Capítulo Doce: The Other Woman.

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La otra mujer tiene tiempo para manicurar sus uñas

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La otra mujer tiene tiempo para manicurar sus uñas

La otra mujer es perfecta donde su rival falla

Calipso necesito mucho tiempo para poder digerir las palabras de Leo, cuando él le confesó que la había engañado por varios meses.

Termino con él, sin embargo, luego de tres meses volvió con él.

¿Por qué? Simple, se dijo a si misma que ellos dos, su relación, era más fuerte que eso, que ella realmente había estado ausente para él, sin ser eso una excusa para ir a revolcarse con otra y algo en la actitud de Leo, después de su ruptura, logro ablandarla y que volviera con él.

"A la que vuelvas a hacerlo, Valdez..."

"Te juro por la laguna estigia que jamás volveré a engañarte, Cali."

Sin embargo, como cada vez que pasan este tipo de cosas, Calipso comenzó a cuestionarse que tendría la otra que ella no. Intentaba no pensar en ella como una persona real, intentaba hacer como que no existía realmente, no pensaba en si ella también tenía pareja, si tenía hijos, si era delgada, fea, etc.

Sabía que Leo la llamaba "Aria", pero nada más.

Por mucho tiempo se cuestiono si el hecho de que ella no podía tener familia tenía que ver.

Perdonó a Leo, pero no olvidó el suceso.

Pensaba bastante en la otra mujer, aún que no quisiese admitirlo ni a si misma. Leyó muchos libros del tema, de como la otra mujer podía ser hermosa pero, finalmente, sentía celos de lo compuesta que era la vida de la novia "oficial" o de como nunca tendría amor real o como, simplemente, viviría sola por siempre.

La otra debía ser vulgar, infeliz, fea o, en el último de los casos, estar sola toda la vida.

Sin embargo, ahora veía como todas esas cosas que se decía a sí misma para no deprimirse por el tema, se convertían en algo completamente inútil.

Era hermosa. Era delgada. Era más joven que ella. Era risueña. Era relajada.

La otra era perfecta.

Y, además, sostenía la mano de Nico, que la miraba como si fuese lo más bello en todo el jodido mundo.

La otra no estaba sola.

Cuando Leo dejo caer su bolso y camino hacía ella, Calipso supo de inmediato quien era la niña bonita que acababa de llegar. Lo que realmente la sorprendió, no fue que estuviese con Nico, sino, que Leo no parecía ser el único que la conocía.

Calipso casi se quiso reírse al ver como Nico llegaba con ella y la abrazaba, declarando que esa chica le pertenecía a él.

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Ride. // Nico Di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora