Bullied (Trigger Warning)

Capítulo 13: "Fight"

11.13 am.

  Estar en la misma clase con Crawford creo que es una de las mejores cosas del día. Me hace reír demasiado y eso hace que olvide mis problemas por unos segundos.

  En el salón están todos callados, escuchando como la Sra. Keating, profesora de literatura contemporánea, habla, pero sinceramente no le presto atención, ni yo ni Crawford.

— Oye, ¿puedo preguntarte algo? —le susurro.

— Claro —me responde, haciendo rayas en su cuaderno.

— ¿Por qué leíste el libro que me regalaste?

  Esa pregunta lleva rondando por mi cabeza desde que vi aquel libro en su habitación.

  Suelta una risa nerviosa ante mi pregunta, llamando la atención de algunos de los que están en el salón, incluyendo el de la profesora.

— Lo siento —dice. Voltean otra vez, ignorando lo ocurrido hace unos segundos—. Era de mi hermana —susurra—, y ella me lo ha dado.

  Hay varias cosas que no sé de Crawford, una de ellas es esta. No tenía ni una sola pista para saber que no era hijo único.

— No sabía que tenías una hermana.

— Pues ahora lo sabes —dice, desviando su mirada al pizzarón—, aunque de todas formas no es tan relevante.

— ¿Cómo que no es re-

  Iba a terminar de hablar cuando de la nada soy interrumpida.

— Aria —escucho como la profesora llama mi atención, haciendo que todos -nuevamente- voltearan hacia esta dirección.

  Como es de esperarse me pongo nerviosa por todas las miradas.

— ¿S-si?

— ¿Está de acuerdo con lo que Christian acaba de aportar? —pregunta.

  ¿Christian? Había olvidado por completo que él está en esta clase. No tengo ninguna clase sin algunos de ellos, joder. La vida me detesta, más claro no lo puedo tener.

  Siento como Crawford ríe por lo bajo.

  Lo mataré.

— No —respondo con suma sinceridad—. Lo siento, prestaré atención —le digo a la maestra, mirándola.

— Eso espero —dice, volteándose hacia el pizarrón. Cuando ya no tengo su mirada encima, le doy un codazo suave a Crawford. No deja de reír.

— Sra. Keating, ¿cómo le cree? — eschucho como Christian comienza a hablar—. No puede prestar atención, menos concentrarse, es muy tonta para eso —finaliza, soltando una carcajada. Los demás solo lo siguen y ríen con él.

  En el momento que Christian termina de hablar, Crawford deja de reír.

— Christian, no moleste a Clayton —dice la maestra por encima de las risas.

  De a poco comienzan a guardar silencio, mientras yo me trago las lágrimas. Estoy tan harta de todo.

— ¿La llamas tonta a ella? —habla Crawford.

  Christian, quien se encuentra sentado en la segunda corrida de asientos, se voltea para mirar a Crawford. Su mirada es arrogante. Dios, lo detesto tanto.

— Sí, ¿algún problema con eso? —pregunta, sonriendo.

— Déjalo así —le susurro cabizbaja, ya sin lágrimas en los ojos.

— En realidad sí. Bro, no tienes moral para llamarla de esa forma —sigue hablando, ignorando mis palabras—, aunque es entendible, le dices a ella que es tonta para encubrirte.