CAPÍTULO 51

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Camila's POV

—Señora Jauregui, pase por aquí. —Abrí la puerta de la habitación de Rachel, y en cuanto la vio, casi se quedó en silencio sollozando. Me quité la bata, me solté el pelo y me acerqué a Rachel, que estaba tumbada en la cama. —Hola bichito. Alguien quiere verte. —Le hice un gesto a Clara para que se acercase, y se sentó al otro lado de la cama.

—Hola Rachie. Soy mamá. —Le acarició las mejillas con dos dedos y Rachel se puso de morros frunciendo el ceño. No la reconocía. La cara de Clara me partió en dos, aunque sonreía, tenía los ojos llenos de lágrimas.

—Es normal que no se acuerde. —Dije con un susurro. —Pero no se apure, conmigo no tardó mucho en familiarizarse. —Intenté tranquilizarla. Rachel señaló el colgante que Clara llevaba en el cuello, y se estiró hacia él.

—¿Te gusta el collar? —Siguió señalándolo con el ceño fruncido, y luego estiró los brazos hacia ella.

—No le gusta. La recuerda a usted, sabe que es su madre. —Me levanté de la silla y las dejé allí, conociéndose de nuevo, encontrándose diría yo. Rachel no tardaría mucho en darse cuenta de quién era, y de cómo iba a cambiar todo a partir de ahora.

Lauren's POV

—Siento no haber estado ahí para vosotras, pero yo no sabía nada. No sabía esto hasta que nos reencontramos y me lo contó. Habría hecho cualquier cosa por vosotras. —Comentó Mike. Sus manos eran bastante grandes, y quizás, en su forma de ser, me veía parecida. En la humildad, en cómo se arrepentía de cosas de las que ni él mismo tenía la culpa.

—¿En qué trabajas? —Quise saber.

—Tengo un bufete de abogados. —Asentí levemente. —Vamos a mudarnos aquí a Toronto, no sé si te lo ha dicho tu madre.

—¿Dónde?

—Hemos pensado alquilar un piso en el centro, o quizás una casa en las afueras. —Asentí levemente con una pequeña sonrisa.

—Rachel vivirá muy bien allí. —Jugué con el borde de las sábanas, enredándolas entre mis dedos.

—¿Se puede? —La voz de mi madre sonó tras esos tres toques en la puerta y sonreí al verla.

—Me ha dicho Mike que vais a alquilar una casa aquí. —Mi madre se sentó a su lado, cruzándose de piernas. —Viviréis muy bien allí. —Mi madre torció el gesto, sentándose a mi lado.

—¿No quieres vivir con nosotros? —Me acarició la mejilla y asentí con una enorme sonrisa. —¿Entonces por qué no te incluyes? Viviremos en el centro, así podrás seguir quedando con tus amigos y yendo a la universidad.

—Mmh... Yo no estudio. —Me rasqué la ceja negando. —No podía estudiar. —Ambos se miraron entre sí, y luego a mí.

—¿Y qué quieres estudiar? —Por primera vez en mi vida me habían hecho esa pregunta y me veía con posibilidades de entrar en la universidad.

—Literatura. —Respondí asintiendo. —¿Podría estudiar en la universidad?

—Por supuesto. Tengo un amigo en la universidad, el año que viene estarás estudiando Literatura. —Me pasé las manos por la cara con una sonrisa, sin saber si creerme aquello. Sin saber si estaba soñando o no. Después de trabajar en el restaurante, en el cáterin, en el supermercado y la empresa de Camila, por fin podría dedicarme a estudiar.

—Bueno, Mike y yo tenemos que prepararlo todo para cuando salgáis del hospital. Después de comer vendré de nuevo a veros.

Se fueron, y casi tuve miedo de que lo hiciesen por si era un sueño, o por si se arrepentían y se iban. Pero no tuve tiempo de pensar en eso, porque Camila llegó a la habitación.

blue nighttimes; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora