Reiatsu + Cosmos (Saint Seiya / Bleach)

3. ¿Quién eres?

—¿Kuchiki-san los envió a arrestarme? —preguntó Orihime, sin poder creerlo.

—Así es —respondió uno de los shinigami de bajo rango mientras los demás caminaban a su alrededor hasta rodearla completamente.

—Ku-chi-ki... —Orihime sentía una violenta presión espiritual que provenía de algún lugar. Estaba a punto de desmayarse. ¿Acaso esto se debía a sus captores? No podía ser... había estado rodeada de Shinigamis muchas veces durante los últimos dos años. ¿Cómo podía sentir esta presión?

Cerró los ojos. Este poder espiritual era diferente: no era exactamente reiatsu... era...

"Se parecía más a un sentimiento," dijo la voz de Sado dentro de su mente y entonces ella entendió que su amigo tenía razón.

—Sa... Sado-kun... —murmuró mientras caía al suelo como una muñeca de trapo.

Todo se oscurecía a su alrededor como si del suelo emanara una neblina negra que se la llevaba de allí mientras una voz fría y terrible, joven y maliciosa la llamaba desde su mente:

—¡INOUE ORIHIME! ¡TÚ QUE HABITAS EN EL REINO AL QUE LOS TRES HERMANOS NO TIENEN ACCESO! ¡TÚ QUE TIENES UN PODER QUE BURLA LA VOLUNTAD DE LOS DIOSES! ¡INOUE ORIHIME! ¡ABRE MIS CADENAS! ¡ENTRÉGAME TU ALMA!

Su corazón dio un salto. Esa voz era de... ¿quién era el dueño de esa voz y por qué creía recordarlo tan bien? ¿Quién era esa persona?

Mientras perdía la conciencia, un escenario diferente se materializaba frente a sus ojos. El suelo y las paredes estaban hechos de enormes y toscos bloques de piedra sobre los que estaban dibujados varios símbolos. Seguramente estuvieran en el fondo de un pozo, pues los muros a su alrededor se elevaban y se elevaban por kilómetros y kilómetros hacia el cielo que sólo podía vislumbrarse como una diminuta estrella de luz al final.

Un muchacho estaba de pie frente a ella.

—Inoue Orihime, tú que recibiste semejante don... tú que habitas un reino fuera del alcance de los tres dioses hermanos, tú eres la única que puede librarme de este terrible tormento. Por favor... sé que tienes un corazón gentil.

Era un poco más alto que ella. Su cabello era blanco y negro. Su ojo derecho era dorado y su ojo izquierdo plateado. Sus rasgos eran tan finos y delicados que Orihime no pudo evitar mirarlo fijamente, hipnotizada por su belleza.

El joven levantó los brazos y reveló un hoyo negro en el centro de su pecho.

¿Era un Hollow?

—Deshaz lo que hicieron los Tres Grandes... usa tu poder para rechazar la realidad. Recházala y regrésame mi corazón para que pueda volver a sentir.

El corazón de la chica dio un salto. La energía de este joven no era como la de un Hollow, pero le recordaba inevitablemente a Ulquiorra Schiffer. El reiatsu de este joven era como un gran vacío. ¿Habría un alma gentil en algún lugar de él? ¿debía ayudarlo? ¿qué sucedería si lo hacía?

 —¿Q-Quién eres? 

Entonces escuchó una voz que gritaba su nombre furiosamente:

—¡ORIHIME!

¿Ese era...?

—¡Oye, quieto ya, Kurosaki! ¡No puedes entrar ahí!

Sí. Era Ichigo. Estaba en las puertas del Treceavo Escuadrón discutiendo con los dos Shinigami que compartían el puesto de tercero al mando. Sentaro era un hombre alto, de cabello negro y barba, mientras que Kiyone era una chica menuda de cabello rubio y corto. Ambos adoraban a su capitán hasta el punto de ser desesperantes.

—¡Devuelveme a Orihime! ¿Cómo pudieron secuestrarla, idiotas? —gritó, claramente enojado— ¡Eh! ¡Suéltame! ¡Quítame las manos de encima, grandulón!

—¡Son órdenes del capitán Ukkitake y yo, Sentaro Kotsubaki, obedeceré las órdenes de mi capitan así tenga que golpearte! —dijo, alzando a Ichigo de su ropa.

—¡Me gustaría ver que lo intentes!

—¡No lo harás Sentaro! ¡Yo seré quien golpee al Shinigami Substituto para obedecer las órdenes de mi capitán Ukitake! —dijo la rubia y empujó a Sentaro. Ichigo cayó al suelo.

—¿Por qué siempre repites todo lo que digo, Kiyone? —gruñó Sentaro, agarrándola de la solapa.

—¡Tú repites todo lo que yo digo, Sentaro!

—¿Están peleando conmigo o están peleando entre ustedes? —comentó Ichigo, aburrido.

Y una rápida sombra negra apareció en escena mientras una voz femenina bramaba:

—¡Bakudo número treinta, cuchillada del pico de los tres destellos!

Tres gruesos colmillos de luz amarillenta salieron disparados hacia Ichigo y lo mandaron a volar por los aires hasta clavarlo contra una pared de madera a dos calles de distancia.

—¡RUKIAAAA! —gritó Ichigo— ¿QUÉ RAYOS CREES QUE HACES?

La pequeña y joven shinigami, Rukia Kuchiki apareció frente a él usando el Shumpo o Paso Instantáneo. Su cabello oscuro caía desordenado sobre su cara redonda de delicadas facciones. Sonreía como si esto le pareciera de lo más divertido.

—¡Lo siento, Ichigo! —dijo modulando la voz. No parecía que lo sintiera—. Es mi deber como teniente del treceavo escuadrón proteger sus instalaciones de cualquier intruso.

—¡NO SOY UN INTRUSO Y LO SABES! ¡TE ESTÁS DIVIRTIENDO CON ESTO! ¿VERDAD?

Rukia fingió estar dolida.

—¡Claro que no! ¡No te atrevas a sugerir que siempre quise sorprenderte así!

—Si, claro... en este momento me recuerdas a mi padre.

Rukia soltó una carcajada.

—A mí también me trae recuerdos.

—¿QUIERES BAJARME? ¡ESTO NO ESTÁ BIEN!

Rukia se puso seria de repente.

—Te bajaré si te calmas. Esto no te va a gustar para nada y no quiero que te oigan gritar. Nadie sabe lo que está pasando aún. Es un secreto y los capitanes se encuentran muy preocupados.

Aunque el tono de Rukia fue tranquilo, Ichigo supo que su amiga no estaba jugando.

Guardó silencio al instante.

...

—¿Dónde se encuentra ahora, Shaka? —preguntó Saori Kido, muy lejos de allí.

—Ya no está en este mundo. Se la llevaron. Su presencia está en...

Pero el caballero guardó silencio. No podía ser.

Próximo capítulo: 4. Más allá de los dioses

(Espero que hayas disfrutando este capítulo, por favor no olvides regalarme tu like y compartir esta historia si te gustó!! Y quiero que me cuentes en la caja de comentarios si tienes algún consejo o sugerencia, si hay algo en particular que te gustaría ver aquí. Gracias e intentaré continuar pronto! :D)