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– ¡Qué gran concierto! –Grita Isaac desde la parte de atrás de la camioneta, y todos asienten y gritan, con la emoción todavía a flor de piel.

–Muero de hambre, ¿podemos comprar algo para comer por favor? –Pide Liam con toda la necesidad del universo, como si no hubiera comido en semanas.

–Podemos detenernos en el lugar de comida china que está cerca de nuestro antiguo departamento, no estamos muy lejos. –Sugiero con un grito.

–Uh, es una genial idea. Scott, yo te guío –le dice Stiles desde el asiento de copiloto.

Vamos hasta el pequeño lugar de comida china y Stiles y yo nos bajamos de la camioneta para poder pedir.

–Hoja Joey, ¿cómo estás? –Le pregunto con mi mejor sonrisa.

– ¡Lydia, Stiles! Desde que se mudaron vienen a visitarme demasiado poco. –Se queja, pero con una sonrisa.

–Lo sé, perdón, estamos intentando cocinar en casa. Ahora que Lyds y yo vivimos juntos, me estoy encargando de las cenas para que la pequeña no muera de intoxicación por tanta comida comprada. –Le responde con una sonrisa y me da un pequeño beso en la nariz.

–Niño, me sacaste a mi mejor cliente. –Los tres nos reímos antes de que Joey saque su anotador. – ¿Qué van a querer comer?

Dejo que Stiles pida, ya que tiene una mejor idea sobre cantidades y conoce mejor a los chicos que yo. Mientras tanto, agarro mi teléfono y respondo algunos mensajes de Alli y mi madre, ambas pidiéndome una cena con Stiles.

Una vez que termina de pedir, se acerca a mí y pasa sus manos por mi cintura, apoyando su cabeza en mi hombro derecho.

– ¿Puedes avisarle a Scott que en diez minutos nos entregan la comida? –Asiento con la cabeza y le escribo a Scott por privado. Una vez que veo que lo recibe, bloqueo el teléfono y me doy vuelta.

Quedo en frente de Stiles y sus manos quedan en mi cintura. Le dedico una sonrisa, su cara está tan cerca de mi cara que puedo ver algunas de sus pecas. Me pongo en puntitas y le doy un largo y amoroso beso.

–Estuvieron geniales hoy, algunas de sus fans estuvieron grabando, poniéndolo en las redes, y cada vez vienen más personas a verlos al bar. Está pasando Stiles, están creciendo. –La forma en la que se le ilumina el rostro al escuchar mis palabras hace que sienta la necesidad de darle otro beso.

– ¿Tú cómo estás? ¿Te gustó el show de hoy? –Asiento con una sonrisa.

–Me fascinó, y creo que Harry sacó muy buenas fotos para las redes sociales, cuando lleguemos a casa voy a hacer que me pase las fotos a la computadora. –Asiente, cuando Joey sale de la cocina con nuestras bolsas de comida.

Stiles agarra todas y volvemos al auto. Me subo atrás al lado de Harry, que se volvió parte de nuestro pequeño grupo luego de los primeros shows, y vamos todos hasta nuestro hogar. Bajamos de la camioneta y prácticamente corremos por las escaleras hasta que llegamos a la puerta del departamento, muertos de hambre. Una vez que cada uno tiene su bandeja de comida y su tenedor, finalmente estamos calmados.

– ¿Alguien tiene salsa de soja? –Pregunta Scott, Liam se lo pasa con su mejor sonrisa.

A mitad de la comida, no puedo evitar sonreír mientras que miro a todos y toser para llamar su atención.

–Chicos, los quiero. –Todos me observan, sin saber qué decir. Por un segundo, pienso que alguno me va a responder. Luego recuerdo que estoy rodeada de cinco chicos que lo único que puedo hacer es comer arroz con salsa de soja que por definición están incómodos con cualquier cosa que se parezca a un sentimiento delante de las personas.

Lo único que pueden hacer es mirarme incómodamente y asentir. Aun así y todo, sigo feliz.

The drummer upstairs ; StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora