6. Muertos...de amor (III)

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El trayecto transcurre en un silencio escalofriante. De esos que amenazan con ser mortales si una de las dos partes no se digna a emitir palabra, a decir algo capaz de sacarlos del apriete.

-Entonces...¿la toalla es tuya?-menciona Stefano mientras conduce.

Y en Kylie sube por su garganta una mezcla de vergüenza e indignación que termina por estallar en forma de una risotada. El chico no sabe si interpretar esto como una burla u otra cosa ya que él no hizo precisamente una broma ni nada que se le pareciere.

Él la mira en busca de una explicación. Por un instante sus miradas se cruzan, se detienen y Stef añade:

-¿Qué...qué es lo gracioso?-fuerza una risita pero no logra descifrar lo que pasa por la cabeza de la chica.

Ky pestañea.

-Acabas de raptarme de una fiesta, me tienes en tu auto, estás húmedo, desnudo y la calefacción me tiene ardiendo y tú, tú me...preguntas ¿si la toalla es mía?

El gesto de Stefano parece evidenciar una sorpresa enorme mientras la chica sigue riendo.

-Lo siento-murmura él por lo bajo.

-A veces no te entiendo en absoluto. Mejor dicho, ¡nunca he logrado entenderte! Más ahora que te presentas como un niño bueno que en realidad es un stalker, hacker y perverso sujeto con la fachada de un chico tímido. Además, ¿a qué te referías con eso de que "te divertirás con ellos"? No te veías para nada divertido en la piscina de mi casa con ese montón de estúpidos humillándote de esa forma.

Ella recorre con su mirada los venas en los brazos de Stefano que se marcan a medida que habla y sostiene el mando. Sigue por sus bíceps marcados pero no demasiado musculados, sus pectorales, su cuello y finalmente llega a su gesto. Tiene otro semblante. Algo diferente. Parece haberse ensombrecido como si un terrible nubarrón hubiere pasado repentinamente arrasando cualquier vestigio de bondad.

-Oye-murmura ella a medida que su risa maniaca va desapareciendo-. ¿Te sientes bien?

Él sigue con la mirada fija en el frente y ella le insiste tocando lentamente su brazo.

Acto seguido Stefano da una frenada en mitad de la carretera evidenciando sólo una densa arboleda alrededor, bruma espesa y una oscuridad sepulcral rodeando su alrededor. Ky repara en cada uno de estos detalles e instintivamente busca con su otra mano la manija de la puerta en caso de necesitar escapar no obstante está puesto el cierre centralizado del coche. Si el chico intenta hacerle daño no podrá escapar a ninguna parte.

-¿Tienes miedo, bebé?

La voz de Stefano ahora se oye ronca y habla con lentitud. Ella traga saliva. Se aferra al asiento y desabrocha el cinturón que la salvó en la frenada repentina de no quedar estampada contra el vidrio delantero.

-Déjame ir-le exige.

-No, no.

Stefano sacude la cabeza en una clara negativa y una sonrisa se aparece en su rostro sin levantar la mirada de la carretera como si aún siguiere conduciendo.

-Entonces devuélveme a casa-insiste ella como si un milagro fuese posible.

-¿Por qué no te ríes ahora?

Acto seguido él fija sus ojos en los de ella cual acaba de cubrirse por una repentina mezcla de adrenalina y horror.

-No me hace gracia este chiste ni ninguno de tus trucos, Stefano. Déjame ir.

La rubia va elevando el tono de voz pero él se mantiene impasible.

-Grita. Nadie te va a escuchar-la provoca.

#MALOS El Origen | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora