Parte sin título 7

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Habían pasado un par de días desde que Regina había liberado a la princesa. Había logrado mantener a Maléfica ocupada para que no buscara venganza contra la muchacha. Cada día se asomaba a la ventaba y veía a Emma más allá de las murallas de su castillo: la situación era inesperada, pero al mismo tiempo admiraba el coraje de la muchacha. Se levantó del lecho y avanzó hacia la ventana para mirar a la joven, como siempre, pero extrañamente no la vio.

«Finalmente ha comprendido...» susurró a sí misma con un pizca de melancolía

«He comprendido que deberías adiestrar mejor a tus guardias»

Regina se giró de sopetón al escuchar la voz de Emma a sus espaldas.

«¿Tú? ¿Qué haces aquí?» exclamó sorprendida «Creía que te habías ido, finalmente» continuó sin apartar la mirada de ella.

Emma se encogió de hombros. Pero al recordar en aquel momento las buenas maneras, se arrodilló.

«Os lo había dicho, no os librareis de mí tan fácilmente...»

La reina enarboló una sonrisa al verla arrodillarse.

«Y yo te he dicho que ya no me sirves. Tengo a otra persona que me satisface...como bien lo sabes» dijo con un tono frío y despegado.

La princesa la lanzó una mirada herida, pero logró rápidamente retomar su autocontrol.

«No me marcharé, Majestad»

La mujer resopló

«¡Todos querrían ser liberados, pero tú, pequeña muchachita desvergonzada, no quieres atrapar la fortuna que te ha caído encima!» exclamó acercándose a ella «Vuelve a casa»

Emma la miró a los ojos.

«No, gracias» dijo sonriendo con una mirada determinada.

«Maléfica quiere usarte contra tus padres...» le reveló la soberana tras un largo silencio «Si no lo ha hecho aún es porque la estoy manteniendo ocupada...Así que, ¿por qué no te vas a casa antes de que logre su objetivo?»

Emma la miró totalmente atónita.

«¿Me estáis protegiendo de ella?»

«No» respondió velozmente la morena «No tengo motivo para hacerlo. Es solo que creo que tus padres sufrirán más si se les dice que no quieres matarme» explicó, dándole la espalda

Emma se quedó en silencio, mirándola por unos instantes.

«Me creen muerta» dijo finalmente

«¿Y no quieres hacerles saber que estás viva?» continuó la otra sin mirarla «¿Por qué quieres que crean que estás muerta?»

La muchacha bajó la mirada, entristecida.

«Ya no puedo vivir mi vida en una mentira» dijo

Regina giró ligeramente la cabeza para mirarla

«¿De qué mentiras hablas?» preguntó

Emma alzó la mirada hacia ella, enrojeciendo.

«Aún creen que he rechazado a todos los pretendientes que me han presentado por testarudez. Piensan que os considero un monstruo. Piensan que quiero ascender al trono, un día...»

«¿Por qué no quieres ser una princesa? Estoy segura de que te han presentado a los mejores partidos del reino...¿por qué rechazarlos?» preguntó la mujer con curiosidad, girándose del todo.

La muchacha contuvo una carcajada.

«¡Oh, sí, pobres...para nada era culpa de ellos! Soy yo que tengo...gustos diferentes...»

The Queen and her slaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora