CAPÍTULO X - HORA DE MORIR - PRIMERA PARTE

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SAM

LA MANO DEL DIABLO - MIRADOR DE MAESTROS

  ― Rápido ocúltense detrás de las librerías ― Gritó Abel al tiempo que los disparos comenzaron a sonar.

Todos hicimos caso a la idea de Abel y nos arrastramos deprisa  para no salir heridos, pues la posición de los tres escoltas de Billy era perfecta para cualquier asesino experimentado, en nuestro caso estábamos en completa desventaja.

 ―Seguid vosotros, quiero intentar algo ―susurró Eliza lanzándose al centro del recibidor. Cerró sus ojos y concentró su jai justo como habíamos entrenado con Matías, el brillo de su energía desvió las balas hacia los muros, ella volteó para mirarnos con una risa de descanso un poco nerviosa, pero muy apresurada.

De repente el piso sobre el que estaba parada comenzó a tragarse su energía igual que una aspiradora succiona el polvo, ella cayó de rodillas debilitada y fue entonces cuando recibió un disparo justo en el corazón.

  ―¡Eliza! ―Gritó Amalia y se fue corriendo a auxiliarla pero resbaló con su sangre evitando por suerte recibir un disparo en la cabeza, pero una ráfaga violenta de proyectiles le  reventó el brazo derecho.

 ―De verdad creen que no estamos preparados para someterlos ―Se burló el escolta con el número 1 marcado en su chaqueta y se quitó la máscara de gas para aclarar su voz― . Ustedes ya están muertos. 

  ―¡Ah sí, eso lo veremos! ―exclamó Abel, por su velocidad ya había subido las treinta escalas y se posicionó detrás de el número 1 para golpearlo, pero un muro protector de piedra surgió de las espaciosas rendijas entre las baldosas golpeándolo consecutivamente, salía una y otra vez en lugares distintos de la plataforma de arriba, hasta hacerlo rodar por las escalas.

  ―Demonios, hasta los muros están vivos aquí ― dije aterrado.

  ― Tranquilo  Sam tengo un plan pero necesito que tú y Samantha concentren todo el jai que tengan a su disposición.

― Es una locura, será succionado igual que les pasó a ellos ― protesté muy agitado.

 ―Mírame Sam, Matías tiene un plan, debemos confiar en él ―murmuró Samantha entrelazando sus dedos con los míos.

  ― Está bien ― dije apaciguado.

 ― Esconderse no les servirá, estamos muy arriba podríamos bombardearlos con granadas si quisiéramos, mejor ríndanse. ―Gritó el segundo escolta, no podía verlo pues la bóveda de la biblioteca se alejaba lo suficiente para no ser blanco fácil, pero su voz me resultaba muy familiar.

Matías tomó una librería completa con sus manos como si fuera una caja de cartón y nos dijo que lo siguiéramos mientras él la usaba para cubrirnos.

Amalia y Eliza no dejaban de perder Sangre y Abel seguía inconsciente por tratar de protegernos, y yo no paraba de temblar pero debía hacer algo al respecto, así que me llené de valor y fui corriendo por Abel para llevarlo con los demás, detrás del librería que ya estaba cubriendo a Eliza y a Amalia.

―Se los advertimos, hora de morir ―Vociferó el tercero de ellos sacando un lanzallamas, yo estaba apunto de tomar a Abel pero el fuego llegó a mí más pronto de lo que calculé, así que retrocedí con mi abrigo ardiendo.

― Dense prisa y junten el jai ―Ordenó Matías.

  ―Yo te ayudaré ―me dijo Samantha y usó sus bellas alas espectrales para crear una onda de viento dirigido al fuego que me había alcanzado, con gran habilidad logró apagarlo al mismo momento que me tomó de la mano y sentí cómo su jai comenzaba a fluir con el mío, a mi mente llegaron imágenes de ella en una forma que jamás la había visto; todas sus emociones, sus sueños y esperanzas, sus tristezas y alegrías, sus triunfos y fracasos, todo llegó a mí en una conexión que jamás había sentido.

  ― Terminen su conexión después, ¡necesito que dirijan su energía hacia a mí! ―determinó Matías, Samantha y yo solo reaccionamos por instinto y como polvo de estrellas, lleno de luz y poder salió un aura vibrante dirigida desde nuestras manos hacia el cuerpo de Matías que nos dejó sin energía.

Los músculos de Matías se tensaron hasta rasgar su blazer y camisa; dos tatuajes, uno en cada muñeca giraron como ruleta y se establecieron en una sola forma, un elefante estoy seguro, la cabeza en la derecha y las patas en la izquierda, sus ojos se pusieron amarillos y su cabello se volvió blanco grisáceo como el de Amalia y luego golpeó el piso tan rápido que no pudimos verlo, solo escuchamos un ruido aturdidor y sin darnos cuenta estábamos cayendo a través del castillo y de la cima de la montaña bajo él. Había roto la barrera de La Mano del Diablo con un solo golpe y ahora caíamos todos a ocho mil metros de altura al borde de la muerte.


BILLY DAMN

 LA MANO DEL DIABLO - ENTRADA PRINCIPAL

 ―Es una falta de respeto entrar a una casa ajena sin llamar a la puerta ―dije.

  ―No si esa casa es también tu casa, hermanito ―contestó Chihaya sonriendo con altanería.

―Veo que has armado un festival de bienvenida aquí, nunca pensé que sería yo quien te mataría Chihaya ―dije observando la masacre de mis hombres en las murallas.

―Ha, ha, ha, Billy... ya lo hubieras hecho si pudieras, no crees que eres demasiado viejo para amenazar a una jovencita, podría demandarte por acoso ―sacudió su ridículo sombrero de investigadora mediocre y su abrigo robado de alguna tienda de pieles.

―Veo que sigues siendo una ladronzuela sin talento ni buen gusto, tal vez te haga falta una paliza para corregir tu caprichosa rebeldía ― le dije caminando al rededor de ella.

―Dejé de robar desde que tú dejaste de ser alguien que daba miedo, ahora trabajo con el gobierno y no están muy contentos contigo, necesitaban recurrir a una investigadora profesional para encontrarte, según parece tienes a unos chicos especiales aquí que ansían con ganas ―murmuró Chihaya venenosa como siempre.

Un fuerte estruendo venía del castillo, supuse que era una distracción elaborada así que no volteé a mirar.

―Mmm, parece que los dejaste escapar, así no tiene gracia, creo que dejaremos nuestra reunión familiar para luego, besitos Billy. ―Se despidió y desapareció como un holograma.


DANIEL TEJELO

LA CIUDAD DE LOS DIOSES - LABORATORIO 

―Admiro tu eficacia, es evidente que hacía falta la mano femenina ―observé alucinando por la cantidad de personas que había logrado capturar Clarice para arrancarles el jai.

―Ya te lo dije, lo que sea por ti mi Dani  ―añadió Clarice tomando mi barbilla.

―¿Cuántos son?

―Mil millones exactos. ―contestó Clarice admirando la inmensidad del laboratorio subterráneo, lleno de cámaras cristalinas para ver el proceso de arrancado del jai, monitoreado constantemente por todos mis científicos, algo hermoso de ver.

―Perfecto, Rick Patrick Jr. está buscando la última pieza, en cuanto llegue comenzaremos la transmutación del jai, ¿estás lista para ser una diosa? ―Declaré entre risas con Clarice―. Nuestra hora ha llegado.

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Hooooooooooooolaaaaa chicos!!!!!!!!!!!! vengo de vuelta con este capítulo, ahora que ha culminado mi viaje dedicaré más tiempo a escribir y subiré contenido más constante, de nuevo espero que les guste y si es así no olviden votar y comentar. Sé que muchos me han escrito diciendo que los capítulo están muy cortos  y eso pero precisamente por eso los he dividido, porque juntos forman un solo capítulo y no lo subo completo para que lo degusten por partes :PP de igual manera todoo esto es solo el primer borrador, entonces toda la historia está a la disposición de ser corregida y reeditada en un futuro así que los errores y las ideas que vaya teniendo pueden llegar a modificar partes de la historia pero sin alterar la línea argumental de la trama que es lo principal que están leyendo. Un saludo para todos y me alegra volver!!!

Los invito a leer otra historia que publiqué recientemente, corta y entretenida https://www.wattpad.com/372491680-con-dos-de-azúcar-por-favor

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ESCUELA PARA ASESINOSWhere stories live. Discover now