Una noche tormentosa

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La noche era algo turbia. La lluvia caía a chorros y las farolas no funcionaban del todo. El pequeño restaurante donde me cubrí estaba abarrotado de gente que intentaba cubrirse de la tormenta. Mire la hora en mi teléfono y descubrí que estaban por dar las once. Aun había bastante movimiento en la ciudad, pero pronto comenzarían a disminuir los autos que circulaban por ahí y eso significaba que no tendría que tomar un taxi para regresar a casa.

El restaurante estaba lo suficientemente escondido como para que algún taxi me viera. Tenia que salir a la calle. Más adelante habia una estación de servicio, el techo de la gasolinera me cubriría y podria conseguir un taxi para irme. Tendría que correr rápido y cruzaría los diez metros, terminaría empapada pero podria lograrlo.

Me arme de valentía y salí del lugar corriendo lo más rápido que mis piernas me permitían. El agua me empapaba y me lamente de mis pobres tenis. Odiaba mojarlos. Estuve a punto de caerme pero logre mantener en pie hasta que llegue a la gasolinera. Habían unos cuantos trabajadores pero no les tome importancia. Pasaron varios minutos antes de que pudiera conseguir un taxi que quisiera llevarme, estaba deseando llegar a casa lo antes posible y poder quitarme los zaatos y las calcetas. La lluvia no paró y mi deseos no fueron escuchados.

--no puedo cruzar. Esta inundado—habló el taxista deteniéndose hasta donde estaba el limite del agua

--esta bien—solté resignada

Las coladeras de la calle debieron taparse con basura como siempre sucedia y por eso la inundación. Ahora tendría que caminar dos calles más con el agua a la mitad de la pantorrilla.

Le pagué al hombre y guardé mi teléfono dentro de una bolsa de plástico que llevaba en la bolsa y baje del taxi. Estaba tan empapada que ya ni siquiera me moleste en correr. Avancé intentando calmar mi mal humor cuando oí quejas e insultos. Tragué saliva y comencé a buscar de donde venían las voces.

--¡Eres un imbécil!¡no debiste matarla! ¿ahora como cobraremos el dinero estúpido?—grito la voz y cuando entendí de que se trataba, comencé a retroceder pero el agua no era mi amiga

--¡hay alguien ahí!—gritó otra voz. Una luz me señaló y supe que debía largarme pronto de ahí

--¡atrapala! No puede escapar

Corrí tan rápido como el agua me permitia hacerlo, pero todo estaba oscuro y mis nervios comenzaban a volverme torpe. Oía el agua removerse detrás de mi y mi cuerpo comenzó a temblar no solo de frio. La casa estaba dando la vuelta en la siguiente calle, pero mis ilusiones de salvación se vieron truncadas cuando mi pie quedó atrapado en la rejilla de una alcantarilla rota.

--no, no ahora—solté desesperada mientras intentaba zafarme de mi trampa—¡vamos!—grité con el rostro cubierto de lagrimas y lluvia

--¡ahi esta!—gritó alguien detrás de mi, me volvi y encontré la luz señalándome. Maldije y tire de mi pierna lo mas fuerte que pude

Me aguante un grito cuando sentí el metal cortar mi piel. Comencé a correr nuevamente, pero la ventaja que tenia se había perdido. El hombre tiró de mi cabello y me arrojó al suelo. Intenté zafarme pero el sujeto intentaba ahogarme. Lancé golpes desesperada por aire y uno al parecer logró lastimarlo porque me soltó lo suficiente para respirar.

--te voy a matar por chismosa—gruñó el hombre. La luz regresó y me cegó

--¡espera!—el primer hombre me tenia sujetada por el cuello listo para ahogarme pero al oir al segundo se detuvo—nos la llevaremos

--no—solté asustada. El hombre me puso de pie y comenzó a tirar de mi—¡no! ¡no! ¡ayudenme! ¡Mamá! ¡Papá! ¡Por favor!

--callate—gruñó el primer hombre antes de golpearme en la cabeza.

Sentí mi cuerpo levantarse y después de un rato sentí el frio metal bajo mi. Entreabri los ojos y encontré el suelo de una camioneta. Comencé a moverme pero una voz grito reprendiéndome.

--atalé las manos—habló el segundo hombre

Escuché el característico ruido de la cinta al ser despegada y pronto la sentí alrededor de mis muñecas. Antes de que pudiera decir algo claro, el sujeto cubrió mi boca con más cinta. Mire mi pie y vi sangre escurriendo de él. Las lágrimas regresaron y con ella mi instinto de supervivencia. Me retorcí en mi lugar tratando de encontrar una forma de escapar pero no podía, la cinta era demasiado gruesa.

--¡quedate quieta!—y otro golpe fue el que recibió mi cabeza

Abrí los ojos y sentí el dolor en la cabeza y el pie de nuevo. Había despertado un par de veces en la camioneta, pero tan pronto abría los ojos me volvían a golpear. Ahora ya no estaba en la camioneta. Intenté moverme, pero seguía atada de manos y mis piernas también. Miré mi pie y vi que la sangre aun brotaba pero en menor cantidad. La cabeza me dolía horrores y eso hacia que no pudiera concentrarme del todo en mi alrededor. Pasé el resto de la noche ahí, no supe cuando me quedé dormida, pero si cuando debía despertar.

El agua fría golpeó mi cuerpo y me hizo abrir los ojos de inmediato mientras me sacudía como pez fuera del agua. Sollocé y levanté la mirada. Tres hombres estaban frente a mi. Uno de ellos era algo bajo y delgado a comparación del resto, tenia una mirada de sorpresa y miraba al hombre que permanecia en el centro de la formación. El otro hombre era algo más grande y lo reconoci como el que intento ahogarme. Sus ojos me miraban con enfado, como si hubiera hecho algo contra el.

--quitenle la cinta—ordenó el de él centro

Era alto y algo robusto de cuerpo. Ya era un señor grande, podía verse en las canas que tenia en la parte de las patillas. Su rostro lucia algunas arrugas pero fue lo único que vi porque el hombre corpulento se me acercó y me arranco la cinta de golpe. Un quejido escapó de mi boca ante el dolor, pero me repuse rápido.

--¿Cuál es tu nombre?—volvió a hablar el hombre mayor, parecía ser el jefe

--por favor, déjenme ir. Pr..prometo no decir nada—pedí de inemdiato

--te pregunte como te llamas—respondió con enfado haciendo que me encoja en mi lugar—¿me harás repetirlo?—pregunto amenazante

--me...me llamó J..Julia—respondí con miedo—por favor, se lo suplico—pedí

--¿verdad que son iguales señor?—pregunto el bajito

--demasiado—mis ojos solo miraban los pies de mis agresores, no tenia valor para mirarles la cara—¿Qué edad tienes? ¿eres de Nueva York?

--si señor—respondí temblando—acabo de cumplir los diecinueve señor—me asustaba dar información, eso no era algo bueno

--no tienen la misma edad, la otra era era mucho mayor—habló el grande—deberíamos deshacernos de ella—levanté la mirada horrorizada al oírlo dar esa opción

--no, por favor—pedí suplicante—no me lastimen, no dire nada, lo prometo

--¡cierra la boca!—grito el grande

--¡tu cierra la boca idiota! Que por tu culpa ya no tenemos a la chica—lo regañó su jefe—la usaremos—y sin más se fueron

¿Usarme? ¿Para qué?



Hola hola hola!  Este es el primer capitulo de esta nueva historia. Subire capitulo una vez por semana, asi que sera algo lento. Espero que les guste y me den mucho apoyo. 

●ω●✌

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora