50 Sombras de Londoño. (Maluma)

Capítulo 2

Narra Juan.

— Anabella...

— Juan...

El ascensor se cerró. Solté una risita.

— Veamos que sucede con esta chica.

Agarré bien las hojas con las preguntas de la entrevista. Volví a mi oficina.

Una vez que respondí todo, me quede pensando.

La necesito en mi cama. Me urge tenerla sobre mi.

No tenía ganas de nada, así que volví a casa.

— Señor... Alguien quiere verlo.

— No Taylor, no voy a recibir a nadie. Además tengo que salir.

Taylor es mi chofer y quien se encarga de mis sumisas.

Eso... Quiero a una...

Sólo una y es Anabella. Pero no tengo ni su celular.

Después de darme un baño y peinarme, salí. Iría a la ferretería por cuerdas y demás cosas para mi cuarto de juegos. Lo que tengo esta gastado.

Salí con las esperanzas de verla. Aunque se que no la encontrare, no todavía.

Narra Anabella.

— Ana, esto ha sido increíble.

Miré a Alondra.

— ¿Qué?

— El papasito de Juan Luis ha respondido todo a la perfección. Eres increíble

Me acerque a ella y le sonreí. Pero... No le hice ni la mitad de las preguntas.

En fin, es su trabajo.

— Ally ¿Como estás?

— Genial. Tu vas a llegar algo tarde.

Oh dios. ¡La ferretería!

— Gracias Ally, lo olvide.

Me cambie de ropa. Ahora si, salí para la  ferretería en mi coche.
*

— Ana, porfa, ponle los precios a las llaves tubo.

— Si Ryan. Ya voy.

Ryan es el hijo de Francisco, el dueño de la ferretería y amigo de mi papá. Es rubio, con ojos cafés y un buen cuerpo. Sólo somos buenos amigos.

Agarre la cinta para poner precios y empecé a colocarlos en las cajas de llaves tubo. Cuando las fui a acomodar, me sobresalte.

— Juan...

Me sonrió.

— Hola Anabella...

Me sonroje. Pensar que lo vi esta mañana.

— Amm... Hola.

— ¿Trabajas aquí?

Asentí acomodando las cajas de llaves.

— No es la gran cosa... Pero bueno.

— Al menos trabajas y te mantienes. Hay gente que no lo hace.

Mordi mi labio.

— ¿Te... Puedo ayudar en algo?

Cambie de tema. Otra vez los nervios.

— Si. Necesito cuerda flexible.

— Sigame...

Camine hasta donde estaban todas las cuerdas, cables y demás.