『Capítulo 12』

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─ Marcos, arriba, Marcos, a desayunar. ─Lo sacudo repetidas veces a ver si reacciona. Él hace ruidos raros e intenta darse la vuelta. Miro su reloj despertador y le adelanto la hora hasta marcar las 12 pongo que el despertador suene en diez segundos─¡Marcos arriba vamos es lunes y estamos llegando tarde a la escuela! ─Grito y salgo de la habitación dando un portazo.

Corro y llego a bajo, tranquilamente me siento. Mamá y Sebastián me miran raro. Yo les sonrío y le echo azúcar a mi café, lo revuelvo tranquilamente ante la mirada de mi gente y le doy un sorbo. Tomo un buñuelo y antes de metermelo a la boca se escucha los pasos descender por la escalera.

Los dos miran a la escalera y entonces echan a reír. Yo ni siquiera miro, muerdo mi buñuelo y mastico. Trago y entonces miro a mi hermano, que está medio dormido, vestido con una camisa mal abrochada pantalones pijama gris con pequeñas coronas amarillas y una zapatilla mal puesta en un pié y el otro descalzo.

Rio por que una vez más ni hermano mayor calló en la jugarreta que siempre le juego por vago. Las risas lo desperezan y espabila, entonces medio abre los ojos y nos ve a nosotros tres riendo, ahora abre bien grande los ojos y mira su ropa. Se pone rojo y me mira con los ojos entrecerrados, sonrío y mi querido hermano niega con la cabeza y viene a desayunar con nosotros así como está.

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─ Ya estoy arrepentido, da vuelta y déjame en casa. ─Pide mi hermano mayor, que ahora está sentado en el asiento del copiloto de mi auto mientras yo conduzco a la casa de Yael. Traigo conmigo el celular de Jordi, mi traje y demás. Niego con la cabeza y enciendo la radio evadiendo su petición. Luego del desayuno intentamos entablar una conversación los cuatro, pero Marcos todavía está alejado de nosotros y recluido en su mundo.

─ No niño, tu relájate ahora que puedes. ─Le sonrío sin mirarlo y subo más el volúmen de la música, para evitar que Marcos sea consumido por sus penas.

Llegamos a la casa de mi amiga y estaciono mi vehículo en la vereda frente a la entrada. Apago el motor y le destrabo las puertas para salir, una vez afuera bloqueo el auto.

─ Vamos soldado. ─Lo animo. Golpeo la puerta y esperamos a que esta sea abierta por la señora Villalba. La madre de Mel y Yael.

─ Hola Leyla. ─Me da un beso en la mejilla y me invita a pasar, luego centra su mirada en Marcos que venía tras de mi. ─Hola, soy Marta Villalba y ¿Tu eres? ─Se presenta la señora y le da un espacio a mi hermano para que ingrese. Este lo hace y le devuleve el saludo cortésmente.

─ Buenas tardes señora, soy Marcos Delek, hermano de Leyla. ─Sonríe.

─ Oh si. ─La señora Villalba cierra la puerta y camina por la sala invitandonos a serguirla.─Tu hermana habla mucho de ti.

Miro a mi hermano de reojo y este sonríe melancólico. Nos detenemos frente la habitación de mi mejor amiga.

─ Entren chicos, Yael los está esperando. ─Nos dice la señora para luego desaparecer en el pasillo. Yael no conoce a Marcos más allá de unas fotos, y tampoco sabía que estaba conmigo por lo que dudo que nos espere, en plural. Golpeo la puerta y desde el otro lado se escucha el "adelante". Ingreso en la habitación y le hago una seña a mi hermano para que entre. Cierro la puerta y veo a mi amiga, sentada en su escritorio con sus computadoras y tan concentrada que ni siquiera nos mira. Me arrimo a ella, veo la pantalla y noto que está escribiendo la primera parte del resumen.

─ Hola. ─La saludo. Ella asiente con la cabeza y sigue con lo suyo. ─Traje a alguien para presentarte. ─Comento y entonces ella gira la cabeza para verme.

❝Proyecto G❞Where stories live. Discover now