SHORT HAIR| kim taehyung| español

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-¡Ah, esta frío!- dije quejándome mientras el ponía la bolsa de hielo sobre mi piel. Estabamos en mi cocina ya que quedaba cerca del parque

-No.- arqueo una ceja.-Esta caliente.- me miró.

-No juegues conmigo.- dije mordiendo mi labio.

-No estoy jugando.- respondió riendo. Después se sentó en la silla de a lado y puso su pierna sobre la mía.

-Es mi turno.- sonrió.

-¡Tonto! ¡Aún me duele!.- grité mientras golpeaba su pierna para que el quitara la suya de encima mío.

-No has hecho nada por mi aún.-  hizo un puchero con sus labios mientras sobaba su tobillo.

-Yah, estate en silencio y hazlo tú. No eres un niño pequeño.- me miró con esa mirada inocente que siempre hacía. Rodé los ojos y mire hacia otro lado.

Tomó una bolsa de hielo de la mesa de mala gana y se lo puso en el tobillo en una forma dramática. Se sentó bien y se cruzo de hombros para después cerrar su boca con un ziper invisible.

Mientras me encargaba de mi misma, lo atrapé mirándome así que esta vez lo mire yo. Pensé que apartaría la vista, pero no lo hizo.

-Mhmm?- dijo sonriendo.

-¿Qué diablos?

Apunto a sus labios sellados y recordé como los había cerrado con un zipper para mantenerlos juntos y callarse. Mientras el seguía apuntando a su boca, yo olvide lo que estaba haciendo.

Me acerque a el y levante mi mano. El parpadeo rápidamente mientras yo me acercaba más a el. Mis dedos estaban a solo unos centímetros de sus labios.

Me congelé por un momento.

Sin saberlo, mis ojos pasaron por sus ojos, después por el puente de su nariz hasta llegar a sus labios.

Automáticamente, desabroche sus labios para que pudiera hablar.

-Hyeri Noona..

La forma en que sus labios pronunciaban mi nombre era...

Mi corazón comenzó a latir rápidamente, tragué saliva.

Una brisa fría choco con mi rostro y cerré los ojos.

-¡Noona! ¡Estás actuando raro de nuevo!- el rió.

Abrí los ojos y lo único que pude ver fue su rostro frente a mi. Sopló en mi cara de nuevo. Di pasos hacia atrás alejándome de el.

-Creo que deberías regresar a tu casa.

-¿Por qué? - su sonrisa desapareció.

Miré al reloj de la cocina.

-Ya casi es hora de que lleguen mis padres a casa. Creo que deberías irte antes de que lleguen.

-¿Qué? Pero estoy lastimado. Debería quedarme aunque ellos vengan. ¿No quieres que tus padres me vean?- preguntó sin si quiera pensar en como se vería esto.

-Yah. -suspire - Mis padres van a pensar otra cosas si nos ven aquí juntos, solos.

-¿Y? No le veo un problema a eso.- levanto las cejas.

-Entonces...¿no te vas a ir?

-No.

¡Aish! ¿Qué estaba mal con este chico? ¿Siempre es así?

Una idea me vinoa la cabeza y sonreí. Ojala esto funcione. Respiré profundamente.

-Bueno...me estaba preguntando si debería verme contigo mañana en la escuela  pero veo que no iras, así que supongo que debería olvidarlo.

-¿Qué? - se sentó derecho.

-Oh no, ya nada. Solo olvidalo.

-No. - se paro de la silla y dejo la bolsa de hielo en la mesa -Me iré a casa si eso es lo que quieres, pero debo saber de que hablas.

-Está bien, está bien. Te lo diré algo cuando estés en la puerta.

Rápidamente salió hacia la puerta y la abrió, para después salir. Lo seguí por detrás y me recargué en la puerta. Esto estaba funcionando muy bien.

-Bueno, como estaba diciendo...si quieres saber, debes verme en el jardín en la escuela, durante el receso, el lunes. Así sabrás más. - dije y sus ojos crecieron.

-¿Entendiste? ¡Genial! , adiós.- cerré la puerta pero el puso su pie para que no la pudiera cerrar.  ¿Qué quiere ahora?
-Espera...¿que tal si me olvido? ¿Como voy a acordarme? -el preguntó. Oh claro, me olvide de eso.
Saque mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón, lo pasé por su rostro y el lo siguió com sus ojos.
-Oh, necesitas mi número, ¿cierto?

-Sí, por favor. -dijo desesperado.

-¡No será soy! Tienes que recordar lo que dije. ¡Adiós! - y con eso, cerré la puerta en su sorprendido rostro. Después de cerrar la puerta estalle en carcajadas mientras el tocaba la puerta como loco.

-¡Yah! ¡Noona, como voy a recordarlo-

-¡Oh, vas a hacerlo! En el jardín de la escuela, el lunes. - grité para que escuchara bien, pero el seguía insistiendo con mi número. No soy tonta. Al menos no tanto.

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-¡Yah, Hyeri! ¿Qué te sucedió en las piernas? - mi madre preguntó preocupada cuando vio los moretones en mis piernas que estaba curando para que no estuvieran por mucho tiempo. 

¡Nada! ¡Estoy bien!- respondí. Y cerré la puerta del baño para que dejara de observarme.

-¿Te caíste? ¡Aish, Hyeri! ¡Respóndeme!- golpeó la puerta.

-¡Omma! ¡En serio estoy bien! Deja de ser tan sobre protectora. No es nada.- grité y me puse mi pijama para después salir y ver que mi mamá había desaparecido.
Suspiré y camine hacia mi cama, apague las luces y me acosté.
Escuche las voces de mis padres peleando de nuevo. Después de oírlos pelear sobre mi, me cansé  de todo y suspire una vez más, puse una almohada sobre mi cabeza para reducir el sonido de los gritos.

Pasaron solo cinco minutos cuando mi brazo se canso de estar en la misma posición así que la deje. Había silencio al fin.
Ahora no había ningún sonido más que el de los grillos en la noche. Tome un gran respiro y voltee hacia el lado de la ventana. Mientras más veía el cielo oscuro, más me relajaba.

De nuevo la música empezó a entrar por mi ventana y me levante de la cama.
Era como la noche anterior, me asomé por la ventana y busque el lugar de donde venía la música.
Y de nuevo oí su voz.
"The wound goes deeper than expected, the countless nights of resenting you are like hell to me"

Me encogí, no sabiendo que era lo que cantaba pero se oía como que realmente lo sentía.
La manera de como lo corrí de mi casa pasó por mi mente.  No sabía porque le había dicho eso, pero creo que solo quería que se fuera. La culpa me invadió y recordé su rostro frente al mío de nuevo. Mi corazón comenzó a latir.
¿Por que soy así? ¿Cómo llegue a esto? ¿No soy fuerte?

Suspiré, no sabía que hacer ahora.
No era tan mala para crear un encuentro falso.
Tal vez debía hacer algo por el.
Después de pensar por un rato, al fin supe que hacer. Después cerré mis ojos para irme a dormir, pero de alguna manera sonreí y mi estómago se revolvió.

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