Capítulo 47.-¿En qué demonios estabas pensando Clarke?

5.1K 487 91
                                    


Habían pasado ya unos días desde que el pequeño y yo nos mudamos junto a Lexa, días en los que yo volví a meterme en su vida así como así. Como si no hubiesen pasado tres años y yo no hubiese salido por esa maldita puerta. Era algo tan increíble que a mi yo de hace unas semanas le hubiese parecido una autentica tomadura de pelo. Increíble por el hecho de volver a encontrarme con ella ya que era algo que no esperaba, e increíble por el hecho de haber vuelto a su vida de esa forma, de una forma en la que tanto el pequeñajo y yo encajábamos sin problema.

Me encantaba observar como el enano se hacía un hueco cada vez mayor en la vida de Lexa. Como pasito a pasito esa pequeña personita estaba acurrucándose en un rinconcito del corazón de Lexa. Y es que lo sabía, tan sólo tenía que ver los ojos con los que ambos se miraban mientras disfrutaban el uno del otro. Adoraba ver como compartían momentos juntos. Como jugaban siempre que compartían espacio, como si los dos fueran compañeros de colegio. Disfrutaba viendo como ambos dibujaban o como se perdían viendo dibujos frente al televisor como fieles compañeros de aventuras. Y justo mientras observaba como los dos hacían un puzzle, o más bien como Lexa examinaba la concentración de Aden realizándolo y ofreciéndole de vez en cuando su ayuda, tuve que llenarme de valor para pedirle un tremendo favor a Lexa.

Y es que me sentía realmente mal tener que pedirle algo con todo lo que me había ofrecido de nuevo, y de nuevo sin yo ofrecerle nada a cambio. ¿Cómo podía existir alguien tan maravilloso? ¿Cómo la gente no era consciente de lo increíble que era Lexa? El mundo no era merecedor de alguien como ella. De eso estaba completamente segura. Al igual de que también estaba segura de que yo no era merecedora de sus atenciones. De ninguna de ellas. En absoluto.

¿Estaba siendo la persona más egoísta y aprovechada del mundo? Posiblemente sí.

-Lexa. –Llamé su atención, haciendo que alzase un poco su rostro para mirarme desde la alfombra. El lugar favorito que tenían ambos para pasar tiempo juntos. -¿Podemos hablar un momento? Sólo será un par de minutos. –Le pregunté haciéndole saber que quería hablar un poco lejos del pequeño. Porque yo sabía que ella no tenía que aceptar mi propuesta, pero sabía que si se negaba delante del pequeño eso podría afectarle puesto que se había encariñado muchísimo de ella.

-¿Qué ocurre? –Preguntó preocupada de pie a mi lado y examinando mi rostro. Una preocupación debida posiblemente al tono de mi voz y a mi cara de no saber cómo hacerle llegar el mensaje.

-La niñera de Aden está enferma. No puede quedarse con él esta tarde. Y no me ha dado tiempo a... -Empecé a explicarle un tanto nerviosa pero su voz me cortó con rapidez.

-Yo me quedo con él. –Me informó.

-¿De verdad...? –Pregunté asombrada. Ni siquiera me había dado tiempo a efectuarle la pregunta cuando su ofrecimiento ya salía por sus labios.

-Sí. –Contestó despreocupada. -¿No quieres que me quede con él? –Me preguntó frunciendo un poco el ceño y clavando nuestras miradas para asegurarse la sinceridad de mis palabras, un gesto que siempre repetía cuando quería asegurarse una respuesta verdadera. Me tenía completamente pillada en ese aspecto.

-¿Qué? No. No. –Dije con rapidez. –Es justo lo que te iba a preguntar. –Sonreí ligeramente.

-Puedes ir tranquila a trabajar. Yo cuidaré del pequeño. –Me dijo con una sonrisa y brindándome una tremenda paz.

-Gracias. –Contesté tremendamente agradecida antes de marcharme y dejarlos a solas.

Para mi desgracia volví más tarde de lo que pensaba. Al final la dueña de la tienda nos había dejado a mí y a otra compañera haciendo un pequeño inventario mientras esperábamos algo de nueva mercancía. Al menos tuvo la decencia de dejarme avisar a Lexa y poder hablar unos minutos con Aden, quien aprovechó para contarme lo bien que se lo estaba pasando con Lexa mientras dibujaban.

Tal vez (AU) -Español [Clexa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora