Capitulo 10

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Narra Juan.

— Ana...

Grité. Ella parecía que estaba desmayada. Rapidamente quité todas las cosas con que la sostenía, por último la venda de sus ojos.

— Bella, hermosa ¿Estas bien?

Abrió sus ojos de a poco.

— Si -Susurró- Solo estoy cansada.

Suspire aliviado.

— Me Asusté -Acaricie su mejilla- Ven, date un baño.

La levanté en brazos y la lleve al baño de mi habitación.

— Mientras te duchas te busco una camisa mía y ropa interior.

Le di un beso en sus labios.

— ¿Me traerías algo para tomar? Tengo mucha sed -Sonrió- Y quiero que vengas conmigo.

Sonreí y le di un pequeño Abrazo.

— ¿Agua esta bien? -Asintió- Ya vengo.

Abrió el agua de la ducha mientras yo iba por lo que pidió. Una vez que estaba todo listo, volví a mi cuarto. Le di su agua, yo fui a buscar ropa. Ahora si, fui con ella a la ducha.

— Siento el cuerpo muy pegajoso.

Rió.

— Dame la esponja. Yo te ayudo.

Así lo hizo. Lave bien su cuerpo, ella solamente mi espalda. Fue lo único que le permití.

— Me gusta tu cuerpo.

Murmuró y dejó un beso en mi espalda.

— Pero no puedes tocar. Hoy fue una excepción.

— ¿Y por qué?

— Eh... Porque... No me gusta.

Mentí.

— Pero debe haber una razón para que no te guste.

— Simplemente no me gusta que me toquen, es todo. Enjuagate.

Se puso debajo del agua, quitando el acondicionador que acabo de ponerle.

— ¿Y esa marca?

Señaló mi pecho. Cuando iba a tocar, la impedí.

— Me quemé. Termina de enjuagarte.

Terminó de hacerlo y cerró la ducha.

— ¿Quieres dormir conmigo?

Se quedó viéndome.

— ¿Acaso no dormiremos juntos?

— Mmm... No. No duermo con mujeres. Menos con hombres -Levante una mano- Duermo solo.

Le di una toalla mientras yo ponía una en mi cintura.

— Pero... Dormiste conmigo ¿O me equivoco?

— No, fuiste la primera con la que duermo. En fin, dime que vas a hacer.

— Si te molesta, iré a otro lado.

Refrego sus ojos y bostezo. Suspire.

— Amm... Bien, duerme conmigo, sólo esta noche.

Salí del baño para buscar mi ropa.

— Anabella, toma.

Le di la camisa y ropa interior nueva.

— Cambiate aqui. Yo iré al baño.

Asintió y salio del baño y entre yo. Me puse mis boxers, una camiseta blanca y salí de nuevo. Ella se estaba por acostar. Algo me hizo sonreír, no se qué.

— Ana...

Se volteo.

— ¿Si?

Me acerqué.

— Quería proponerte algo.

Los dos nos acostamos. Ella se quedó mirándome. Le hice una seña para que se acostara En mi brazo. Cuando lo hizo, acaricie su húmedo cabello.

— Dime...

— Mudate conmigo.

Rapidamente me miró y sonrió.

— ¿En serio? Pero... ¿No es muy apresurado?

— Si, en serio. No es apresurado. Además, con el contrato, implicaría que te mudes si o si.

— Lo pensaré...

Di besos en su frente.

— Juan...

Susurró, la mire y sonreí.

— Dime Anabella.

— ¿Somos novios? No entiendo.

Solte una risita.

— Novios -Acaricie su cadera- Sin flores, chocolates, corazones, anillitos ni amor publico. Es algo de interés comercial que no me interesa.

Me miro como pudo, sus ojos se cerraban.

— Hasta mañana.

— Descansa Nena.

Una de sus manos se posó en mi rostro, haciéndome estremecer. Las imágenes de mamá de aparecieron en mi mente.

Flashback.

— ¡Juan!

— Mami...

Estire mi mano a ella. Veía como se alejaba con un tipo bastante mayor. En una, se zafó y corrió a mi.

— Hijo -Tomó mis mejillas- Yo... Te...

Cayó delante de mi.

Fin del Flashback.

Aparte la mano de Anabella de mi rostro. Ella no tiene la culpa, pero no quiero recordar.

Las pesadillas son Frecuentes con respecto a eso.

Extraño a mi mamá.

50 Sombras de Londoño. (Maluma)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora