27. Preguntas y respuestas

3.8K 385 131
                                    

Maratón 3/3: Capítulo 27

Mi cuerpo se sentía demasiado liviano. Sentía como si estuviera flotando. Me sentía relajada y tranquila, sin ningún preocupación. Me sentía tan bien. No había vuelto a dormir de esa manera desde que despertó Akuma. Pero todo eso termino cuando escuche la voz rasposa y gruesa de alguien susurrar cerca de mi odio mi nombre, haciendo que despertara de golpe.

—Hasta que despiertas —eso basto para llamar mi atención, haciendo que dirigiera mi vista hacia el dueño de aquella voz.

Lo primero que logre visualizar fueron sus ojos, los cuales me miraban atentamente y de manera profunda. Aquellos ojos reflejaban algo más que una mirada fría, como una combinación entre maldad y... muerte.

Pero lo que más inquietante de todo fue el color de sus ojos, ese color morado-violeta que tanto me recordaba a los míos.

Es como si me estuviera mirando en un espejo.

—¿Quién eres? —pregunto, y aunque no lo demostré, tenía miedo de su respuesta. Miedo que no se de donde apareció.

Antes de que contestara, una sonrisa apareció en su rostro; una sonrisa tan grande que casi adorna todo su rostro. Eso basto para provocarme un escalofrío.

—Soy el encargado de hacer tu vida un infierno. Mi infierno —dijo, remarcando las dos últimas palabras, y de inmediato entendí el doble sentido de sus palabras y supe quién era.

Akuma —susurro con voz débil.

No dijo nada, simplemente amplio más su sonrisa. Él sabía que no había necesidad de palabras; su sonrisa lo decía todo.

Lo observo con la mirada, analizándolo.

Cuando alguien escucha la palabra Demonio se imagina a un ser con cuernos, mirada tenebrosa, un cuerpo robusto, dientes afilados, orejas puntiagudas, voz escalofriante  y un rostro de horror. Pero el Akuma que tengo ante mis ojos es...todo lo contrario (a excepción de la mirada tenebrosa y su voz rasposa) Su cuerpo es como el de un joven de 20 años aproximadamente. Toda su vestimenta era negra al igual que su cabello, el cual cubría un poco sus ojos. Lo único anormal que encontré en él fue su piel pálida y que estaba descalzo, de ahí en fuera el es estereotipo de chico que todas morirían por salir por él.

Que irónico.

—¿Por qué me miras así? ¿Te sorprende que no tenga la apariencia de un monstruo? —una sonrisa ladina apareció un su rostro, cosa que me molesto.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunto, ignorando lo que había dicho.

Es cierto que siento curiosidad por saber por qué se ve de esa forma, pero no pienso perder mi orgullo al preguntarle y dejar que juegue conmigo. Ya tengo suficiente con escucharlo en mi cabeza todo el tiempo.

—Pensé que preguntarías dónde estabas, vaya, le quitas todo lo divertido a esto.

Iba a decirle de cosas para que dejara de hablarme de esa forma y parara de burlarse de mi, pero sus palabras se repitieron en mi cabeza de nuevo y comencé a observar mi alrededor para ver de que habla. Pero no había nada, literal.

Estábamos en una habitación pequeña, completamente vacía y blanca, sin ninguna puerta o apertura que mostrará el exterior, tampoco se escuchaba algún ruido, a excepción del que provocábamos nosotros. No había forma de salir de aquí.

¿Donde mierda estoy? ¿Acaso estoy....

—Tranquila, no está muerta, y si hay una forma de salir de aquí, pero no te lo diré aun —habló, interrumpiendo mis pensamientos como si pudiera leer estos.

Alone? Not this time » Gaara & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora