015.

61K 9.2K 5.2K
                                    

Cuatro días antes del vídeo.

El día anterior llego directamente a darse una ducha después de lo que paso en la casa de Jimin. El agua fría le ayudo a disminuir su temperatura corporal pero no con el hecho de que en ese preciso instante se estaba imaginando a Jimin desnudo para él.

Jeongguk estaba inestable por culpa de ese chico.

Paso la tarde tratando de alejar las imágenes que se le venían a la cabeza y obligándose a olvidar los dulces gemidos que se escaparon de los labios de Jimin cuando sus miembros comenzaron friccionar por sobre la ropa. Mientras miraba el techo hubo un momento en que no aguanto más, hasta parecía que Jimin estuviese a su lado incitándole a hacer cosas sucias.

Rendido bajo la cremallera de sus pantalones y con vergüenza comenzó a tocarse por sobre la tela del bóxer. Jeongguk jamás se había encontrado en una situación así, sentirse caliente era algo que jamás había experimentado, ni siquiera cuando intento ver pornografía hacía un par de años logró una erección. 

Normalmente los sociopatas eran nulos a todo tema que significase entablar relaciones de cualquier tipo, tan solo se sentían atraídos hacia ellos mismos. Por eso Jeongguk no tenía idea de como reaccionar ahora que se encontraba imaginando a Jimin en posiciones comprometedoras mientras gime su nombre. Aunque quería detenerse no podía y cuando menos lo espero metió la mano por dentro del bóxer para comenzar a bombear su miembro con extrema rudeza.

– Mierda –susurra extasiado–, por la mierda Jimin.

A pesar de que no sintió ni un cuarto del placer que el chico le proporciono con sus caderas termino corriéndose después de unos minutos, entre pequeños jadeos que envolvían el nombre de Jimin. Mancho con semen su camiseta y eso fue suficiente para lograr que se sintiera como un estúpido chiquillo hormonal. 

Ahora estaba camino a la escuela y cuando recordaba todos los acontecimientos del día anterior sus mejillas se colocaban rojas como tomate. Había caído demasiado bajo apenas decidió que masturbarse en Jimin era una buena idea, sobre todo porque ahora debía mirarlo a los ojos y no sabría exactamente como hacer eso sin ponerse a tartamudear.

Cuando llego a la escuela lo primero que hizo fue entrar al baño donde se lavo la cara para lograr concentrarse al menos un poco. Debía fingir normalidad cuando se encontrase con Jimin, quien de seguro le preguntaría porque se había ido dejándolo solo cuando las cosas se subieron de tono. A pesar de que a Jeongguk se le daba bien la mentira justo es ese minuto no se le ocurría una lo bastante creíble para Jimin.

Mientras se miraba al espejo perdido en sus pensamientos pudo escuchar como la puerta de baño se abrió dejando entrar a alguien por ella. Jeongguk miro por sobre el hombro y casi se atraganta con su propia saliva al ver de quien se trataba.

– Hola –le saluda Jimin en tono bajito.

Claro, eso era lo ultimo que le faltaba, encontrarse de sopetón con Jimin sin haber encontrado una excusa apropiada. Tuvo que bajar la mirada para que el chico no se diera cuenta de como sus mejillas comenzaban a encenderse cual árbol de navidad.

– Hola –saluda de vuelta.

Jimin da unos pasos hacia el y a Jeongguk le hubiese gustado gritarle que se alejara de una vez. Las imágenes estaban apareciendo nuevamente a su cabeza volviendo locas a sus hormonas que parecían haber despertado de un sueño profundo listas para entrar en acción.

– Te he visto llegar –susurra Jimin–, quería hablar contigo para saber si todo estaba bien.

Los ojos de Jeongguk viajan hasta los labios de Jimin que estaban en movimiento mientras hablaba. Eran gruesos y le gustaba como se sincronizaban con los suyos cuando se besaban, dándole una sensación cálida en el estomago.

– ¿Estas bien, Jeongguk?

En ese momento Jimin se muerde el labio y fue como si la cordura de Jeongguk se fuera a la mierda. Acortó la distancia que los separaba y junto sus labios con tanta fuerza que logró estampar a Jimin contra la pared. Tomo las manos del chico llevándolas sobre su cabeza y manteniendolas ahí sin dejar de besarlo, ahora Jimin estaba a su merced cosa que le fascinaba.

Una parte de la mente de Jeongguk le gritaba que se alejara, que estaba arruinando el plan involucrándose con Jimin a ese nivel, pero la voz era callada con los jadeos bajitos de Jimin que demostraban le gustaba la presión que mantenía en sus manos combinada con sus pelvis rozándose con fuerza.       

Jeongguk comenzó a simular embestidas ganándose gemidos sucios por parte de Jimin. La forma en que el chico se movía en círculos le estaba volviendo loco, eso podía jurarlo. Ahora que lo tenía apresado contra su cuerpo no podía evitar querer recrear todos los escenarios que había imaginado cuando se masturbo el día anterior. 

Jimin le mordió el labio y Jeongguk bajo una de sus manos con las que sostenía el agarre hasta su mandíbula. No tuvo cuidado alguno pero aún así se gano un gemido por parte del chico que logró resonar en todo el baño.

– No sabes todo lo que te haría –le dice a Jimin quien lo mira directamente a los ojos.

– Hazme lo que quieras.

Una frase. Una puta frase y Jeongguk dejo de ser el mismo tomando a Jimin en brazos contra la pared mientras le besaba el cuello como si su vida dependiese de ello. No entendía como aquel chiquillo podía tener aquel tipo de poder sobre el, pero aunque no quisiera admitirlo lo estaba disfrutando y mucho.

El aroma que desprendía el cuello de Jimin era a vainilla, se filtraba por sus fosas nasales logrando que se embriagara en un instante. Podía sentir sus venas palpitar al igual que su miembro. Quería deshacerse de las prendas que le estorbaban y follar a Jimin con rudeza, hasta que este último olvidase hasta como se llamaba.

Pero en el fondo Jeongguk seguía siendo un chico racional y sabía muy bien que no podía llevar a cabo su fantasía en los baños de la escuela. Lo menos que quería era conseguir atención indeseada allí, así que corto su recorrido de besos y miro a Jimin a los ojos, quien tenía dibujada a la mismísima lujuria en el rostro.

– Vamos a mi casa –le dijo casi en un gruñido–, mi tío no llegará hasta que anochezca.

– ¿Y la escuela? –Jeongguk se ríe ante la pregunta.

– ¿Vienes o no quieres cumplir lo que me dijiste?

Pareció que dio en el clavo porque Jimin volvió a juntar sus labios exigiendo más contacto a lo que Jeongguk respondió de inmediato. A pesar de que el chico se veía muy dulce como para hacer cosas de este estilo, estaba demostrando que tenía agallas y Jeongguk se sentía fascinado por ello. Cuando el beso termino Jimin le miro sonriendo para decir:

– Llévame a casa.    

Jeongguk lo bajo de sus brazos para luego acercar los labios hasta el oído de Jimin. En ese minuto le importaba un carajo arruinar su plan, tan solo pensaba en una cosa.

– Te haré mío, Park Jimin.


[ ♡ ]


Nota: Maratón 3/4.

Nota: Maratón 3/4

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sr. Payaso ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora