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Tres días antes del vídeo.

Jungkook está sentado al final de la cama, su respiración era calmada pero tenía el corazón acelerado gracias a la vista que le estaban regalando en ese minuto.

Jimin yacía con su cabeza en la almohada, recostado sobre el pecho con los ojos cerrados y entregado al sueño.

No había cosa más bella que aquella. Las sabanas negras de la cama de Jungkook apenas le tapaban las piernas por lo que tenía una vista completa a la piel semi-bronceada de Jimin, aquello casi se asemejaba a la porcelana fina y le provocaba pequeños cortes de electricidad en su espina dorsal. Jamás se había sentido tan cautivado por el cuerpo de una persona.

Trató de quitarle la mirada de encima pero se le hizo imposible. No importaba si lo negaba mil veces, la verdad era que últimamente sus pensamientos tenían dueño y ese era nadie más que Park Jimin.

Teniéndolo en su cama se sentía poderoso, aquel mocoso era suyo, completamente. Le gustaba esa sensación... El problema era que luego aparecía la debilidad ya que sabía que Jimin sería el único capaz de destruirlo, aquello asustaba a Jungkook como si de mil demonios se tratase. Toda su vida fue dueño de sí mismo, haciendo lo que se le diera la gana sin preocuparse por nadie, pero allí mirando a Jimin sabía que haría cualquier cosa por ver una pequeña sonrisa en su rostro.

Eso no podía ser.

Jungkook había decido hace bastante tiempo deshacerse de todas las cosas que podían transformarse en debilidades. Asesinó a sus padres y no compartía su vida con nadie, así al menos podía reprimir aquel lado suyo que ansiaba algún tipo de contacto. Eso hasta que conoció a Jimin.

Desde el primer día en que su mirada se cruzó con la del chico era como si su mundo se hubiese puesto de cabeza. Lo seguía a todos lados en la escuela, claro, sin que el se diera cuenta. Observaba cada detalle de su rostro y lo atesoraba en sus recuerdos. No había momento en el que se preguntará como se sentiría quitarle la vida a semejante criatura.

Pero nunca pudo hacerlo.

Oportunidades le sobraron en el trayecto de estos dos años. Más de una vez lo siguió de camino casa y casi se formaban solos los escenarios perfectos para llevar a cabo el asesinato, más nunca fue capaz de levantar el cuchillo.

Y ahora que lo tenía ahí durmiendo desnudo sobre su cama no podía acabar con quién era su única debilidad. Las manos le picaban como si le pidiesen la sangre de aquel chico corriendo por las palmas... Pero por más que estiraba sus brazos para alcanzar la almohada y cortar la respiración de Jimin su cerebro no le mandaba las señales al resto de su cuerpo.

El pitido de su teléfono celular lo saca del trance y buscó dentro de los pantalones que quedaron olvidados en un rincón de la habitación ayer por la tarde. Cuando tuvo el aparato en sus manos divisó en la pantalla un mensaje del foro de psicopatas en el que era líder.

TaeTaeRedrum:

Tenemos todo listo, Jungkook. El viernes por la tarde la autopista sur estará casi vacía porque el departamento de Policía estará enfocado en el desfile de este año. Es nuestra oportunidad para comenzar con el plan.

No puede mentir, Jungkook había estado esperando algo como eso hacía meses ya. Hace mucho que venían hablando en el foro sobre llevar las cosas a un nuevo nivel y a Jungkook le extasiaba el solo pensar en toda la sangre que correría más el miedo que se instauraría en la ciudad cuando todo comenzará.

Solo había un detalle...

Estuvo a punto de responder el mensaje cuando siente que alguien lo abraza por la espalda dejando pequeños besos en su hombro derecho. Ante el contacto Jungkook esconde el teléfono de nuevo en el pantalón y cierra los ojos disfrutando del dulce cosquilleo que dejaban los labios de Jimin sobre la parte superior de su espalda.

Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora