Prólogo

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¡Hola! Sé que muchos me estaban pidiendo un epílogo en la historia de Dimo, pero dado que en cierta forma vamos a tener un vistazo de su vida en esta, preferí no hacer epílogo. 

Ahora bien, nueva historia como ya había estado anticipando. ¿Si se acuerdan de Daphne? Es la prima de Erin y ella tiene un par de cosas para contarles. Espero tengan ganas de leer esta historia, como siempre digo, lanzamos un prólogo a modo de piloto. Si gusta, vamos por más o no... 

¡Besos! Siempre es un placer iniciar otro viaje con ustedes, ¡a tocar!

pd: Esta historia es la segunda parte de una serie, la primera es El enigma de Erin que está en mi perfil. Avisados quedan. 


Prólogo

¿Cómo empezar a contarles esto sin sonar como una quejica? Bien... supongo que ir al inicio sería lo más coherente, pero dudo que quieran tener detalles de mi nacimiento y posterior crecimiento. Al menos que sean del tipo de personas morbosas que encuentran divertido saber sobre la etapa más perturbadora para la vida de una chica; me refiero a la pubertad, por supuesto. Y no es que tenga un arsenal de malas situaciones con las que entretenerlos, si bien mi pubertad no fue un parque de diversiones —¿la de alguien lo fue?—, tampoco me puedo poner pesimista y decir que apestó por completo.

De todos modos, no es eso lo relevante en este caso. Así que mejor voy a la parte jugosa de la cuestión, puesto que sin importar cuánto lo dilate, tarde o temprano lo sabrán. Y es mejor que lo conozcan de mi boca.

Todo comenzó con una simple, inocente, pequeña, inofensiva e inocua mentirilla, algo que de algún modo fue escapándose de mis manos de forma paulatina, hasta llegar a convertirse en una enorme bola lista para arrasar con lo que se le pusiera adelante y sobre todo conmigo. Pero eso viene luego, mejor vayamos a esa mañana de lunes en la que inconscientemente volví mi pacífica vida un jodido caos.

***

Había llegado con el tiempo justo al trabajo, luego de hacer la cosa más horrible que podrían imaginarse por hacer un lunes en la mañana. No, no asesinato, aunque esto bien podría entrar en la misma categoría en la escala de índice de maldad. Tal vez exagero, seguramente lo hago; pero deben entender, me era imposible no sentenciarme como una de las más viles y bajas criminales. De ser un personaje de Marvel Comics, sin duda sería la antítesis del superhéroe; ese villano que no es tan villano pero nunca termina de agradar por algún motivo desconocido. Y estaba segura de esto porque yo... yo... —demonios, aquí voy— ¡rompí mi dieta en un arranque de pura furia y anhelos frustrados!

Bueno, decir "rompí" hasta casi resulta insultante para la palabra y mi enorme fechoría alimenticia, porque lo que yo había hecho fue violar y ultrajar mi dieta hasta confines insospechados. Y disfruté cada segundo de ello, como buena villana, me regodeé en mi crapulencia.

Pero antes de juzgarme necesitan saber los motivos por los cuales me convertí en un ser corrompedor de dietas; mi último novio —aunque más valdría llamarlo el estúpido ese de mi ex— me había telefoneado el domingo por la noche para pedirme "amablemente" —es decir, tanto como su cerebro de gusano apopléjico le permitía interpretar ese término— que le devolviera el anillo de compromiso, pues era una reliquia familiar y no sé que otra mierda más. Creo que incluso dejó caer por allí la insinuación de que pensaba ofrecérselo a su nueva novia, con la cual llevaba saliendo sólo tres meses. ¡Tres meses! Mientras que cuando salía conmigo, le tomó cinco jodidos años poder decidirse a dar el gran paso y le tomó tal vez menos de seis meses comprender que había sido un error garrafal por su parte. Lo positivo de este asunto —siempre hay que ver el lado positivo, ¡vamos!— es que el muy sabandija fue capaz de comprender su error, mientras se hundía entre las piernas de nuestra vecina, sobre la cama que ambos habíamos elegidos para empezar nuestra nueva vida juntos. Lo sé, sublime, ni siquiera tuvo la decencia de cubrir las sábanas con alguna toalla; no, nada de eso. Él también se regodeaba a sus anchas en su crapulencia.

El mito de Daphne (libro II de la serie)Where stories live. Discover now