Capítulo 2. El encuentro

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Ya habían pasado 10 meses desde que vine a vivir en Nueva York y claro desde que estudio en Harvard, me sentía sola, no tenía amigos, pasaba encerrada en mi habitación solo haciendo deberes y llorando en silencio todas la noches; en clases las personas me decían que era de lo peor, una campesina con olor a cerdo y con una vestimenta horrible. Yo solamente los oía y hacia parecer que sus tontas palabras no me afectaban en lo absoluto, pero no era así, llegaba a mi casa a sumergirme en la depresión y en ese estúpido dolor, que lo sentía a cada momento de mi vida.

Un día me encontraba saliendo del teatro, estaba abriendo la puerta cuando de repente alguien hizo lo mismo y tropezamos, yo cerré mis ojos y cuando los abrí, me encontraba encima del chico más popular de la universidad de Harvard, Zac. Nos miramos mutuamente como por dos minutos, sus ojos se posaron en los míos, como que si entendiera todo lo que pasaba a mi alrededor. La verdad todavía no encuentro palabras para describir tal sensación y rápidamente me levante, al igual que él.

-Lo siento, lo siento mucho, no fue mi intención. Dijo

Yo estaba muy avergonzada, y no lo mire de nuevo.

-No pasa nada. Susurré

-Mi nombre es Zac, ¿ya nos hemos visto antes? Preguntó.

Cuando dijo eso me di cuenta de lo invisible que era para las demás personas, en conclusión mi depresión creció sumamente hasta el punto de querer gritarle todo lo que sentía, pero me controle y a fin de cuentas le dije:

- Si, tengo 10 meses estudiando aquí, casi todos los días paso frente o al lado tuyo, pero nunca te has fijado en eso, te conocí desde el primer día que llegue, todo el mundo habla de ti.

-Él sonrió y dijo: Exacto, todo el mundo me conoce por el chico guapo y deportista de la escuela, pero nadie conoce realmente como soy.

Cuando me dijo eso, me quede sorprendida de la gran verdad que decía.

-Me has dejado sin palabras, le dije. Bueno yo soy Vanessa Hudgens.

Él se acercó hacia mí y me dijo: no sé por qué, pero contigo siento que puedo ser como soy.

-Todavía no reaccionaba bien de mi asombro, cuando escuche su voz de nuevo: ¿Podemos hablar mañana en este mismo lugar?

Miré hacia abajo y le dije que sí.

Ya me encontraba en mi casa cuando recibí una solicitud de amistad en Facebook, era la de Zac, nunca me lo imaginé, él era la única persona de toda la universidad que había hecho eso, y desde luego se la acepte.

A la mañana siguiente me encontraba tocando el violín, cuando escuche la puerta abrirse y volteé a ver, era el, Zac, Zac Efron.

Él subió al escenario y comenzó a hablarme.

-Hola Vanessa, ¿Cómo amaneciste?

-Hola, muy bien, gracias ¿y tú? Le dije.

-Pues igual, cuéntame sobre ti, quiero conocerte mejor.

Lo miré sorprendida y bueno comencé a contarle de donde venía y por qué razón me encontraba en Nueva York, las horas habían pasado tan rápido que cuando me di cuenta eran las cinco de la tarde.

-Oh! Ya es muy tarde, mis padres van a estar enojados conmigo, me tengo que ir. Le dije.

Zac corrió hacia la puerta y me dijo: Vamos, yo te llevo.

No sabía si aceptar o no, ya que luego todos me criticarían en mayor cantidad.

-No..., no te preocupes, me voy sola.

-Ja! Sé porque lo dices, pero ¿sabes qué? Al diablo lo que diga la gente.

Me reí por un momento, y acepte.

Cuando salimos juntos del teatro, todos, absolutamente todos nos miraron, pero nadie dijo nada, solo nos miraban, creo que era como una especie de respeto que le tenían. El abrió la puerta de su carro y yo ingrese, me sentía extraña, pero a la vez inmensamente feliz, por fin sentía que a alguien le importaba. Luego también ingreso y arrancó.

-¿Qué te pasa?, te noto muy callada. Dijo Zac.

-Nada, es que es muy difícil para mí poder soportar esas burlas todos los días.

-No te dejes ganar de eso, lamento no haberme dado cuenta de ti mucho antes, enserio no sé porque no me fije antes en ti.

-Lo sé, bueno ya llegamos, esa es mi casa, dije.

-Espera, ¿me darías tu número?

-Si, claro.

Le di mi número y salí de su automóvil, le di las gracias y entre a casa. Subí corriendo a mi habitación, me tire en la cama, me encontraba muy feliz, quería gritar de la alegría, saltaba como una loca sobre mi cama, y bueno me tranquilicé un poco y prendí mi celular, cuando de repente Zac me estaba llamando. Me puse nerviosa, no había pasado muchas palabras con él, pero aún así conteste.

-¿Hola? ¿Vanessa estas ahí?

Me quede atónita, no hable durante un lapso de 20 segundos, hasta que le dije: Si, hola.

-Jaja creí que no me hablarías, pero bueno, te llamaba para decirte si el domingo podemos salir a tomar un paseo, ¿puedes?.

Oh mi Dios!!! Mi mente se imaginó muchas cosas lindas al pasar el día con Zac, y con mucho gusto le dije que sí.

El cielo en tu mirada (Zanessa)Where stories live. Discover now