Nivel 12: Destruir artículos personales

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En los kong Studios el silencio es lo que gobernaba la mayor parte del tiempo. Desde que Noodle y Russel no estaban 2D sentía que la casa era fría. El poco ruido que se lograba escuchar en la noche era proveniente de los quejidos e insultos que Murdoc decía a través del teléfono; seguramente destinados a su mánager. Y en algunas ocaciones el rugir de los lamentos de los demonios que ahí habitaban con ellos.

La relación del bajista con su vocalista era extraña, 2D lo sabía. Murdoc solía decirle que lo amaba y él le correspondía. Sin embargo, las acciones que el satanista hacía no eran dignas de un enamorado. Aunque de ahí en fuera, casi todo era igual...

—Mañana iré a dar una conferencia de prensa... Todos quieren explicaciones sobre la muerte de Noodle —informó Murdoc, entraba a la habitación de Stuart.

—Ya...—aún le costaba trabajo oír ese nombre. Sostenía su melódica mientras tocaba algunas notas aleatoriamente—. ¿Puedo ir contigo?

—Como quieras —se recostó a su lado, poniendo sus brazos por detrás de su cabeza—. Pero no quiero que te alteres como lo sueles hacer cuando se habla de ese tema, ¿entendiste, idiota?

—No lo haré, te lo aseguro —buscó el calor del bajista, reposando su cabeza en el pecho del otro—. Oye... ¿Russel no se ha comunicado contigo? Es que de verdad quiero saber cómo está. Tú, mejor que nadie, sabe que él quería mucho, mucho, mucho a Noodle —preguntaba tímidamente, ya que sabía que era difícil que le contara algo al respecto.

—Sí, me llamó —respondió, dejandolo sorprendido—. Como a der ser evidente —lo miraba—, me insultó a más no poder. Me dijo hasta de qué me moriría —soltó una pequeña risita ahogada—. Me dio a saber que no volvería al grupo, que lo olvidaramos y jamás lo busquemos.

—¿En serio dijo eso? —estaba afligido.

—Yo no te mentiría, Stu —observó el techo.

Eso quería decir que ya sólo eran ellos dos. Su familia que tanto apreciaba se  desintegró quedándose con un único integrante.
—Tú no te vas a ir ni mucho menos abandonarme, ¿verdad? —su respiración estaba alterada. Trataba de buscar consuelo en Murdoc.

—No, jamás lo haría —Era evidente que quería poseer eternamente a 2D. Desde que lo conoció en aquel accidente de auto que él provocó, sintió algo que nunca en su vida llegó a experimentar...unas ganas de hacer todo lo posible para mantenerlo a su lado, amarrarlo dentro de una jaula que portara mil cantados y sólo él tuviera acceso a las llaves—. Esto es lo más sincero que diré: nunca te abandonaré y si te llegas a perder no descansaré hasta hallarte. Stuart, por eso no debes temer y confía en que estaré a tu lado hasta el último día que tenga de vida.

Cada palabra taladró su cerebro. Era muy lindo lo que Murdoc le dijo. No pudo evitar embosar una sonrisa y darle un beso en la mejilla, para volver a su posición inicial y abrazarlo con una gran fuerza.

(...)

—Ya les dije que NO fue algo que yo provocara —repetía por enésima vez Murdoc Niccals. Los ojos estaban puestos en él—. Si las demás preguntas son referente a eso, me largo —se escuchó decir por el micrófono.

—Mi pregunta es respecto al nuevo álbum, que supongo habrá —un jóven con libreta en mano preguntaba.

—Gorillaz no tiene porqué dejar de sacar música —El bajista estaba consciente de ello.

—¿Entonces ya tienen una fecha para el lanzamiento?

—Con esfuerzo se ha escrito apenas una canción, así que no tengo idea de cuanwdo será eso.

2D estaba alejado de todas esas dudas que le custodiaban al bajista. De hecho nadie sabía que estaba en el lugar.

(...)

Iban en el auto sin decir nada. 2D llevaba su melódica y comenzó a tocarla.

—¿Podrías hacer el favor de callarte? —Sonó molesto pues su cólera estaba latente después de un sin fin de preguntas que se le hicieron. No tenía paciencia de tolerar el ruido.

—L-lo siento, es sólo que así me tranquilozo —observaba el instrumento musical. Una tierna sonrisa se dibujó en su rostro al recordar que había sido un regalo de cumpleaños que le dieron sus compañeros hacía 2 años. Lo volvió a tocar, sacando una melodía que demostraba cuánto extrañaba los viejos tiempos.

—¡Te lo advertí idiota! —Soltó una mano del volante y con la otra abrió la ventana del auto. Miró de reojo al chico, quitándole la melódica y lanzandola a la calle.

—¡No, Murdoc, para! —quería llorar. Era como si hubieran lanzado varios recuerdos y sentimientos a la basura—. Frena... Déjame bajo por él...por favor...

Sentía satisfacción en verlo sufrir, siempre lo sintió.
—¡Oh! Claro —frenó el auto de tope y dio vuelta atrás. El que no pasaran carros era una suerte—. Si quieres tu boba melódica, vayamos por él —sonrió malvadamente.

¿Qué pasó con Murdoc? Un día antes fue una amorosa persona y ahora... Notó que la velocidad del auto no disminuía. Hasta que supo qué sucedería. Cerró los ojos y fue capaz de oír el ruido que provocaba el romper de las cosas.

"No me gusta cuando es así... Me da miedo". Se repetía una y otra vez.



Violentómetro (Studoc/ Terminado)Where stories live. Discover now