Capítulo 45.

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LYLA.

La escena delante de mi es tan conmovedora, que me hace cruzar mis brazos y tragar profundo intentando evitar derramar lágrimas.
Frente a mi esta Tayron Parker, escondido en ropa deportiva y una gorra que cubre su cabello y no se deja ver bien, protegiéndose de los periódicos del estado. El caso esta en que, Tayron está agachado mientras abraza a mis dos hijos a la vez, y observo a mis hijos abrazarlo igual. Mi corazón se encogió, ver a un hombre que repetía en un pasado no tener sentimientos, se encuentra por llorar. Esto me duele tanto, ojala pudiera hacer algo para que ni mis hijos ni él sufran, pero ahora lo están haciendo y yo no puedo hacer nada más que quedarme quieta viendo su emotiva despedida.

—Los amo, chicos. Nunca lo olviden, volveré, ¿me escuchan bien? —pregunta en susurros.

—Sí tío Tay. Igual te amamos. —respondió Tommy, sonriendo algo sentimental.

—¿Por qué te vas? No lo hagas. —talló su mano sobre su ojo Thiago.

—Es mi carrera, niños. Pero el que me vaya no significa que los voy a olvidar.

—Vuelve pronto tío Tayron. —dijo Tommy, volviendo a darle un ultimo abrazo.

—Claro que sí... Volveré para verte jugar de nuevo.

—¿Cuanto tiempo estarás por allá? —me atreví a preguntar, algo triste por la partida del que en el pasado fue mi cuñado.

—Cinco meses, o quien sabe...puede que sean mas, o menos. —respondió sonriendo de medio lado.

—Te vamos a extrañar, Tayron.

—Yo también los voy a extrañar. Todo aquí, los niños, tú, a Molly, Scott y ni de hablar de amiguito. —en el poco tiempo en la ciudad se hizo muy buen amigo de mis amigos, de pronto él y yo nos hundimos en un abrazo y al instante susurró en mi oído —. No te preocupes por Thomas, por mi no sabrá que los vi.

—Gracias, en serio. —en susurros agradecí, nos separamos y volvió a hablar.

—Sean felices. Saludos a Nick, fue un gusto conocerlo. —afirme con mi cabeza, el chico nos dio una última mirada para darnos la espalda no sin antes ponerse sus lentes negros y partir al avión donde estaría en primera clase.
En definitiva extrañaría a ese chico, después de todo siempre fue un buen muchacho y nunca tuvo culpa de lo mio con su hermano.

Después del aeropuerto maneje hasta el departamento de Molly, para reunirme con ella y Scott a cenar y ver una película juntos o jugar un monopolio.
Detuve el auto frente al lugar y cuando subimos toque dos veces para escuchar un llanto proveniente de Will y un grito de mi amiga para decir que ya viene.

—¿Todo bien? —curiosa pregunte al ver a Molly despeinada y frustrada.
Ella negó para dejarnos pasar, saludó a mis niños y cerró la puerta después, los gritos del niño se escuchan por todo el lugar.

—¿Qué tiene Will? —preguntó Thiago,acercándose a la cuna donde el pequeño Will se mira que esta parado.

—No lo sé —mi amiga peinó sus cabellos con su mano —. Necesito a Caleb, desde que se fue, Will quiere dormirse tarde. Todo es su culpa, por haberlo malcriado tanto, lo he bañado, he cambiado su pañal y hasta le quise dar su leche pero nada. —mi amiga frustrada habló.

—Vas a matar a mami, William. —reí al ver a Molly tirada sobre el sofá, tome al niño que por unos segundos dejó de llorar y a los segundos lo volvió a hacer mas fuerte. Saque mi celular y después de tres intentos estoy igual o mas frustrada que Molly.

—¿Aló? —la voz de Caleb sonó dormida.

—¡Quiero que le hables a William! —exclame, meciendo al rubio que tiene su cara colorada. Busque con la vista a mis hijos que puedo visualizarlos en la cocina comiendo cereal de chocolate con Molly, ella me mira y se encoje de hombros.

A la Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora