Nivel 14: Caricias agresivas

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La tensión crecía entre los dos. La cercanía era tal que parecía que nunca se separarían. Murdoc seguía tocando a su compañero y el menor solo era capaz de soltar pequeños gemidos.

—Vamos, sé que quieres Stuart —, seguía masajeando su miembro de una forma un tanto brusca.

Sí, quería eso. Lo anhelaba. ¿Por qué no volver a dejarse caer en la tentación? Mordía su labio con algo de fuerza, en verdad que no pretendía dejarlo oír un suspiro. Su cuello era mordido con fuerza...demasiada.
—Murdoc, duele. Para —pidió.

—Ammm... No, no quiero —lo masturbaba —. Tengo ganas —mordió su cuello hasta que el menor lo empujó con las dos manos.

— ¡Me lastimaste! —se llevó sus dedos en la marca producido por los dientes—. Sal del cuarto —pidió con la mirada baja.

Ladeó la cabeza. ¿Por qué debía ser tan delicado? Hasta el deseo que hacía unos segundos recorría su cuerpo se esfumó.
— ¡Como quieras!
Dio pasos muy marcados hasta la salida y de un portazo de retiró.

Se dejó caer. 2D lloraba. Le dolía, pero no solo físicamente hablando...



Pronto su plan se llevaría acabo. El tener a Stuart para él solo. Lejos, los dos. En una isla hecha de basura, pero que para ellos sería la más hermosa. Con arena blanca y un mar de agua clara, compartiendo su soledad y amándose.
—Falta poco.
Antes debía acabar con el Cyborg. Unos cuantos arreglos y estaría lista.
Murdoc pretendía que así, lejos de todo lo que le recordaba mal al vocalista, se le olvidara... La muerte de Noodle, la partida de Russel... ¡Todo! En aquella isla podría nada más mirarlo a él.

¿Qué tenía de malo querer amarlo tanto hasta el límite de no  dejarlo ser libre? Para el satanista eso era símbolo de su querer. Era la manera que él conocía para demostrar sus sentimientos.

(...)

Se miraba en el espejo de su baño. Una espantosa marca adornaba su largo cuello, le afligía tocarlo.
—Murdoc...

"¿Por qué toleraba tan mal trato?" Eso se cuestionó el chico de cabellos azules.

—Porque lo amo... —Se respondió así mismo.

Además de que se dio cuenta que ya no tenía a nadie más. Sus amigos ya no estaban. ¿Sus padres? Seguramente ya no querrían que volviera después de haberles dejado plantado. Y recordó cuando Murdoc le dijo que siempre estaría con él, que jamás lo abandonaría.

¿Estaba dispuesto al dolor antes que la soledad?

Sí.

—No podría seguir sin él... Fue quien cambió mi vida... De no ser por Murdoc es seguros que mi vida se hubiera pasado eternamente en esa tienda de discos.

Suspiró y se puso un poco de pomada en su pequeña herida. Sus ojos no denotaban ni una pizca de alegría, pero lo sentía, ¿no? Porque...de lo contrario, ¿qué finalidad tenía todo lo que estaba haciendo?

"Pero él me ama".

¡Cierto!, eso era verdad. Un toque de alegría brotó de su interior.

Se prometió que no dejaría a Murdoc Niccals, después de todo no era malo, no, no lo era. La mayoría que no lo conocía es lo que decía, pero él que llevaba demasiado tiempo a su lado, sabía que era un tipo bueno, con defectos como cualquier ser humano.

(...)

—Hoy saldremos a comprar un poco de ropa ya que tendremos una conferencia.

El bajista había entrado diciéndole eso a 2D. En respuesta recibió una amplia sonrisa y unos ojos de demostraban amor.

—Date un baño. Te espero afuera —el satanista cerró la puerta.

—Sí.

Tenía días sin que saliera, y hacerlo le hacía sentir realmente bien. Todo mejoraría, ¿cierto?

Tomó su toalla y se fue a la regadera. Necesitaba un baño y despegar su mente.
—Ya no ha sido grosero.
Se recordó. Eso para él era una buena señal.

Cuando acabó se puso una ropa sencilla pero cómoda. Se peinó un poco el cabello  y se dirigió donde su amado y lider de hallaba. Que por cierto estaba impaciente, pues esperó bastante tiempo, tanto que casi se iba a ir sin 2D.

Violentómetro (Studoc/ Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora