Capitulo 4: Hot

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POV CRISTIAN

-no mamá, eso jamás. ¿Por qué tiene que venir? ¿Acaso no tiene más conocidos?- le gruño a mi madre.

-Cristian solo les estoy haciendo un favor y deja de comportarte como un niño malcriado. Anastasia se quedara tres días y dos noches con nosotros. No se verán durante el día, porque tú tienes clases hasta las cuatro pero Ana tiene hasta las 7. Así que solo se verán en la cena y en el desayuno. Además deja de ser tan gruñón, por favor- dice mi madre mientras amasa para hacer no sé qué cosa.

-mamá dime que es cierto que Ana se quedara con nosotros unos días- entra Mia como loca.

-claro que si pequeña. Se quedara hasta el jueves. Así que compórtense y no la hagan sentir mal- nos dice.

-a mí ni me mires. Es con el quien tienes que hablar. Además Ana me cae genial, es muy tierna pero muy inteligente. De seguro me ayudara con mis tareas ya que mi hermano no me quiere ayudar- me saca la lengua y se va de la cocina.

-a mí no me digas nada. Mientras no se meta en mi camino, todo estará bien- le digo.

-Cristian tienes 16 años casi 17. Deberías madurar un poquito. Mia que es un remolino, pero es más madura que tú y solo tiene 15-

-no quiero seguir con esto. Mejor me voy a mi habitación tengo tarea, mucha tarea y si no avanzo me regañaron y con los tuyos tengo suficientes- le digo. Le beso la mejilla y salgo rumbo a mi habitación.

Estoy toda la tarde en mi habitación y la verdad no he hecho nada de mis deberes. Aún sigo pensando en lo que ocurrió en la piscina. Ella no me toco, solo me abofeteo y maldición fue muy excitante. Su cuerpo casi desnudo en mis brazos. La sentí temblar, joder, con solo pensar en su cuerpo, mi cuerpo reacciona y mi compañero despierta. ¿Qué está haciendo esa mujer conmigo?

Escucho unos gritos que no son de mi hermana ni mucho menos de mi madre y los ladridos de un perro. Mierda. Mamá me dijo que tenía que guardar a duquesa en su canil. Esa perra es un peligro para cualquiera que no sea de la familia, siendo que es una de las razas más tranquilas que ahí. Bajo de la cama y salgo a la sala. Llego a entrada rápidamente.

Cuando salgo ya no es escuchan ladridos ni gritos. Me preocupa, así que me dirijo hasta donde se encuentra la casa de la perra. Me llevo una sorpresa cuando veo a Ana de rodillas acariciando a duquesa y esta se encuentra de espalda mostrando el abdomen. Ella al sentir mi presencia se levanta rápidamente y corre donde mí. Le acaricio la cabeza y se sienta. Observo a Ana y veo que esta toda cochina. Con pasto y con tierra en la ropa y pelo.

-¿se puede saber que hacías con duquesa y por qué estabas gritando?- le gruño.

-buenas tardes Cristian. También me da gusto verte. Estaba jugando con duquesa y si grite fue porque me asusto, nada más- me dice. Lo peor es que ni siquiera me mira sino a mi perra.

-es mejor que entres mientras guardo a duquesa. A otra cosa, en las noches soltamos a su pareja, se llama bandido y es más peligroso que ella. Él si sería capaz de morderte. Aunque no creo que se moleste contigo, no eres más que una niña consentida- me mira y puedo ver odio en sus ojos. No alcanzo a reaccionar cuando su palma impacta con fuerza me mejilla. Mierda. Otra vez me golpeo y no lo ve venir.

La atrapo entre mis brazos y escucho como caen las cosas que traía en las manos. Santo cielo huele a manzanas y a algo más. Su olor es único y me vuelve loco, lo mismo que su carácter. Desde que me abofeteo la primera vez no me la he podido sacar de la cabeza.

-suéltame patán- me gruñe, mientras intenta zafarse de mi agarre.

-no. Hasta que te disculpes por pegarme otra vez- le digo.

-si quieres que me disculpe tendrás que soltarme- no se me hace mala idea. La suelto y al mismo instante me pega una cachetada en la otra mejilla. Sale de mi agarre y corre de hacia la casa pero no alcanza a llegar lejos porque la atrapo y la dejo debajo de mi cuerpo.

-te pedí una disculpa no otro golpe- le gruño mientras intento controlarla debajo de mí. Ella se remueve debajo de mí pero no la dejare salir.

-nunca me voy a disculpar. Eres tu quien me ha besado. Eso es lo que mereces- me dice. Dejo mi cuerpo caer arriba del suyo, dejándola inmóvil y me restriego contra ella. Ella abre sus ojos cuando se da cuenta que estoy excitado.

-si sigues golpeándome voy a perder la cabeza- le digo porque es cierto. ¿Qué mierda me pasa cuando me golpea?

-¿Qué? ¿Acaso eres masoquista o qué? ¿Te gusta que te golpeen?- me dice sorprendida.

-no soy ninguna de las cosa que dijiste pero son tus golpes lo que me poner así- le digo mientras me vuelvo a frotar en ella. Se le escapa un jadeo y la vuelvo a besar. Escucho la tos de alguien y cuando levanto mi cabeza, mi madre nos está observando.

-Cristian- grita mi madre. Cuando le voy a responder la pequeña fiera que tengo debajo de mi cuerpo me vuelve a bofetear y fuerte. Eso hace que pierda el control de mi cuerpo, dándole la ocasión para escapar.

-Anastasia- dice mi madre con asombro. Pero antes de pasar por el lado de mi madre. Se da vuelta, mi mira de pies a cabeza y me gruñe.

-eres un idiota Cristian, además de un troglodita, patán, abusador- dicho eso entra a la casa dejando a mi madre asombrada. Luego me mira y me dice.

-¿necesitas hielo para las mejillas?- me dice mientras sonríe.

-mejor unas cuerdas y un látigo- le digo.

-¿para que necesitas eso?- pregunta mi madre. Mientras masajeo mis mejillas.

-para atar y darle su merecido a esa fiera- mi madre se ríe fuertemente.

-¡ay Cristian! Las mujeres cuando son difíciles son las mejores, cariño. Son las únicas que podrían soportar a alguien como tú- me dice.

-¡mamá!- le digo a modo de regaño.

-creo que esta noche tu padre y tu van a tener una buena charla-

-¿Qué charla?- le pregunto.

-la charla que todo joven detesta. La del sexo y las protecciones-

-¡mamá!- digo mientras paso mis manos por la cara.

-nada de mamá. Si salgo 10 minutos después, lo encuentro teniendo sexo. Creo que lo mejor es que te vayas a dar una ducha de agua fría cariño, o sino tu hermana se burlara de ti, toda la semana- me besa la mejilla y entra a la casa. 

Bajo mi mirada y encuentro un gran bulto que sobresale de mi pantalón. Suspiro y gruño para mis adentros. Entro corriendo a la casa directo a mi habitación, llego al baño y me meto a la ducha. Espero que esto sirva para bajar esta erección que tengo. Maldita seas Anastasia Stelle, ¿Qué mierda estás haciendo conmigo?


ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... 

ESTO RECIÉN COMIENZA... 

¿LES ESTA GUSTANDO COMO VA?... 

LAS QUIERO MUCHO... 

Y NOS LEEMOS PRONTO

Sumisos: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora