『Capítulo 12』

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─ ¿Quieres contarme? ─Pregunto en un susurro. Él solo sigue sollozando, al escucharme alza la cabeza y asiente. Limpia su nariz con la manga de su campera limpiandose el agua que salía de esta.

─ Es... estaba en casa y... y papá ha... había dejado el cel... ular. ─Habla entre hipidos. ─En la me...sa. ─Deja escapar un sollozo y yo le froto la espalda intentando reconfortarlo, aunque sea con el simple contacto.─Yo... est... Yo le hiba a pedir matri... matrimonio a ella. Papá llegó, yo queri... quería pregun... tarle qué le parec... parecía. Y ento... ces él me... me dijo qu... que ella era ma... mala para mi. ─Pasa su manga por los ojos busca mente limpiandose la lágrimas.

─ Pelearon. ─Digo yo terminando con la oración por él. Mi hermano asiente con la cabeza y termina de limpiar sus ojos. Mira al techo del automóvil y parpadea repetidas veces.

─ Entonces, papá fué a su habitación y tra... trajo con él el móvil de Lu... ella. ─Continúa relatandome los echos.─ Yo no lo creía, la... la amaba ¡Joder! ─Golpea el volante con furia. ─Fuí a buscarla a casa para que me explique, enton... ─Las lágrimas vuelven a empañarles los ojos a lo que yo lo abanico con la mano. Niega con la cabeza y traga duro.─Estaba con él... ─Me mira y sonríe, es solo una mueca cínica carente de vida, carente de humor.─¡Estaba con él JODER! ¡Mi mejor amigo, MI HERMANO! ¡MI MEJOR AMIGO Y LA MUJER QUE AMABA EN MI CAMA!

Dejo que grite, chille y patalee hasta calmarse, luego de que por fin deja los sollozos pasa una hora. Le pido que se pase al asiento del acompañante y él desganado lo hace. Recuerdo que mi teléfono movil lo dejé en mi auto, por lo que le pido el móvil a mi hermano mayor y le envio un mensaje al menor, pudiendole que venga a por el auto y en pocas palabras le digo que estoy con Marcos.

Pongo el automóvil en marcha y conduzco los cuarenta minutos que normalmente me llevarían a casa en una hora y cinco minutos. Mi hermano en uno de esos minutos de la hora y cinco minutos decidió dormirse. Lo veo de reojo como tiene la cabeza recostada en el vidrio, la nariz roja, la boca entre abierta y los parpados rojos e hinchados. La verdad es que lo entiendo, él la amaba. Tres años de su vida con ella, para que no sea lo suficientemente persona para dar por terminada la relación. Mi hermano es la viva imágen de el amor, de lo que las mentiras de amor hacen.

Estaciono el automóvil de mi hermano fuera de casa, y desbloqueo las puertas. Veo mi automóvil aparcado en la vereda y a Sebastián y papá venir hacia el auto. Salgo dejando a Marcos dentro y voy a su encuentro.

─ ¿Qué pasó? ─Pregunta alterado papá al llegar a mi lado. Mira sobre mi hombro a mi hermano mayor dormido.

─ Luego de que le enseñaste los mensajes, fué a confrontar a Lucía, y resulta que la encontró en la cama con su amigo. ─Esa, es toda la verdad. Niego con la cabeza y Papá y Seb tensan las mandíbulas y fruncen el ceño, para luego apretar los puños todo en movimientos exactamente sincronizados. No se puede negar que son padre e hijo. Reiría si las circunstancias fueran distintas.

─ Se fué echando humo. ─Niega papá lastimero. Sebastián lo abraza por los hombros.

─ No es tu culpa papá, tu solo dijiste la verdad. ─Afirma mi hermano menor.

─ Lo se, se que hice bien. ─Habla y caminamos hacia el auto.─ Pero eso no quita que lo halla lastimado.

Pongo una mano sobre el hombro de papá y asiento, dandole a emprender que estoy con él, estamos con él.

Papá abre la puerta de el lado del acompañante y mete su torso para sostener el cuerpo de mi hermano inconciente, lo saca alzandolo en brazos y echa a andar hacia la casa. Yo miro mi auto y le pido a Sebastián las llaves. Ingreso al vehículo y saco de la guantera mi celular y el otro.

❝Proyecto G❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora