50 Sombras de Londoño. (Maluma)

Capítulo 3

Narra Anabella.

Abrí mis ojos asustada. Recordaba todo lo de anoche menos...

Estoy casi desnuda.

En una cama que no es mía.

Oh Jesús llevame.

No, mejor no, tengo que saber que demonios pasó.

Mire a mi costado. Había un vaso de jugo de Naranja con una tarjeta que decía "Bebeme" y unas pastillas que decían "Tomame". Por las dudas, mire el blíster. Eran aspirinas.

Después de tomar todo, empecé a mirar el lugar. Era una habitación gigante, acomodada y demasiado gris. Me quise levantar, pero no tenia ropa.

— No me digas que...

Trague duro y abri mis ojos a mas no poder. Juan Luis mordió su manzana.

— Buenos días. ¿Como te sientes?

— Bien.

Mordí mi labio.

— ¿Que pasó?

— Me llamaste a media noche y dijiste una sarta de estupideces, obviamente te excediste de alcohol, así que fui a buscarte.

— ¿Donde dormiste?

Mordió su fruta y señalo la cama, apoyándose en una pared. Trague duro.

— ¿Mi ropa?

— La ensuciaste y la envíe al lavado. Taylor te traerá ropa ahora.

Asentí y me senté en la cama. Me sentía nerviosa.

— ¿Solo eso?

Se acercó y sentó frente a mi.

— No toco mujeres sin su consentimiento.

— Tocame..

Momento...

¿QUÉ?

Dios... Este hombre me esta sacando de las casillas.

Me vuela los pájaros.

Me usa de dedo chiquito del pie.

No, lo último no, pero lo otro si.

— Eres hermosa...

Susurro acariciando mi mejilla. Cerré mis ojos.

Tengo que parar esto.

— Juan... ¿Podria...?

Me miró.

PIENSA ANABELLA, PIENSA RAPIDO.

— ¿Podrias...?

— ¿Ir a buscar cajas?

Abrió sus ojos.

Que estúpida. No se me Ocurre nada mejor a mi.

— ¿Cajas? -Se burló- ¿En serio?

— En si debo vaciar el tanque.

Mordi mi labio nerviosa.

— Es esa puerta de ahí... Ahora te traeré la ropa.

Levante mi ceja. Él señalo la puerta.

— Ah si, te da vergüenza. -Sonrió- Tranquila, taparé mis ojos.

No me da confianza.

— ¿Tienes una corbata?

Le susurré coqueta.

Ja, payaso.

— Si.

— Trae una. Si es negra mejor.