado y abrió los ojos.

Un bosque... ¿estaba en el paraíso? ¿Realmente estaba muerta?, se sentó y miro alrededor.

-¿En donde esta dios?, ¿y los ángeles?, no espera... siempre dicen que hay una puerta y que san Pedro decide si entras o te vas al infierno... era así ¿no?, demonios, ni siquiera soy tan creyente... seguro no entro, menos si saben que robé y ¡acabo de maldecir!-. seguía pensando hasta que escuchó un ruido a su derecha.

-¡Al fin despiertas!-. Sí definitivamente estaba muerta, aquel era el ángel más hermoso que se habría imaginado. -Creí que estabas muerta, estabas a un costado del lago, toda mojada y con esa ropa extraña. Por cierto ¿que hacías en el agua? ¿Acaso no sabes nadar?.

-Se nadar muy bien, no sé que hacía ahí... yo... ¿donde estoy? ¿En el paraíso? ¿Eres un ángel?-. Preguntó haciendo reír a su acompañante.

-Estamos en el bosque encantado, y no soy un ángel, mi nombre es Regina-. Dice extendiéndole la mano para estrechársela.

-Emma... ¿cuál bosque encantado?

-¿Te golpeaste la cabeza? Tal vez has perdido la memoria...-. Dice ella preocupada.

-O la razón...-. Dice Emma sin poder dejar de mirar los ojos de Regina, su ángel.

Destinada a amarte (SwanQueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora