Escape

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Lo peor de todo es que Hades no pudo contarle mucho, porque en ese preciso instante Nico tenia que irse.

Huir.

Hades había sembrado su propio infierno, arrastrando a Nico a este, las consecuencias serian devastadoras, y aunque el mundo volviera a ser el mismo el dios del inframundo tendría severas consecuencias.

Nico vio por última vez antes de partir el rostro afectado de su padre y reconoció en este una cosa.

Miedo.

Y Nico que nunca lo había visto así no pudo evitar que se le contagiara ese miedo.

Se sentía enfermo. 

Y aterrado.

****

Llevaba dos días alejándose, debía estar en constante movimiento. No parar. Estar alerta.

Hasta el momento aun no lo habían atacado.

Pero no olvidaba las palabras de su padre.

"Recuerda que eres el principal objetivo de todos los monstruos Nico di Angelo eres una amenaza, un peligro real para ellos. Porque eres mi hijo y tu puedes cambiar las cosas. Solo asegurate de no morir"

Y su padre lo había dicho muy enserio, Nico supo entonces que no era solo porque quería recuperar sus dominios. También era porque Nico le importaba.

Mucho.

Eso al menos era algo que compartía con su padre.

Esconder sentimientos.

Constantemente se repetía a si mismo lo tonto que había sido, durante los ocho meses no había visto ni un momento a su madrastra Perséfone, no había preguntado por ella ni la había hechado de menos.

Había sido un total idiota.

***

A la tercera noche de su huida Nico estaba en el continente Asiático y las consecuencias de este largo viaje (en parte colándose en aviones en parte usando viajes sombras) empezaba a notarse en su cuerpo.

Tenia sueño mucha hambre y ganas de por una vez recordar algo a lo cual llamar hogar.

Recordó de pronto el campamento.

Quería regresar a casa.

Sin embargo sabia lo peligroso que seria volver ahí.

Los semidioses incluso podrían atacarlo.

Quizá alguien no.
Quizá el lo entienda.
Quizá el sea mi salvación.

Will.

Nico lo extrañaba a horrores. No sabía porque, quizá porque cuando estaba mas triste y solo que nunca era cuando pensaba mas en las cosas buenas que ya no tenia.

Nico recordaba su sonrisa, sus ojos azules...

Y ahí frenaba sus pensamientos bruscamente, sintiéndose culpable y buscaba pensar en otra cosa.

****
El quinto día Nico se encontraba en el bosque Aokigahara en Japón.

El bosque de los suicidas.

Nico oía a los espíritus quejarse y llorar, desde que Hades dejaba se estar en el control del inframundo los espíritus mas recientes no tenían a donde ir.

El que el mundo se llenara de espíritus molestos, era parte del macabro y siniestro plan de Urano: el responsable de todo esto.

Todas las cosas malas, todos los monstruos todas las criaturas que eran arrojadas al Tartaro volvían. Siempre volvían.

Y Urano estaba volviendo.

Con el alboroto de Gea, Urano alguien tan cercano a ella también había empezado a recomponerse. Pero Urano llevaba ideando esto desde hacia ya mucho tiempo. Solo que actuaba de manera menos impulsiva que Gea, el había tenido eones para planear esto.
Y lo había planeado para ganar.

Su plan consistía primeramente en quebrar la confianza de los dioses, hasta que ninguno pudiera fiarse de otro. Confundirlos, dejarlos desarmados, unidos eran peligrosos, solos no eran una amenaza tan fuerte.

Para empezar había escogido a Hades. Porque, primero: era un dios poderoso parte de los tres grandes, segundo: sus dominios eran de enorme utilidad para Urano, y tercero: Era el dios mas vulnerable.

Rapto a lo que mas quería.
Sabía donde darle a Hades para que le doliera.

Había raptado a Perséfone.

Había influido en los monstruos del tártaro y en el mismo tártaro para que la raptaran.

Y luego durante meses había estado torturando a Hades para que acudiera a el a rogar que liberara a Perséfone.

Hades sabia que era una trampa, por eso cuando el mensaje encriptado decía que no le comunicará nada a nadie. Menos a los dioses no acudió.

Pero entonces, había usando algo mas, una representación mortal vulnerable e increíblemente triste de Perséfone que enviaba cada cierto tiempo, Perséfone lloraba y le rogaba que la ayudara.

Y decía una y otra vez.

Yo no debería estar muerta esto en un error.

Era el espíritu que Nico había visto, ahora sabia porque había estado tan espantado: Era porque le había parecido familiar. Terriblemente familiar.

Puesto que era una trampa de Urano cuando Nico la traspaso con su mano el dolor de cabeza lo invadió.

Hades había acabado rindiéndose, no lo soportaba mas. Necesitaba hacer algo. Viendo a Perséfone así, no podía ignorar que ella necesitaba ayuda.

Ahí fue cuando llamo a Nico.

Y se marcho por ocho meses para intentar liberar a Perséfone.

No le había contado mucho mas, salvo que cuando finalmente la encontró empezaron a torturarla.

Y le dijeron que si no les cedía una parte de sus dominios la maltratarían para la eternidad.

Hades lucho, grito y peleo salvajemente. Pero no pudo salir airoso.

Perdió.

Y vencido, derrotado y loco por haber visto todo lo que había visto. Acabo cediendo.

Pero en el juramento había una trampa y Hades acabo por ceder todos sus dominios.

Perséfone logro huir, pero Hades no tenia idea de donde estaba.   

Eso era todo lo que Nico sabia. Era todo lo que le había dicho su padre.

Y ahora se encontraba huyendo. Sin tener noticias de nada y sólo.

Vio a su alrededor los arboles donde miles de mortales habían decidido acabar con su existencia.

Y se preguntó juguetonamente un momento que ocurriría si el decidía hacer lo mismo.
•••••


Canción Para Fantasmas. (Solangelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora