—Dile a bebé que lo amo. —murmuró dulcemente.

—Estas en alta voz. —comente para beber jugo.

—¡Papi ama a bebé! —exclamó.

—¿Y a su mamá no? —pregunte sonriendo.

—Te amo mujer de mi vida.

—Amiguito esta escuchando.

—¡Eres el mejor perro! —exclamó a lo que nuestro animal ladró.

—Thomas buscará a los niños después de clases.

—Tommy me ha dicho que aun no lo ve como su padre, le tomara un poco volver a la confianza.

—También lo creó, justo estaba pensando en que asista a un psicólogo y hasta Thiago podría, pero hablaremos de ello cuando estés aquí.

—Me parece bien, cariño. Tengo que colgar, me esperan.

—Adiós cielo.

Al volver a lo que hacia, intente comer mas deprisa, el tiempo pasaba volando y lo tenía muy corto. Mi tranquilidad pareció interrumpida, cuando la puerta fue azotada varias veces. Me irritaba eso y aveces Scott lo hacia para verme enojar, descarte la idea de que fuera el rubio, a los segundos de recordad que se encuentra en la universidad entregando un mapa mental.

—Un segundo. —avise, levantandome lentamente.

Abrí la puerta encontrando a un hombre desconocido: vestido de camisa rayas, alto y con una barba pintada de amarilla.
Su cercanía me alarmó, se encuentra escaneando mi cuerpo y mientras lo hace sus pasos se aproximan hacia mí.

—¿Qué quiere? ¿quien es usted? Sera mejor que se vaya antes de que llegue mi esposo... —lo Indagué de preguntas, me puse recta tratando de sonar segura pero mis piernas me están traicionando.

—Sólo te diré algo,lindura —me sonrió —. Te quieren a ti.

Aquellas palabras cayeron como agua fría, sé quien me quiere. Él no se ha olvidado mio, como creía. Todo mi cuerpo comenzó a temblar, como si de un chihuahua tratara, el sudor recorre mis manos y frente.

—Déjeme por favor. —suplique sin saber a donde ir.

—No tienes a donde ir, y tu bonito príncipe azul no esta para salvarte... —en un momento a otro, agarró mis brazos con brusquedad.

Nick no esta para protegerme pero ahora mas que nunca lo haría yo; me protegería a mí y a mi hijo.

Amiguito comenzó a ladrar, mostró sus dientes enfadado y puso su hocico en la pierna del hombre haciendo que éste me soltara y pegara un grito. Mi Husky presionaba con fuerza sus dientes. Es el momento de huir, pero no sabia a donde. Hice lo primero que llegó a mi mente, corrí hasta mi habitación y entrando le hecho seguro recostando mi cuerpo en la puerta. Lágrimas comienzan a bajar mientras acaricio mi vientre.

—Mami promete protegernos. —susurré, con un nudo en mi garganta.

¿Qué quería Christoper de mí? Es un hombre adinerado que podría conseguirse a otra en un chasquido. ¿Por qué tenia que ser yo? ¿por qué cuando la vida parecía marchar bien? Todas las preguntas  que abordan mi mente no tienen respuestas.
No dejo de temer por la vida de mi mascota que se ha quedado afuera con un asesino, si tan solo no hubiera dejado mi celular en la mesa. Los ruidos han cesado, no escucho al hombre ni a mi perro.
Empiezo a llorar desconsoladamente, no sé que hacer.

—A ver, lindura...abre. —una fuerte voz comentó, mas atrás los golpes a la puerta se hicieron notorios. Él derrumbaría lo que me protege.

Me escondí bajo la cama, como si ello me salvaría. Mi protección fue derrumbada, solo escuche el ruido estruendoso. Cerré mis ojos esperando que cuando los abriera todo acabara.

—Aquí estas...—mis piernas fueron jaladas haciéndome tomar mi barriga por el golpe.
Otro hombre apareció; blanco y de cabello marrón.
Un olor entró a mis fosas nasales haciéndome caer en un sueño profundo.

•••

—Aquí estas mi bella, por fin juntos. —una voz susurra en mi oído, mientras una mano acaricia mi mejilla.
Intento abrir los ojos, pero mi vista es nublada. —. Están en casa, mi hija y tú no se irán jamas de aquí.

Fueron las ultimas palabras que escuche para volver a entrar en un sueño profundo.

N/A:

O-mai -ga! Alguien se ha vuelto loco.

Bienvenidas a las nuevas lectoras.

A la Medida rumbo a la Final.


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