Capítulo 60.- Tenía que hacerlo. Y tenía que ser ya.

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-¡Mami! ¡Mami! ¡Mami! ¡Los regalos! –Decía el pequeño dándome ligeras palmaditas con su mano sobre una de mis mejillas. Intentando así despertarme aun más rápido. -¡Vamos! –Se quejó cuando abrí los ojos, completamente feliz de ver al pequeño con esas inmensas ganas.

-Venga, vamos. –Le dije sonriente mientras me recogía el pelo en un moño mal hecho, sin tan siquiera dejar que me pusiera algo en condiciones y no salir al igual que él en pijama. –Vaya. –Dije para mí misma asombrada al ver todos los regalos que había junto al árbol. Porque aunque sabía que el pequeño encontraría unos cuantos de mi parte y por parte de Ontari, quien se encargó de guardarlos bien para que el pequeño no los descubriera, lo que no me esperaba era el gran tumulto de cajas que había, y es que posiblemente tanto Alie como Lexa se habían sumado a los regalos. Muy posiblemente.

-¡Enano! –Exclamó Ontari nada más verlo aparecer de mi manita por el salón. –Ven corre. –Le animó para que se sentase a su lado, muy cerca de todos los regalos. –Todos estos son para ti. –Le informó extendiendo su brazo de un lado a otro mientras el pequeño miraba un tanto alucinado la escena, al igual que yo sin duda alguna. –Y estos de aquí para mami. –Decía cogiendo un par de paquetes para entregármelos. –Un detallito por parte de mi madre y de la fantástica Ontari, o sea, yo. –Me dijo sonriente mientras yo rebuscaba por los paquetes lo que había comprado también para su madre y para ella. –Gracias. –Dijo agradecida. -¡Mamá! –Exclamó poniendo a toda la casa en alerta, incluso sobresaltando al pequeño. –Ay, lo siento cariño. –Acarició el pelo de Aden, quien ante tanto paquete por abrir aun no sabía qué hacer. –Vamos peque. –Le insistió acercándole uno de los regalos mientras yo me sentaba a su otro lado y así poder disfrutar plenamente del momento.

-Os habéis pasado... -Dije mientras observaba todo lo que le habían comprado, perdiendo la mirada en todo lo que el pequeño ya había abierto; ropa, muñecos, algunas cosas para construir, para dibujar, coches...

-¿Tú crees? –Sonrió Ontari mientras ambas mirábamos al pequeño completamente sonriente. –Pues ya verás ya.

-¿A qué te refieres? –Pregunté un tanto confundida.

-¿Ya está? –Preguntó justo detrás nuestra, haciendo que me girase y descubriese a Lexa, sonriente y observando la escena desde el marco de la puerta. ¿Cuánto tiempo llevaría ahí?

-Ya está. –Confirmó ella mientras el pequeño se levantaba corriendo para enseñarle uno de sus nuevos juguetes. -¿Te gusta? –Preguntó mientras se dejaba caer de rodillas para quedar a su altura a la vez que el pequeño asentía completamente feliz. –Pues...aun hay una cosita más. –Sonrió mientras le acariciaba el pelo. -¿Vienes? –Le preguntó mientras le extendía la mano y subirlo a sus brazos.

-Vamos. Vamos. –Decía Ontari rápidamente mientras daba toquecitos en mi muslo para que me levantase con igual de rapidez que ella y así seguir a su hermana junto al pequeño, quienes se dirigían hacia la puerta de entrada, concretamente saliendo al porche.

-Los ojos cerrados. –Dijo Lexa mientras lo bajaba al suelo y le cubría los ojos con una de sus manos.

-No me lo puedo creer. –Dije observando el regalo que le tenían preparado. –No en serio, os habéis pasado. –Decía mientras negaba con la cabeza y observaba la pequeña bicicleta que había justo delante nuestra, mientras aun el pequeño permanecía con los ojos cubiertos y un tanto nervioso por la espera.

-Shhhh. –Dijo Ontari a mi lado a modo de regaño. –Nos vamos a perder su carita. Espera. –Le dijo a su hermana mientras nos poníamos junto a su madre, justo delante de ellos dos para así poder ver mejor la reacción del pequeño. –Adelante.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora