Capítulo 51.

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Nota de Autora:

¡hola! No me he muerto por si acaso, es que últimamente he estado full de clases y ésta semana salgo. Ya nos quedan pocos capítulos de la que es mi ultima historia del año en Wattpad. No saben cuanto las amo, me gustaría que opinaran acerca de mi historia porque últimamente he tenido pensamientos de eliminar ALM y pues, nos vemos.

Sky.

Nuestros cuerpos vuelven a ser uno solo, en ésta noche fría nos dijimos que nada ni nadie nos separaría porque nuestro amor es inmenso, mis manos recorren su cuerpo con delicadeza mientras mis labios toman el control sobre lo que es un apasionado beso. Desde de tanto, me estoy desahogando de todo aquel amor que no le había dado y, el que se había acumulado dentro de mí, nuestro amor iba más allá de la luna...nuestro amor brilla como las estrellas en plena oscuridad.

Estoy en mi oficina, sentado mirando aquel anillo de tan valor significativo para nosotros, pienso en lo importante que es lo que tengo entre manos, algo que le daría el titulo de esposa a mi novia, de solo pensar me dan nervios, me siento como un chiquillo penoso que hará su primer exposición delante de cantidades de personas. Por otro lado no dejo de sonreír, pensando y ordenando cada uno de mis pensamientos en como pedirle matrimonio a Lyla Cowell, buscar un lugar, vestir a los niños de traje elegante, buscar un corte para mi cabello negro que ha crecido y decir las benditas palabras que me hacen sentir sentimientos de miedo y felicidad.

—Buenas buenas. —escucho como la puerta se abre de golpe y el anillo lo guardo en una gaveta lo mas rápido, ya empiezo a sudar.

—¡Diablos, Deluca! —exclamo soltando un suspiro.

—¿Qué? ¿acaso has visto un fantasma? —se echa a reír mientras busca asiento a mi frente.

—Tengo el anillo  aquí y creí que eras ella...

—¿Aun no se lo has entregado? —preguntó de golpe.

—¡Pues no! El caso es que me siento nervioso y no sé por donde empezar exactamente, también había sucedido el malentendido con la perra que tenia como esposa Jason. —al pensar de nuevo en esa mujer aprieto mis puños.

—Entiendo, pero debes hacerlo así como...¿quieres casarte conmigo, nena? —Caleb hace voz de galán y guiña un ojo.

—Creo que ese serias tú, al hablar con Molly lo único que dices es nena, ¿acaso no sabes nada mas que decir? —cuestione moviendo mi mano.

—A las mujeres les encanta que le digan nena, las vuelve loca, en serio. Deberías decirle así a Lyla así.

—Ya Lyla esta loca por mi, a ella le gusta que le llamen preciosa, no con nena. —respondo sonriendo.

El celular de mi amigo suena y el literalmente pega un brinco para llevarlo a su oído y hablar como un tonto.

—Hola, nena. —escucho cono dice en un susurro, volteo los ojos para mirar como se levanta y saca su dedo de sortija.

MOLLY.

Siento mi cara arder y no precisamente por algún alago de mi novio, solo observo detalladamente cada palabra del mensaje de numero desconocido el cual sé de quien es a la perfección, Gonzalo Borrero viene a atormentarme en mis días de tranquilidad.

—¿Todo bien? —pregunta Lyla a mi lado, viene de copiloto con mi hijo en brazos. La he buscado en la empresa para que me acompañe a comprar unas pinturas para la casa y la habitación de Will.

—No. Para nada. —acelero al mirar que el semáforo cambia a verde y dejo el celular en el asiento de al lado.

—Entonces...

—Es Gonzalo. Me escribió un mensaje, Dios, como lo odio —suspiro —, dice que quiere hacerle una prueba de paternidad a Will y salir de dudas acerca de si es su hijo.

—¿Qué? ¿y qué harás exactamente? ¿crees que te quite el bebé?

—No sé que hacer, pienso y pienso pero no quiero decirle nada. Caleb y yo estamos en una buena relación y ama a mi hijo como si fuese suyo. Y, ahora Gonzalo quiere molestar mis días. No quiero pensar...en que exista la posibilidad de que se lleve a mi niño. ¿Y si lo hace?

Mi mente comienza a pensar en cuando sentí a mi hijo patearme desde adentro, cuando escuche su llanto por primera vez y cuando tuve miedo en su primer baño. Tantos momentos preciosos que viví con mi hijo que,  no me cabe en la mente que Gonzalo sepa y se lo quiera llevar.

Miramos cada pintura mientras hablamos del futuro de mi bebé. Lyla sostiene una pintura turquesa para pintar el cuarto de Will, le hago cosquillas a mi hijo cuando de pronto Lyla se mantiene pálida y casi no puede sostenerse por su cuenta.

—¿Qué tienes, Lyla?

Veo como sus ojos se cierran, y de pronto se desplaza. Quedo atónita y un hombre a nuestro lado agarra a mi amiga antes de que caiga por completo, las personas comienzan a llamar por una ambulancia y yo he quedado paralizada hasta que los llantos de William me hacen caer así y me agacho con lágrimas en los ojos sin saber que sucede con exactitud, solo miro al señor haciendo viento. Estoy por entrar en una crisis.

—Dios...Dios mio, mi...amiga... ¿qué tiene? —mis palabras casi no salen —, no deje que muera...por favor, señor.

—Ella va a estar bien, ya la ambulancia viene en camino. Mantenga la calma, señorita. —comenta el señor  calmando mis nervios, aquel buen hombre se levanta y con ayuda a un muchacho de seguridad levantan   a mi amiga que tiene sus ojos cerradas. Intento calmar a Will de sus gritos y cierro mis ojos para respirar hondo pidiendo fuerzas para tomar la gravedad de la situación.

NICHOLAS.

El sonido de mi celular me hace fijarme en el aparato tecnológico pensando con una sonrisa en que puede ser mi novia diciendo que ya viene en camino. Al dejar los papeles me concentró en el mensaje, del cual es de numero desconocido.
Abro los ojos sin entender nada.

“Felicidades. Pero ni crean que ahora serán mas felices porque comienza la cuenta regresiva para hacerlos sufrir”.

—¡FELIZ LUNES! ♥

A la Medida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora