Capítulo 40. Verdades

97 11 7
                                    

-¿Que acabas de decir?

-Así es mamá, regresaré.

-¿Y tú quién eres para darte ordenes? Te quedarás aquí, estas mucho mejor que allá, no vas a desperdiciar esta increíble oportunidad que te han dado, ¡cómo puedes ser tan mal agradecida hija!

-¡No soy ninguna mal agradecida mamá! Tú no sabes nada por lo que he pasado

-A que te refieres Vanessa –me miro seria-

-Todo esto, la beca, fue hecho por el padre de Zac

-¡Qué! Pero, ¿cómo?

-El organizo todo, pago para que me dieran la dichosa beca. Me cito en su casa y me hizo esta oferta para que ya no estuviera con Zac, para alejarme de él y que siga normalmente con su vida, yo fui tan estúpida que acepte. Y lo siento mucho mamá, al no decirles la verdad, y sólo irme haciéndoles creer que estaba becada, estoy muy arrepentida de lo que les hice y de lo que le hice a Zac.

Mi madre estaba atónita, sus ojos comenzaron a derramar lágrimas, ella se me acerco y me abrazo y yo le correspondí y la sujete fuerte.

-Discúlpame.

-No tengo nada que disculparte hija, fuiste valiente. Ahora vamos a regresar juntas a casa y vas a cerrarle la boca a ese hombre.

Nos soltamos y la mire fijamente.

-Por supuesto mamá.

Luego de unas horas fui hacia el departamento de Kendall, me sorprendí un poco al ver la puerta un poco abierta pues ella nunca la deja así, cuando entre mi sorpresa fue aún mayor, Matteo allí, besándola.

Me quede parada sin hacer, sin poder moverme o decir algo, hasta que Kendall abrió sus ojos y me vio, instantáneamente se separó de él hasta que los 3 nos mirábamos.

-Vanessa no pienses mal amiga –dijo por fin Kendall- déjame explicarte.

-No tienes que explicarme nada.

-Yo la besé Vanessa, ella no hizo nada.

-Vaya Matteo, primero yo y ahora Kendall, quien sigue, ¿Rosaly?

-¡Púdrete!

-Que rápido cambia tu humor, hace unas horas me dijiste que me cuidara y puras boberías. ¡Quién te entiende!

-Es mi vida, yo sabré que hacer con ella, me gustabas hace tiempo, pero mis sentimientos han cambiado.

-Pero como es que te puedes enamorar de ella si no han pasado tiempo juntos, tú has estado oculto, has tenido suerte de que la policía no te haya arrestado.

-Eso es lo que tú crees Vanessa, con Kendall nos hemos estado viendo todo este tiempo.

-Qué –mire a Kendall, ella aparto su mirada de la mía y agacho su cabeza-

-Ah y lo de la policía, por si no lo sabías el padre de Kendall, es el principal oficial de la estación, entonces ya imaginaras por qué no estoy en prisión.

No podía creer lo que estaba escuchando

-Kendall, ¡por qué nunca me dijiste nada! Pensé que eras mi amiga y estabas apoyándome.

-Lo siento Vanessa, yo no quería hacerte daño, solo que Matteo ha sido mi amigo desde pequeño y no podía dejarlo así, él siempre ha estado conmigo, además desde hace mucho tiempo atrás me gustaba, nunca te dije nada de eso, porque tú estabas enamorándote de él y quería ayudarte para que olvidaras a Zac.

-Y en estos meses –dijo Matteo- me di cuenta que en realidad la persona con la que debo estar es Kendall, así que estoy haciendo lo correcto. Sobre lo de Rosaly estoy arrepentido de casi matarte, pero ya me harte de estar rogándote y rogándote Vanessa, si aceptas mis disculpas bien o sino también.

-Váyanse a la mierda.

Me di vuelta y comencé a caminar hacia la puerta

-Amiga, por favor –me dijo Kendall con tono de súplica- perdóname

Me detuve

-Sólo espero que seas feliz

Continué hasta que por fin salí de ese lugar que se había convertido en un infierno.

¿Esto podía estar pasándome? Mi vida no podía ser más miserable, desde cuando se veían, desde cuando comenzaron a ser..., lo que sea que sean. Estaba harta de ser utilizada, de que me mientan, decepcionen, ah y principalmente de que me traicionen. Sí, una vez más.

Llegue a mi habitación, sentía una rabia enorme y mis ojos amenazaban con soltar lágrimas, pero no, no más, ya no iba a llorar. Que no te afecte esto Vanessa –me dije a mi misma- ahora sólo concéntrate en ti y Zac, es lo único que importa.

De repente mi mamá entró y me extendió su mano, ella tenía los pasajes de avión.

-Eso fue rápido.

-Tenía uno extra.

-Genial –dije mientras tomaba mi pasaje-

-Alista las maletas, mañana salimos para Nueva York.

-¡Mañana! –abrí mis ojos más de lo normal-

Mamá soltó una pequeña risita –empieza ya Vane- hay mucho que empacar.

-¿Y las cosas?

-Tu prima se encargara de venderlas y luego enviara el dinero, no te preocupes por nada, ya tengo todo resuelto.

-Eres asombrosa mamá, gracias por tanto.

Mamá me dedico una pequeña sonrisa y salió de mi habitación.

Regrese mi vista hacia mi pasaje y sentí un alivio en mi interior, cerré mis ojos y me deje caer sobre la cama.

-Falta poco.

El cielo en tu mirada (Zanessa)Where stories live. Discover now