Traidores.

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-Ya basta -rugio Nico, con las lágrimas cayendo de forma rabiosa de sus ojos.- Detente... El no tiene nada que ver en esto.

Will estaba pálido con un gesto de dolor en la cara, el cuello lleno de sangre y se notaba que en cualquier momento perdería el conocimiento, lo peor de todo era que Nico estaba sintiendo la presencia de la muerte muy cerca, como si estuviera viendo con ojos crueles la escena y preparándose para atacar.

-Si que tiene que ver. Es lo que mas te importa, es la forma de llegar a tu corazón de hielo... El es tu corazón.

-Basta.

-Tanto tiempo tan solo... Tan triste... Tanto rechazo y abandono y alguien como el tomo tus manos, compartió su calor, derritió cada parte de ti... Y ahora se que no lo dejaras morir, se que harías lo que fuera para que tu "rayo de sol" no perezca, así que si que esta involucrado, es tu culpa por dejarte amar así y por llegar a querer a alguien tanto... El amor es una debilidad la mas común entre los mortales...

Nico estaba llorando de rabia.

-Dejalo ir.

-No, necesito que primero hagas algo. Necesito poder.

Nico dejo salir toda la oscuridad errante de el, liberando hordas y hordas de muertos dándoles vida otra vez para que lucharan, su piel se volvió de un pálido imposible y cuanto mas usaba sus poderes mas se sentía desaparecer.

Will murmuro algo.

Los muertos con una furia animal comenzaron a atacar a Perséfone, pero cuando Nico se detuvo observo que esta ni siquiera se había inmutado.

-¿Terminaste tu rabieta? Imbécil mortal no puedes hacerme nada, ahora harás lo que te digo.

-¡Jamas!

-Bien entonces el muere.

Nico desvío la vista, no podía dejar que el mundo se destruyera que el olimpo colapsara y las fuerzas de Urano dominaran para destruir a los mortales, no podía darle la espalda a su reino, a su padre y a todo lo que conocía.

Pero todo esto parecía mas fácil en comparación de dejar que Will muriera, en dejar que sus ojos azul intenso se quedaran vacíos, en jamas volver a oír su dulce voz, nunca juntar sus manos y que aquel chico que le provocaba desde las mas honestas carcajadas hasta los mas violentos sonrojos, simplemente dejara de respirar.

El mundo nunca seria lo mismo sin el sol.

Perséfone estaba a punto de dar el corte definitivo aquel que cortaría aquella vena y provocaría la muerte de Will.
Las lágrimas en el rostro del chico rubio eran como perlas de hielo.
Y a Nico le resultaban insoportables.

-¡Detente! ¡Haré lo que tu digas pero para! Por favor... A el... A el dejalo.

-Asi es como me gusta, de todas formas quizá muera desangrado... Pero lo dejare siempre y cuando tu vengas conmigo.

-Bien iré, pero dejame darle un poco de néctar... Yo -las lágrimas le impidieron seguir hablando.

Nico se arrodillo junto a Will, el mundo de pronto estaba en una especie de silencio, tomo su mano la mano que siempre estaba cálida ahora estaba fría.

-Will yo... Lo siento... Lo siento tanto -cerro los ojos fuertemente tratando de frenar las lágrimas en un gesto de puro dolor.

Will alargo la mano y débilmente seco las lágrimas de Nico.

-No hay por que.

Pero el también lloraba de manera mas discreta pero las lágrimas estaban ahí.

Canción Para Fantasmas. (Solangelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora