Capitulo 31: Partido final

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-eso es lo que diste a entender. Bueno, buscare la forma de casarme con o sin su consentimiento- digo. Me levanto del sillón y me voy a mi habitación, no sin antes escuchar como David grita mi nombre.

Me dejó caer en la cama. Sabía que nos iba a costar convencerlos pero que me dijeran que no me la iba a poder, me hizo sentir mal. Ellos me han ensañado que no me debo de dar por vencida, sobre todo por lo que quiero.

Lo que quiero es que Cristian este conmigo por siempre, hemos ido creciendo juntos en muchos aspectos. El con su miedo al ser tocado y con mis inseguridades. Hemos estado el uno para el otro en cada ocasión con el otro, al casarnos es solo un papel más, porque hemos estado juntos por casi dos años.

Nos conocemos también, que juraría que Cristian debe conocer casi todos mis lunares e incluso alguna vez contarlos. Lo conozco tanto, que supe como demostrarle amor cuando su cuerpo no quería a nadie cerca. Me ayudo a ganar la confianza que me hacía falta, me ayudo a construir un muro para que nadie, salvo el, lo pudiera destruir,

Sin él, moriría diariamente un poco y mi corazón jamás volvería a amar. Cada una de mis células tiene un nombre en su composición. Tienen un dueño, que la pasar junto a ellas, cobran vida y saltan como nunca.

Dicen que el amor te vuelve dependiente de la otra persona, que te hace tonta e incluso estúpida pero me gusta depender de él. No es que él diga algo y lo haga sin reclamar, es solo que hay cosas en las que si me gusta que tome el control como por ejemplo, en la privacidad de nuestro cuarto.

Me encanta sentirme pequeña en su manos, sentir su cuerpo arriba del mío, sentir su barba de tres días raspar mi cuello y mejillas. Sentir sus gruñidos y jadeos y gemidos cuando llega al clímax pero lo más que me gusta, es escuchar en medio de la noche, cuando está dormido, susurrar mi nombre, siempre sonrió cuando eso sucede.

 Sentir sus gruñidos y jadeos y gemidos cuando llega al clímax pero lo más que me gusta, es escuchar en medio de la noche, cuando está dormido, susurrar mi nombre, siempre sonrió cuando eso sucede

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Siempre nos hemos declarado amor por siempre, el matrimonio es solo el paso siguiente para seguir esa meta. Si mis padres se niegan, por más que los más demasiado, tendrán que aceptar pro las malas. No me alejare del lado de Cristian. No en este momento ni en ninguno.

El sonido del timbre me saca de mis pensamientos. Arreglo mi cabello que quedo desordenado con tanta vuelta que me he dado en la cama. Bajo de la cama y salgo de la habitación.

Cuando llego al final de la escalera me encuentro con Cristian, el al verme sonríe y me lanzo a sus brazos. Amo este lugar y no quiero separarme de ello por un largo tiempo.

-pasen a la sala- dice David serio. Terminamos el abrazo y lo miramos. Cristian frunce el ceño.

-¿Qué paso? ¿Le contaste?- me pregunta.

-si pero no salió bien. Terminamos peleando y me fui a la habitación sin responder a sus llamados- digo sin ganas.

-buenos veamos cómo me va a mí. No estoy seguro que sea una buena idea- dice pensativo.

Sumisos: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora