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Era domingo.

Tyler piensa, no, el asegura que la gota que rebalsó el vaso fue la noticia de la  boda de su hermano Jay. Si, su hermano menor y el más joven de ellos se casaba, convirtiendo a Tyler en el único que no estaba casado pero que sobretodo, no tenía pareja.

La felicidad duro poco. Su hermano los había invitado a todos a una cena en su casa, para contarles de la noticia, que compartía con Sarah, una tierna omega que con quien Tyler a veces se identificaba.

Al final de la cena, no faltó la típica pregunta irónica de su padre.

—¿Y tu, Tyler? ¿Para cuándo?—pregunta su padre, totalmente burlesco.

Nota como su madre mira a su padre, reprochándolo con la mirada. Pero Tyler ya estaba acostumbrado.

Le da un sorbo a su copa de vino antes de contestar.

—Nunca papá, yo no necesito eso—responde Tyler, sincero sin importar sonar descarado o irrespetuoso.

Sus hermanos dejaron de hablar entre ellos y se giraron a mirarlo. Toda su familia lo estaban mirando. Eran diferentes tipos de miradas, su madre y hermana lo miraban con algo de pena mientras que sus dos hermanos y sus padre lo miraban con desaprobación.

Ya estaba acostumbrado.

—No puedo creer que mi primer hijo sea el único sin tener pareja—vuelve a decir su padre, como si aquello fuera lo más denigrante del mundo.

Tyler se sabía esta discusión de memoria, desde sus 18 años cuando ya era mayor de edad y su papá le había dado la autorización de ser cortejeado por alfas. Pero lo que no sabía era aquella experiencia a sus 15 años con un alfa que lo había violado. Nadie lo sabía y era algo que Tyler se llevaría a la tumba. También de ahí provenía su odio y asco hacia los alfas o hacia la idea de tener un compañero de vida. El estaba bien así, solo.

Pero el problema para su padre era su edad, porque ya era un omega adulto de 25 años y ya con eso tenía pocas posibilidades de conseguir a un alfa.

Y acá era cuando su padre decía aquella típica frase que siempre repetía.

—Eres un mal ejemplo de omega, Tyler. Avergüenzas a la familia.

Ahí estaba. Parece que todos aquellos logros que Tyler tenía, no era importante para su padre. Como que tenía 25 años y era traumatólogo* y trabajaba en uno de los mejores hospitales de a ciudad. Tyler afirmaba que no necesitaba tener un alfa para ser un buen omega.

Pero los omegas eran de la baja sociedad. Su madre era omega y el también. Siempre supo que su padre tuvo vergüenza de decir que su primer hijo era omega. Mientras que sus dos hermanos menores eran alfas y su hermana un beta. Su padre era un alfa de la vieja escuela.

Su padre siempre hizo lo mejor para la familia. Siempre les dio una buena vida y por eso Tyler también quiso hacer lo mismo. Seguir con una buena vida sin que su padre lo mantenga. Había luchado tanto para estudiar medicina y ser aceptado en la universidad, ya que no era para común que los omegas ocupen grandes cargos en el trabajo. Pero Tyler lo había logrado y era respetado, aún que muchas veces debía defenderse de unos estúpidos alfas que lo molestarán. Pero eso solo ocurría cuando no tomaba sus supresores.

Tyler mira la hora, notando que se le estaba haciendo tarde para su turno de guarda en el hospital.

—Debo irme o sino llegaré tarde al hospital—murmura Tyler, levantándose de su silla en medio de un incómodo silencio por parte de su familia—Estoy muy feliz por la boda y su compromiso, ojala duren.

Jay mira mal a su hermano por el último comentario y Tyler no puede evitar reír, el siempre fue así de irónico y descarado. Su hermano menor se levanta para acompañarlo a la puerta.

Sassy omega ; joshler [omegaverse]Where stories live. Discover now